MURCIA. Esta semana cumpliría años uno de los novelistas más reconocidos del siglo XX, Ernest Hemingway (1899-1961). Sin duda, un artista enamorado de España y cuyos viajes a nuestro país influyeron en algunas de sus obras más importantes, y como era de esperar, Murcia fue uno de sus destinos.
Como muchos escritores e intelectuales del momento, Hemingway viajó a España para informar sobre la Guerra Civil, de estas experiencias nació For Whom the Bell Tolls, obra que narra la historia del norteamericano Robert Jordan, quien luchó a favor del bando republicano. Además, el escritor norteamericano se casó con la periodista española Martha Gelhorn y, acabó considerando a España como "el último país bueno que ha quedado".
Ernest Hemingway estaba fascinado con la cultura y la idiosincrasia española, admiraba nuestras costumbres y nuestro carácter. Durante sus visitas, entabló amistades entre los personajes célebres del momento y se embelesó con la tauromaquia, hasta el punto de convertirse en un gran amigo del torero Antonio Ordóñez.
En su visita a Murcia, el novelista vino acompañado de Ordoñez para acudir a una corrida de toros en la Condomina durante la Feria de Septiembre de 1959. La tarde en la Plaza le agradó e incluso le concedió una entrevista al crítico taurino José Antonio Ganga, además destacó la belleza de la huerta murciana, acudió a la Feria Nacional de la Conserva y señaló que "Murcia es un lugar donde tengo muchos y muy buenos amigos". Sin embargo, se vio emborronado este viaje a causa del robo de la cartera del escritor, que se habría percatado en su regreso a Madrid. Finalmente, la cartera llegó por sorpresa a la casa de Antonio Ordoñez y se demostró que lo más probable es que el hurto no hubiera tenido lugar en Murcia.
El premio Nobel también quiso degustar la singular gastronomía de la Región y se detuvo en el afamado Rincón de Pepe, por tanto, el creador del restaurante –Raimundo González- llamó a Gobernador Civil para sentarlos juntos y aprovechar la visita del afamado escritor. No obstante, las abismales discrepancias ideológicas hicieron inviable que ambos se sentaran juntos en la mesa. De esta manera, Hemingway comió sin autoridades y desconocemos cuál sería la conversación, pero su esencia ha quedado grabada en el recuerdo del restaurante murciano. Este emblemático local de la capital murciana quiso dejarle un buen recuerdo al escritor y le negó el pago de la cuenta, algo que cuatro meses después llevó a los agentes del franquismo a preguntarle si “aquel rojo” había pagado la cuenta.
Otro de los lugares insignes de Murcia que visitó fue el Hotel Victoria, que ha albergado en sus habitaciones a importantes figuras del panorama nacional e internacional. Aquí, el escritor se alojó y mantuvo más de una charla con su director, Fernando García-Nieto.
Aunque Hemingway se declaró amante de nuestro país, es indudable que su recuerdo de Murcia sería diferente al de otros lugares por muchas razones. La gastronomía, el ambiente, las gentes y los enclaves culturales de la ciudad de Murcia seguro que hicieron de la visita del premio Nobel una experiencia inolvidable.