MURCIA. El Valle de Ricote modernizará su capacidad de tratamiento de residuos orgánicos. Para ello, el Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de la Región de Murcia (Cogersol), dependiente de la Comunidad, ha puesto en marcha el proyecto de construcción de unas nuevas instalaciones en Ulea, para lo que se realizará una inversión de casi 12,8 millones de euros.
En consecuencia, Cogersol ha puesto en marcha una licitación para encontrar una empresa que se encargue de realizar el proyecto de ejecución y la ejecución de las obras de construcción de esta planta, que se ubicará en Ulea y estará destinada al tratamiento de biorresiduos de origen doméstico y que también permitirá la generación de biogás.
Las empresas interesadas en llevar a cabo estos trabajos tendrán hasta el próximo 10 de abril para presentar sus propuestas, donde la oferta económica será el valor más tenido en cuenta con el 40% de la nota final. Asimismo, también resultarán claves las mejoras introducidas en el proyecto inicial, como la instalación de placas solares, la ejecución de un taller y la puesta en marcha de digestores prefabricados de acero vitrificado, lo que sumará en conjunto un total de 30 puntos. Por su parte, el resto de la evaluación dependerá de otros compromisos, como la ampliación del periodo de garantía, la reducción del plazos o la adscripción de medios.
Dado que la firma seleccionada será la encargada de redactar el proyecto definitivo, Cogersol le otorgará un máximo de tres meses de plazo para elaborarlo. Tras ello, el plazo de ejecución de las obras comenzará en la fecha establecida en el acta de comprobación de replanteo, y tendrá una duración de otros 10 meses. Además, la compañía dispondrá de otros 30 días adicionales para realizar las pruebas de carga y justificar los fondos europeos que financian los trabajos.
Además, dada la naturaleza ambiental del proyecto, se deben implementar medidas para reducir el uso de papel, y usar reciclado en caso de que sea necesario. Por otro lado, la empresa adjudicataria deberá designar a una persona que controle las condiciones de seguridad y salud laboral exigidas.
En concreto, esta nueva planta de Ulea estará encargada de cerrar el ciclo de vida de la materia orgánica, así como su reciclaje y conversión en compost que podrá ser utilizado como sustituto de fertilizantes químicos. De hecho, mejorar la estructura y fertilidad de los suelos es unos de los principales objetivos marcados en este proyecto, pues se considera que "es especialmente necesario en el territorio español debido a la abundancia de suelos degradados y faltos de materia orgánica".
Al mismo tiempo, otra de las labores consistirá en producir energía renovable, pues el compostaje de la materia orgánica genera biogás que puede ser utilizado directamente como biocombustible o para la obtención de energía eléctrica.
A todo esto habría que sumarle el hecho de que todos los residuos que absorba esta nueva planta no acabarán trasladados a un vertedero, lo que se traduce en una reducción de las emisiones de GEI y de las necesidades de espacio en dichas instalaciones.