MADRID (EFE). La inflación sin precedentes agudiza el ingenio de los empresarios de la hostelería y la distribución, que luchan para afrontar el alza en sus costes sin perder clientes con medidas como nuevas promociones y el refuerzo de la marca blanca en el súper y cambios de recetas y menús en bares y restaurantes.
Supermercados y establecimientos de hostelería trabajan desde hace meses en evitar repercutir todo el incremento de su factura eléctrica y de la de sus proveedores en un cliente que está cada vez más atento a las promociones y tiene menos renta disponible para sus compras y sus momentos de ocio.
Los datos del Índice de Precios al Consumo a mes de marzo, confirman que, mientras que el coste de la vida ha subido un 9,8 %, la cesta de la compra se ha encarecido un 6,8 % y en la restauración sólo se elevaron un 3,6 %.
El experto en Retail de Kantar, división Worldpanel, Bernardo Rodilla explica a Efe que esta subida de precios ya está provocando un "moderado" efecto "downtrading", esto es, buscar alternativas para abaratar la cesta de la compra con promociones y descuentos, o una mayor adquisición de marcas de distribuidor.
De hecho, esta misma semana, el consejero delegado de Supermercados DIA, Ricardo Álvarez, reconocía una "traslación grande" de consumidores a su renovada marca blanca.
Fuentes de esta compañía señalan que al ser un sector con "margenes muy bajos", se está intentando no repercutir la subida al cliente final, a quien tratan de conquistar con la nueva calidad de la marca propia, que ya alcanza 1.500 productos, y el mejorado concepto de tienda.
En el caso de El Corte Ingles, plantea acciones con el fin de que sus clientes consigan ahorrar en la cesta de la compra con un "amplio abanico" de estrategias, entre las que destacan los descuentos de hasta el 70 % en la segunda unidad, que se suman a los artículos que se promocionan en sus catálogos quincenales.
Como novedad, a partir de este lunes se celebra la semana de Internet, que permitirá al cliente conseguir la mitad de su gasto en vales para compras posteriores.
Por su parte, Carrefour ha optado por dejar elegir a sus clientes entre cuatro fórmulas de promoción y personaliza sus ofertas con un sistema que, según sus cálculos, puede permitir a una familia ahorrar hasta 950 euros al año.
En el último informe sobre el indicador de confianza elaborado por la patronal Hostelería de España, el coste de la energía, seguido del de las materias primas, lidera las preocupaciones de estos profesionales, para quienes hace un año la situación económica adversa y la caída de la demanda eran sus principales quebraderos de cabeza.
La organización ha analizado en profundidad la valoración de los empresarios por el impacto de estos costes y seis de cada diez aseguran que su factura eléctrica ha subido hasta un 60 %.
Como reacción a este alza, un 28 % de los hosteleros ha decidido trasladar consumos a franjas horarias más baratas, el 24 % ha elegido acometer inversiones en eficiencia energética y un 19 % ha llevado a cabo cambios en la producción.
Preguntados por el incremento de los precios de los alimentos, son el aceite, la carne, las verduras y el pescado los que más han impactado más en la hostelería; mientras que en las bebidas, el café, la cerveza y la leche son los que más repercuten.
La gran mayoría de los hosteleros, el 69,8 %, se ha visto obligado a subir los precios, de acuerdo a los datos del informe, que también señala que uno de cada cuatro empresarios ha sustituido materias primas por otras más económicas y el 37 % ha variado la composición de sus menús.
Aún así, la evolución de los precios ya se está notando y la mitad de los empresarios cree que sus clientes hacen menos gasto y han cambiado sus hábitos de consumo.
Y es que la vuelta a la normalidad pospandemia se ha dado de bruces con una inflación disparada que ya está provocando cambios de hábitos en el consumo y pérdida en la rentabilidad en los de por sí competitivos sectores de la alimentación dentro y fuera del hogar.