En plena celebración de la Semana Santa, siguen los ecos de las concentración que tuvo lugar esta semana en Sagunto para reivindicar la entrada de mujeres en la única cofradía del municipio, la Cofradía de la Purísima Sang de Jesucrist, que cuenta con más de 500 años de historia y una tradición que sólo se permite la entrada de hombres. ¿Cuándo el respeto a una tradición puede vulnerar los derechos más básicos? ¿Dónde está el límite?
Cuando mi amiga Carmen me cuenta la historia que están viviendo con esta reivindicación, empieza a salir humo por mi cabeza (permítanme la expresión). Me cuesta entender que a estas alturas existan instituciones que todavía tengan que renovar sus estatutos para permitir la entrada de mujeres porque vienen marcados por un pasado histórico y una tradición que respetar; pero lo que realmente hace que "mi cabeza estalle" es saber que, después de 24 años, el año pasado se votó esta renovación de estatutos y que la mayoría de los cofrades votaron en contra de la entrada de mujeres.
Empiezo a buscar información sobre el funcionamiento de este tipo de instituciones para entender esta votación en contra de la entrada de las mujeres pero sigo sin encontrar argumentos o fundamentos, más allá del respeto a la tradición de una institución como la cofradía, acorde al presente que vivimos en un contexto donde toda una sociedad avanza en la igualdad de derechos para todas las personas.
Las opiniones que encuentro en contra de la entrada de mujeres en esta cofradía destacan que la tradición es la tradición y que hay que conservar este tipo de instituciones como en sus orígenes. Unas opiniones que no comparten todas las personas y que generan todo tipo de tensiones entre los habitantes del municipio.
Quizá en algunos casos deberíamos valorar el dejar en un segundo plano el respeto de las tradiciones y priorizar el poder avanzar hacia una sociedad igualitaria, especialmente cuando se vulneran derechos muy básicos como la igualdad entre hombres y mujeres.
Y es que, con todo el respeto por este tipo de instituciones y su historia, en determinados contextos y ante determinadas reivindicaciones deberíamos valorar si el respeto a las tradiciones puede chocar de manera directa con la igualdad y el respeto de los derechos más básicos.
En este caso que nos atañe de las cofradías, es un tema de sexos, de género, de hombres y mujeres, o como lo queramos llamar, lo que se debate. En este punto me paro a pensar en otros colectivos de la sociedad que históricamente han estado excluidos y que desde hace años ven avanzar sus derechos en un sistema y un mundo que se intenta sea cada vez más justo e igual para todas las personas independientemente de su sexo, raza o condición. Y pienso en las personas de piel negra o en los colectivos homosexuales o trans, por ejemplo, ¿se permitiría que hoy día no pudieran entrar en determinadas instituciones por el color de su piel o su condición sexual?
¿Cómo se vería que actualmente existieran instituciones que excluyeran en sus estatutos la entrada de personas de piel negra o personas homosexuales por respetar las tradiciones? ¿Sería una opción que se podría votar? ¿Cómo reaccionaría la sociedad?
Por ello, la Asamblea por una Semana Santa Inclusiva en Sagunto sigue reivindicando que se cambien los estatutos que permitan la entrada de mujeres. De momento, la negativa a la entrada de mujeres es la realidad actual a esta petición que ya el año pasado se votó entre los miembros de la cofradía y no consiguió salir adelante con la mayoría de votos en contra. Una negativa que no ha impedido que este año vuelvan a concentrarse para reivindicar una Semana Santa saguntina inclusiva, pues según su representante, Blanca Ribelles , hay mucha gente que les apoya tanto hombres como mujeres que apoyan y dan voz al manifiesto, que reza así:
Estamos haciendo lo que teníamos que hacer. Un año más estamos aquí, en la puerta de la ermita de la Sangre, reivindicando una Semana Santa Saguntina que sea inclusiva, donde no haya diferencias entre hombres y mujeres y la participación sea igualitaria
Y lo hacemos por segundo año consecutivo porque no nos da igual, esta reivindicación no es cosa de unas pocas sino una demanda ciudadana. Como decíamos el año pasado, durante siglos las mujeres saguntinas han estado acompañando a los saguntinos en la celebración de la semana santa, se han ocupado de la limpieza, de las ventas, de la lotería y de innumerables aspectos de la Fiesta pero las cosas han cambiado. Mujeres como nosotras queremos participar de otra forma en igualdad de condiciones en algo tan nuestro como la semana santa. Y está reivindicación afortunadamente no es solo cosa de mujeres, también hay muchos hombres que día a día luchan por la igualdad y a los que les sorprende que aun hoy en 2023 exista una cofradía en la que se vete el acceso a la mitad de la población porque no podemos olvidar que caminamos juntos, hombres y mujeres hacia una sociedad más igualitaria.
La cofradía, como la sociedad avanza y se adapta a los tiempos. No se puede aferrar a la tradición como excusa para vetarnos la entrada. La Semana Santa Saguntina dio pequeños pasitos a finales del siglo pasado, recordemos la participación de algunas mujeres realizando el pregón de entrada en la Semana Santa, personas como Ángeles Ribelles, Evangelina Rodríguez, Paloma Sánchez o Borrego o más recientemente las periodistas Palmira Benajas y Mª José Gimeno. Pero esto no es suficiente, ni queremos ni podemos aceptar algo que no sea la igualdad plena.
Por eso estamos aquí, haciendo lo que debemos hacer y por eso continuaremos año tras año, concentrándonos todos los martes santos a la puerta de la ermita hasta que entre una mujer en la cofradía con plenos derechos y obligaciones.
Y hacemos esta reivindicación tendiendo la mano para construir una Cofradía más igualitaria y justa porque juntos somos más fuertes y mejores y la Cofradía forma parte de la sociedad saguntina que ha de avanzar con los tiempos y no quedarse anclada en el pasado. Tenemos el poder de transformar la realidad con amor, respeto e igualdad. Por una Semana Santa inclusiva que nos represente a todos y todas.
Con la esperanza de conseguir este cambio de estatutos que permita la entrada de mujeres, la Asamblea por una Semana Santa Inclusiva en Sagunto tiene como ejemplo la Cofradia de la Sangre de Llíria, que aceptó la entrada de mujeres hace 5 años; lo que supone un rayo de esperanza y de luz al final del túnel.
La semana que viene… ¡más!