Región

La casa de Bolnuevo que se convirtió en un poema de vidrio, hormigón y agua: cuando arquitectura y arte se fusionan

Proyecto llevado a cabo por el estudio Muher

Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

¿Qué puede pasar si eliges para construir tu casa un paisaje mágico, nada menos que en un acantilado en Bolnuevo con unas increíbles vistas al mar? ¿Y si, además, se encargan del proyecto unos arquitectos que también son artistas (muchos lo son, pero estos especialmente)? ¿Y si, para colmo, acuerdas con ellos que más que una vivienda al uso buscas una experiencia, un refugio y experimentar una cascada de emociones a lo largo del día? Pues el resultado es este espectacular chalet que es obra del estudio multidisciplinar de arquitectura e interiorismo Muher, formado por Francisca Muñoz y Manuel Herrera, quienes han creado una escultura para ser vivida y disfrutada en este rincón de Mazarrón.

“Este diseño es una casa que no se posa sobre el acantilado, sino que emerge de él, deslizándose en niveles como terrazas escultóricas que se funden con la naturaleza. No es solo una vivienda, es una experiencia: un poema de vidrio, hormigón y agua que respira al ritmo del paisaje, extendiéndose en voladizos imposibles que desafían la gravedad y se abrazan con el mediterráneo”, describen desde el estudio con sede en Totana.

En este sentido, los arquitectos explican que buscaron que “cada plataforma se convirtiese en un lienzo donde el arte y la arquitectura dialogasen con el entorno”. Asimismo, quisieron otorgar un protagonismo absoluto al agua, que “desciende en cascadas desde los niveles superiores, recorriendo muros y suelos, filtrándose entre las estructuras y desvaneciéndose en el mar”. De hecho, apuntan que con esta vivienda quisieron rendir un homenaje a la Casa de la Cascada de Wright, “aunque aquí la fusión es total: el sonido del agua, la brisa marina y la luz filtrada a través de planos de vidrio convierten cada rincón en un espectáculo sensorial”.

Espacios que desafían lo convencional

  • -

Esta casa en Bolnuevo está llena de espacios que desafían lo convencional, como es el caso de las plataformas en voladizo, diseñadas con hormigón de ultra resistencia, que parecen flotar sobre el vacío, generando una sensación de ingravidez que potencia la conexión con el mar.

Asimismo, los muros de vidrio estructural rompen los límites entre el interior y el exterior, permitiendo que la luz y el paisaje penetren en cada espacio, “transformando la casa en un faro de transparencia y reflejos”, apuntan desde Muher.

También crea una atmósfera muy especial el circuito de agua en movimiento, para el que se han utilizado desde espejos de agua que reflejan el cielo hasta cascadas que oxigenan el entorno y desembocan en una piscina infinita donde el horizonte se diluye. Asimismo, los jardines suspendidos, con terrazas verdes integradas en la arquitectura, refuerzan el diálogo de la vivienda con la naturaleza.

“Esta no es una casa común. Es una obra de arte habitable, una escultura habitada donde cada línea, cada material y cada sombra están diseñados para emocionar. Un refugio para quienes buscan algo más que arquitectura: buscan una experiencia, un sueño hecho materia”, afirman los arquitectos de Muher, que con esta obra ha querido llevar a cabo “un manifiesto de exclusividad y belleza”.

Recibe toda la actualidad
Murcia Plaza

Recibe toda la actualidad de Murcia Plaza en tu correo