MURCIA. Altas horas de la madrugada. Calle Cartagena de Murcia, morada del cuartel general de Podemos. Una comitiva de fieles morados recibía entre aplausos a su candidata, María Marín, que, arropada por su grupo de asesores y compañeros, llegaba a la sede del partido tras el debate electoral. "¡Bravo, bravo!" y "presidenta, presidenta", jaleaban los simpatizantes mientras se fundían en abrazos con ella. Había sido una noche dura, extenuante, en la que ella se convirtió en la protagonista absoluta con su decisión de no abandonar el plató de televisión para ceder su sitio a la representante de Más Región - Verdes Equo. Su negativa supuso desobedecer la instrucción de la Junta Electoral, que estipulaba que debía compartir su tiempo con Helena Vidal. Pero eso no importó en Podemos, que están convencidos de haber hecho lo correcto. No en vano, habían presentado un recurso contra la resolución de la Junta y cuya respuesta, sin embargo, todavía no se ha producido.
"No, no me voy a salir del plató", respondía Marín cuando los moderadores la invitaban a ceder su puesto a Helena Vidal. La diputada morada adujo en directo, para sorpresa de presentadores, candidatos y espectadores, que no se iba a mover porque quería seguir debatiendo "como una candidata más". "Y lo voy a hacer también con la representante de Equo, la señora Helena Vidal", esgrimía, añadiendo: "Voy a seguir defendiendo mis ideas y si quieren que me vaya me van a tener que echar". En ese momento el debate reventaba y saltaba por los aires. Los moderadores mandaron la retransmisión a publicidad mientras intentaban convencer a Podemos de que depusiera su actitud, sin éxito.
La posición de Marín generó el rechazo del resto de candidatos, que reprobaron su plante. El PSOE, por ejemplo, respeta su gesto, pero no lo comparte, como así dijo José Vélez. Más Región - Verdes Equo, el principal perjudicado, ya ha presentado una reclamación ante la Junta Electoral para conseguir una compensación. En redes sociales se generaron debates sobre si la candidata de Podemos actuó correctamente o no. Pero Marín no está sola. Podemos ha salido en bloque para arropar a su candidata, desde su líder nacional, Ione Belarra, hasta los máximos símbolos del partido, como el diputado Pablo Echenique o el ex secretario general, Pablo Iglesias, hoy retirado pero faro mediático de la formación morada.
"Nuestra candidata ha sido la líder de la oposición en Murcia frente a una de las peores derechas de este país", señaló la actual líder morada, Ione Belarra, que apostillaba: "Ayer volvió a demostrar cómo se ha ganado el título. La televisión pública murciana no debió excluirnos arbitrariamente. Su decisión estaba recurrida". Por su parte, Echenique manifestaba: "Anoche intentaron cometer la cacicada antidemocrática de echar del debate electoral a la candidata de Podemos en Murcia y líder de la oposición por derecho propio, María Marín. Pero María puso pie en pared y no lo permitió. Gracias, compañera, por la valentía y la decencia".
También Pablo Iglesias salió al paso: "La desobediencia es un recurso democrático frente a la injusticia y frente a los tramposos, por mucho que pretendan apoyarse en supuestas normas. Brava, María. Sin gente valiente como tú, nada cambia. Con una presidenta como tú, Murcia tendría a alguien que no se arruga". Del mismo modo, el líder regional, Javier Sánchez Serna, respaldaba la actuación de su candidata: "Son ya muchos años aguantando los atropellos y el caciquismo de la derecha en esta Región. Alguien debía decir: basta".
Un día después, María Marín se reafirmaba en su decisión de plantarse y no abandonar el plató: "No tiene precedentes la decisión de la Junta Electoral de Murcia de no dejarme participar en el debate a mí ni a la representante de Equo en igualdad de condiciones y sacarnos a mitad de debate", indicaba. "Pero tampoco tuvo precedente el comportamiento de la RTVM. Hasta diez minutos antes del debate no se nos comunicó cuál iba a ser el transcurso, en qué bloques íbamos a intervenir o algo tan básico como si tendríamos o no el minuto de oro". Y concluyó: "No me van a echar de ningún debate. No me van a callar tampoco". Porque ella "nunca" se arrodilla ni se pone de "perfil ante una injusticia".
La Junta Electoral había estipulado en una resolución del pasado martes que no puede haber al mismo tiempo un miembro de ambas candidaturas, pues ello supondría que la coalición menos votada en 2019 tendría en el debate a dos representantes, en tanto que los partidos más votados tendrían uno solo. En consecuencia, este organismo estableció que en la primera parte del debate tendría que comparecer un único aspirante de la formación Podemos-Izquierda Unida -Alianza Verde, mientras que la segunda parte correspondería al candidato de Mas Región-Verdes Equo.
Los morados habían recurrido esta decisión de la Junta, aunque no habían obtenido una respuesta antes del inicio del debate. Por esa razón los organizadores decidieron seguir adelante siguiendo las instrucciones de la última resolución de la Junta. El propio director del ente de Radiotelevisión de la Región, Mariano Caballero, lo explicaba así minutos antes del comienzo del debate: "Había un recurso pendiente de Podemos que se ha llevado a la Junta Electoral Central y acabamos de saber que no va a resolverlo antes del inicio del debate, con lo cual aplicamos para el desarrollo del espacio lo último dictado por la Junta Electoral Provincial".
Según pudo saber Murcia Plaza, las conversaciones entre los responsables del debate y el equipo de Podemos para lograr que María Marín abandonara el atril fueron muy tensas. De hecho, el secretario de organización de la formación morada, Ángel Hernández, acusó al presidente de Radiotelevisión de la Región de Murcia de "perder los nervios" con su partido: "Minutos antes del inicio del debate, el presidente de RTRM pierde los nervios y empieza a gritar en el camerino de María Marín porque le pedimos por escrito el desarrollo del debate. Así es cómo funciona Mariano Caballero", criticó Hernández en su cuenta de Twitter.
El equipo de Podemos, arropando a María Marín, se marchó del estudio de televisión con rostros de indignación y expresando que "contra Podemos no vale todo". Se escucharon quejas de "no hay precedente". Ponía rumbo hacia la calle Cartagena, donde los aplausos reafirmaron que todo lo que había sucedido en la noche del debate les había merecido la pena.