MURCIA. Un sortilegio, una maldición y un deseo que desde los integrantes de un mausoleo se lanza hacia aquella persona que ose entrar, tocar, robar o alterar el orden establecido en el mismo, para honra de quienes allí se encuentran enterrados. Son varios de hecho y rezan así:
"Nadie toque estos 4 cadáveres que son dueños del Panteón y aquel que intente sacarles se le pare el corazón"
"El que le robe una planta de las que hechan flores a estos jardines indefensos le pido a dios que le mande unos picores que se rasque hasta los huesos"
"Cuido todo lo que puedo estos jardincillos, mi satisfacción es que tengan flores. Si los que me las quitan se dan de pillos, para esos pido picores. Y si son manos inocentes las que me roban plantas y flores que Dios me perdone y las gentes que para esos no pido picores"
"Lo mismo que tu, yo era, un ser vivo todo lo disfruté y recorrí medio mundo. Caí y me trajeron a la tierra del olvido para siempre este misterio profundo"
"Es grande el dolor y pena para los padres el perder a tus seres tan queridos. Los presientes a tu lado por donde andes y repercute su voz en tus oidos"
"Venian a Murcia desde París-Francia los hijos a hacer su Primera Comunion. No respetó la muerte ni padres ni infancia y por la espalda mato a los cuatro un camión".
"Somos todos iguales al nacer y en la vida cada uno toma su rumbo. Somos iguales al desaparecer en este misterio profundo"
"Con todo el que hables está de mal humor, sus recuerdos no se van de tu memoria y ya solo exclamas dolor que Dios los tenga en la gloria"
"Esto es un recuerdo de los abuelos con dinero de sus hijos y zagales. Los dos viejos fueron buenos. Encarna y Jose Garcia Perales"
Dejando en el lado del misterio la ubicación del panteón, nos centraremos en los sucesos que inspiran este tipo de mensajes a los viandantes del cementerio. Nos encontramos en el año 1977 y rastreamos a una familia, la de Enrique García Quesada y Josefa Gavilán. Este matrimonio tiene dos hijos -Enrique y Encarnación- que venían desde París para hacer la comunión en Murcia. Lo que era motivo de alegría y celebración se vuelve una tragedia tras un grave accidente en el que mueren los cuatro miembros embestidos por un camión. Los abuelos estaban esperando en Murcia pero ese reencuentro nunca se produjo. Éstos llegan a acusar al conductor del camión de asesinar a la familia y exponen estas maldiciones a quien no respete el entorno.
Uno de los aspectos que más llaman la atención de estos deseos es el que leemos que se nos produzca "unos picores que se rasque hasta los huesos", y es que en la Murcia de estos años una de las enfermedades de transmisión sexual más común y más molesta es la dermatitis por ácaros, también conocida como Pthirus pubis. Lo que en realidad se le desea a quien se atreva a robar flores es una infección tan grande de ladillas que se rasque hasta las entrañas de forma literal.
* Santi García es responsable Rutas Misteriosas y autor del libro 'Murcia Sobrenatural'