MURCIA. Imaginen que su sala de estar tuviera un enorme ventanal que enmarcara, como si de un cuadro se tratase, un impresionante paisaje marino; que su vivienda estuviera a medio camino entre volar y navegar; que el azul de su piscina se perdiera en el Mediterráneo; y que el lujo no estuviera reñido con la identidad y la memoria. Todo esto y mucho más se puede encontrar en 'Casa sobre un acantilado', una vivienda en Cabo Cope (Águilas) reformada por el  estudio multidisciplinar de arquitectura e interiorismo Muher, con sede en Totana

 Los arquitectos y también artistas que están detrás de este estudio murciano, Francisca Muñoz y Manuel Herrera, destacan "el privilegio de la intimidad" que supone habitar sobre un acantilado. "Con una situación privilegiada y en un enclave con vistas deslumbrantes", Muher se enfrentó "al reto intimista de aprovechar el volumen existente de una antigua edificación para remodelarla y convertirla en una vivienda exclusiva que se vuelca al mar, rodeándola de aterrizados que escondan la vivienda de la visión respecto a la carretera de acceso para que pase desapercibida".

Añaden sobre el proyecto que se trata de "un lugar único donde a la imponente la presencia del agua se le ha dado el protagonismo, diseñando un paisajismo de palmeras que abriguen la edificación que pasa a un segundo plano". "Grandes ventanales y piscinas se vuelcan a la inmensidad del mar trayéndolo al interior de la vivienda para conseguir el efecto de barco navegando", describen sobre la fusión que se produce entre la arquitectura y su entorno.

La vivienda no ha querido perder su identidad, que se respira en muchos de sus rincones, con el protagonismo de la piedra y otros materiales naturales que dialogan con el entorno. No podía faltar tampoco en esta casa aguileña una gran terraza, como proa de una edificación que a veces planea sobre el mar, en ocasiones nevega por sus azules y otras se queda anclada a la tierra.

Cabe recordar que los 'Muher', aunque con sede en Totana, trabajan para el mundo y han obtenido numerosos reconocimientos. Son los autores, por ejemplo, del Jardín de la Seda de inspiración murciana que fue inaugurado en 2019 en la ciudad china de Nanning, donde plasmaron la herencia del comercio de la seda en la Región de Murcia y para el cual llevaron hasta el país asiático los árboles representativos de las tres culturas (cipreses, olivos y palmeras), además de otros propios de la cuenca mediterránea.

Además, como artistas los Muher están representados por galerías en ciudades como Shanghái, Pekín y Hong Kong. De hecho, pronto harán una nueva exposición en el país asiático.