CRÓNICA

Nunca una pantalla significó tanto: así viven los abuelos de la Región el confinamiento

30/03/2020 - 

MURCIA. Una generación curtida por una guerra y una dictadura, en la que los ‘tiempos difíciles’ eran simplemente su tiempo y su época; que ahora, en estos tiempos de zozobra, donde ellos son los más vulnerables tras una vida de haber tenido que ser todo lo contrario, es completamente necesario el hacerles el proceso más fácil. Esta generación de personas mayores, que tiene escasos recursos, está nutriéndose estos días pandémicos de noticias catastróficas, en las que se les nombra como ‘grupo de riesgo’ con una frialdad y frivolidad que hasta asusta.

Estas personas, ancianas, ven en la televisión cómo la mitad del mundo se alivia por ser joven o no estar en la ‘lista de seleccionados’ mientras que ellos tienen que permanecer encerrados, escuchando y viendo cómo sus coetáneos están, en muchos casos, muriendo en soledad, arropados por desconocidos sanitarios que se han convertido en su única compañía. Es cruel, pero es la realidad. Saben que los que ingresan en los hospitales probablemente no puedan volver a ver a sus familiares a no ser que sobrevivan. Pero también es duro estar dos semanas -y las que quedan- sin poder tener ninguna visita o un mínimo contacto físico, ni un abrazo ni un beso.

Sin embargo, cada uno de los retos que la vida propone, sin opción a negarse, saca algo bueno a lo que poder aferrarse. En este caso, la cercanía es lo que más necesitan en tiempos en los que esto es imposible. El confinamiento puede hacerse mucho más sencillo y llevadero gracias a que hay personas cuidándoles y haciéndolo más digerible.

Y es por ello que María García, como otros muchos estos días, hoy llora enfrente de una pantalla. Está feliz, porque por fin puede ver a sus hijos y nietos, y aunque ella sepa que no es lo mismo, es un alivio inmenso, como si se tratara de un oasis en el desierto: es la esperanza, lo que renace en su mente.

La Residencia de Mayores San Basilio, al igual que otras de la Región, han proporcionado a todos sus usuarios medios electrónicos como tablets y móviles con los que podrán hablar con sus familiares. También han mejorado las conexiones wifi, con repetidores de señal en cada planta, para que su momento favorito del día no tenga que lidiar con interrupciones.

Ahora, personas como María tienen una motivación cada día de confinamiento. Tienen la alegría de poder seguir en contacto con sus familias, su mayor prioridad. También los trabajadores de las residencias se sienten satisfechos cuando, en estos días oscuros, se dan cuenta del sentido que tiene que ellos estén ahí, trabajando: a ellos les da la vida que las personas que cuidan estén bien.  

Al final, en estos momentos en los que sólo lo esencial e inmaterial importa, se entiende que esto es una situación en la que ambas partes ganan: hay pocas cosas puedan dar más satisfacción que te miren a los ojos y te esbocen una sonrisa.

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