MURCIA. Murcia y su herencia islámica andalusí es el título y el tema sobre el que gira la exposición que se puede contemplar en la galería Babel de Murcia, que acoge obras de once reconocidos artistas que miran hacia ese pasado plagado de acequias, azudes, canales, norias y acueductos; a esa identidad ligada a la huerta y al agua. Los pintores que participan son Abellán Juliá, Carmen Cantabella, Manolo Belzunce, Fernando Arribillaga, Juan Mariano Balibrea, José Manuel Peñalver, Cristobal Pérez García, Paco Fernández Ruiz, Edgar Rojas, Arturo Nuez y Miguel Solá.
La muestra -que se podrá visitar hasta el 11 de mayo, de 10 a 21 horas- coincide con la apertura del centro de interpretación de La Muralla de Santa Eulalia, Madina Mursiya, y con una ruta de la tapa en este castizo barrio basada en las raíces musulmanas de la gastronomía local. No obstante, no siempre la ciudad ha tenido tan presente como debiera su pasado andalusí, tal y como señala el director de la galería, Javier Cerezo, quien recuerda que la huerta es la heredera de la cultura del agua que los andalusíes implantaron en los valles del río Segura.
Cerca de cumplirse 1.200 años de la fundación de Murcia por Abderramán II en el año 825, el galerista murciano sostiene que "la identidad que nos otorgamos siempre tiene una deuda con la memoria y el deber de esta es desafiar al olvido y a la destrucción". Por eso, recuerda que "desde que una excavación arqueológica en 1963 pusiera al descubierto el tramo de muralla de defensa andalusí de la plaza de Santa Eulalia, nuestra ciudad ha vivido una creciente transformación interpretativa de nuestras propias historia y raíces".
Tras parafrasear a Verdi asegurando que "resucitar lo antiguo nos convertirá en modernos", Javier Cerezo señala que "los artistas de esta exposición no lo son solo por lo que producen; también lo son por cómo miran los lugares y los sucesos". "Nuestra propia historia siempre nos ha esperado a que aprendiéramos a mirarla", dice por su parte una de las artistas participantes, Carmen Cantabella.
Pero las historias nunca terminan del todo, como demuestra esta exposición en la que estos artistas reinterpretan la herencia islámica de Murcia con su particular estilo. Para ello, muestra lugares tan icónicos como la Almunia del Rey Lobo y el vergel que pudo albergar su estructura de huertas, embalses, acequias, azudes, canales, norias y acueductos, en el caso de los murales de Abellán Juliá.
Las pinturas de Arturo Nuez muestran un conglomerado de juncos y cañas, tan característico de las riberas de ríos, acequias y lagunas que fueron introducidos por los agricultores andalusíes para la producción de madera. Por su parte, Manolo Belzunce, interpreta en sus obras el milagro de convertir los desiertos en huertas.
Carmen Cantabella lleva a sus obras personajes que han recibido la herencia de la cultura islámica; mientras que Elisa Ortega ofrece una perspectiva de la excavación arqueológica y su referencia a los distintos niveles arqueológicos.
Visiones de rincones de la Mursiya andalusí son interpretados por Fernando Arribillaga; la huerta y los jardines andalusíes son mostrados con exuberancias de color con los óleos de Juan Mariano Balibrea; mientras que grupos de jinetes, caravanas, batallas, agricultores o artesanos confluyen en los paisajes comunes que presenta José Manuel Peñalver.
Finalmente, Edgar Rojas crea fantasías plásticas creadas por e inspiradas en la arquitectura palaciega andalusí con alusiones a las yeserías almorávide y almohade; Cristóbal Pérez García en albercas, estanques y fuentes al espectador de esta exposición que quiere ser memoria a través del arte.
