MURCIA. Fue un 14 de octubre de 1986 cuando Porcelanosa creó su filial en tierras murcianas, en aquel entonces bajo la denominación de Porcemur SA. Ahora, 37 años después, la multinacional de producción y comercialización de cerámica ha renunciado a mantener una sede fiscal en la Región para centralizar la gestión de su negocio desde sus instalaciones centrales de Castellón.
Y es que, junto con Porcelanosa Murcia SA, se han extinguido otras 17 filiales del grupo que estaban repartidas por España, todas ellas absorbidas por Porcelanosa Batimat, que ostentará a partir de ahora le control del casi medio centenar de centros de comercialización que mantiene la empresa distribuidos por todo el país.
Ubicada en el centro comercial Thader, la tienda de Porcelanosa en Murcia generó en el pasado 2022 una facturación que roza los 4 millones de euros, un resultado más modesto que los 4,5 millones obtenidos en el año anterior. No obstante, logró reducir sus pérdidas hasta los 470.000 euros frente a los números rojos por valor de 600.000 euros que había registrado en el 2021.
Por su parte, el activo total alcanzó al término de dicho ejercicio un valor de 6,5 millones y el capital social era de 3,6 millones, mientras que la cifra media de empleados en el 2022 quedó establecida en los 20 trabajadores. En cualquier caso, cabe recordar que esta tienda se mantendrá operativa, pues la única diferencia es que la facturación se realizará a través de la central de Castellón.
Porcelanosa Murcia contaba con dos administradores solidarios: Silvestre Segarra Segarra, consejero del grupo y Ana Colonques Garcia-Planas, miembro del departamento financiero. Aunque este movimiento fue anunciado a comienzos de julio, ha sido este pasado miércoles cuando la sociedad ha quedado disuelta y todo su patrimonio ha sido transmitido en bloque a la sociedad beneficiaria, que adquiere por sucesión universal todos sus derechos y obligaciones.
Con la integración, la forma de trabajar de Porcelanosa con su producto en el mercado interno ha sufrido una gran evolución. No en vano, en un principio la estrategia del grupo pasó por acuerdos con empresarios locales para la comercialización en cada punto de venta. De este modo, creó compañías participadas conjuntamente por Porcelanosa y los distribuidores. Esto ha ido cambiando en los últimos años, cuando la compañía cerámica ha ido adquiriendo el 100% de las filiales, que ahora integra en Porcelanosa Batimat, propiedad en última instancia de Porcelanosa Corporación.
Este proceso de reorganización de la multinacional que lideran las familias Soriano Manzanet y Colonques Moreno empezó a finales de 2019. Entonces, a mediados de noviembre el grupo constituyó la sociedad Porcelanosa Corporación SL. La idea era que sirviera para concentrar en ella todas las empresas que componen el holding y, por otro lado, que permitiera dotar de mayor eficiencia administrativa a un conglomerado formado por estas sociedades industriales, así como otras cuatro empresas inmobiliarias y una financiera.
El conglomerado empresarial llegó a superar en el 2022 los 900 millones de euros en facturación -902 millones, concretamente-, lo que supuso un incremento de las ventas de un 10,1% respecto a la cifra del año anterior, cuando ingresó casi 820 millones. Un repunte debido, con toda probabilidad, al aumento del precio de venta del producto que ha tenido que aplicar el sector para repercutir el exponencial incremento de costes.