MURCIA. Es una de las 25 personas más influyentes del arte contemporáneo, según la revista Art Review, y referente mundial de la teoría queer. La presencia del filósofo y comisario de arte Paul B. Preciado en el Congreso de Artes y Diversidad de Cepaim -que se clausura este sábado-, fue recibida con verdadera expectación en un Teatro Circo lleno de público, como en sus mejores noches de estreno. En este escenario, Preciado conversó sobre su último libro, Un apartamento en Urano. Crónicas del cruce (Anagrama, 2019), con el arquitecto Miguel Mesa del Castillo. El filósofo, cómodo en la conversación, que en muchas ocasiones se convertía en disertación, aportando momentos divertidos y contento de tener a sus padres entre el público , reclamó “un estatuto de ciudadanía política para todo ser vivo, más allá de ser cuerpos reproductivos”.
El reconocido filósofo, doctorado en Princeton (Nueva York) y discípulo de Derrida en París, imagina en su último libro la vida en un planeta donde no existen los convencionalismos sexuales, de género y raciales. En ese sentido, el escritor, quien se define "uranista" y “transfeminista”, explicó que sus viajes como comisario de Documenta 14 le permitieron “entrar en contacto con comunidades de resistencia de todo el mundo, transitando por un universo planetario global. Mis textos relatan esos tránsitos”.
“El aparato institucional es binario”, aseguró el filósofo, quien abogó por revisar esa “epistemología de legitimación de un régimen de opresión política” y por “designar una ciudadanía para todos los cuerpos vivos sin tener que asignar que es femenino o masculino”. En este sentido, sostuvo que “no se reconoce el sexo, se diagnostica según la capacidad reproductiva”, en un proceso que calificó de discriminatorio y violento. Al respecto, añadió: “No me interesa la reproducción sexual, yo milito en la no reproducción”.
Además, Paul B. Preciado destacó que “estamos viviendo un momento fascinante, similar al que se vivió en el siglo XVI, cuando se inventó la impresora y se pasó de la cultura oral a la escrita”. Sobre esa “nueva ciudadanía para hacer una transformación planetaria”, el filósofo manifestó que: “Soy optimista, porque sólo veo el colapso. En los próximos 50 años, tendremos que reinventar otro modo de gestión de la vida que no sea una técnica de muerte”. Para ello, “servirá la experiencia de los esclavos negros que sobrevivieron a la colonización o de las comunidades indígenas que sobrevivieron al exterminio. Esas son las resistencias que nos pueden salvar”, afirmó.
“Tengo un carné masculino, pero es tan falso como el que tenía antes”, consideró Preciado sobre la política del género. “No me interesa la identidad; la normalidad está llena de identidad. Me interesan los procesos de desidentificación”. De hecho, añadió que “las siglas LGTB no quieren decir absolutamente nada, ya no nombran nada” y que “el juego de las identidades es bastante agotador”. “Nuestros movimientos han pasado los últimos 40 años obsesionados con la identidad. Yo eso se lo dejo a Vox. No me interesa, a mí me interesa la libertad”, argumentó. De hecho, el filósofo y comisario de arte aseguró que “soy todo: sigo siendo una niña de Burgos, una lesbiana de Burgos,…”. En este momento, paró de enumerar y aprovechó para saludar a sus padres que estaban entre el público y quienes recibieron un aplauso por parte de los asistentes.
“Soy un cuerpo vivo revolucionario”, dijo de sí mismo Paul B. Preciado, quien afirmó, por otra parte, que “el feminismo ha sido la filosofía política más importante del siglo XX”. Igualmente, consideró necesaria una revisión crítica de su epistemología, ya que hombre y mujer “son sujetos de ficción política de la Historia”.
“La estrategia absoluta y real es simplemente la abolición de la epistemología de la diferencia sexual”, sostuvo en Murcia el que es uno de los filósofos más influyentes del mundo desde su planeta Urano.