CARTAGENA. La transformación del entorno urbano es uno de los grandes retos del futuro a los que se enfrenta la sociedad. La degradación palpable del planeta, que la pandemia ha puesto en evidencia aún más, obliga a que las ciudades se transformen para ser más sostenibles. En esta transformación, pocos profesionales como los arquitectos para dibujar esas nuevas ciudades del futuro. Los encargados de formar a los nuevos profesionales de la arquitectura en Cartagena son conscientes de la responsabilidad que tienen. Por ello, desde la asignatura de ‘Arquitectura y empresa’ lanzaron un concurso en el que, en base a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los alumnos desarrollaran proyectos o negocios con los que contribuir a ese desarrollo urbano en base a la Agenda Urbana.
El proyecto ganador fue ‘Piérdete’, con la que los creadores proponen una forma diferente de conocer Cartagena. “Lejos de visitar los enclaves turísticos clásicos, con esta app lo que se propone es conocer de una forma diferente la ciudad. Visitar tiendas locales con encanto, los mercados tradicionales… Es una forma de fomentar también la economía local con la colaboración de los ciudadanos”, señala María Jesús Peñalver, responsable del departamento.
Uno de los grandes retos que desde hace años demanda Cartagena es la mejora del entorno, ya que la imagen de la ciudad genera demasiados contrastes. Calles muy renovadas con otras en clara descomposición. “Cartagena como ciudad tiene un potencial enorme por clima, oferta cultural… Por muchas cosas. Pero para poder explotar eso necesitas mejoras. El gran reto es lograr redistribuir de forma equitativa no tanto la riqueza, sino las zonas urbanas. Hay calles del centro con un aspecto formidable, mientras que otras se encuentran con solares abandonados que llevan años en descomposición. Hay demasiado contraste entre algunas zonas de la ciudad y otras”, señala Peñalver. “Todo ello necesita de la colaboración de todos los implicados. Instituciones, empresas y ciudadanos en un espacio donde se puedan concretar todas las ideas. Que no se queden en el papel”, añade.
Otro de los grandes obstáculos es el gran desembolso que esta transformación conlleva. Peñalver, apela, sin embargo, a aquello que está en nuestras manos. “Las grandes transformaciones no van a depender de nosotros porque precisan de un gran desembolso. Lo que si está en nuestras manos es lograr aplicar una economía circular en nuestro día a día. Lograr transformar las ciudades en urbes circulares, en su sentido más amplio de la palabra. Reutilizar recursos, espacios. Eso si está en nuestras manos. Todo esto tiene que calar en la sociedad. Si no es así, no va a ser posible transformar las ciudades”.
