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El Agua del Carmen que lo curaba casi todo

Era una bebida alcohólica del estilo del aguardiente y basaba su eficacia en el efecto embriagador de quien la consumía

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  • Agua del Carmen
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MURCIA. Continuando en la línea de la semana pasada, en donde nos centrábamos en los recipientes en los que se recogían las lágrimas de los fallecidos (enlace), en esta ocasión hablaremos de una evolución de estos líquidos y elixires que en ocasiones eran utilizados para la sanación, siguiendo siempre la tradición oral, basada -a su vez- en las creencias que les otorgaban capacidades extraordinarias por ser extraídas de almas puras, de almas benditas, siempre que esas lágrimas fueran de niños.

Desde el siglo XVII tenemos constancia de una solución via oral para casi todo tipo de males, el Agua del Carmen, que irrumpió en nuestro país en 1911.

Sin embargo, fue inventado por los Carmelitas Descalzos en la Francia del siglo XVII, aunque fueron los carmelitas venecianos del monasterio de Santa María de Nazaret, en el barrio de Cannaregio, los que en 1710 popularizaron esta preparación que es usada como bebida, aromatizante e incluso como esencia para masajes.

Era la combinación de un 55% de alcohol y una mezcla de plantas relajantes y digestivas, como la melisa, el cedro, el clavo, la canela y, en algunas ocasiones, unas pocas gotas de lágrimas de niños fallecidos.

Literalmente era una bebida alcohólica del estilo del aguardiente, y basaba su eficacia en el efecto embriagador de quien la consumía, pues, durante un período de tiempo, los dolores desaparecían, fuera la dolencia que fuera. Tanto es así que fue un sustituto del alcohol para muchas mujeres. En una época en la que el género determinaba aún más que hoy qué podías hacer o consumir, que una mujer bebiera alcohol no era bien visto, y un producto que no tenía ni nombre ni referencia a ningún licor, sino más bien religiosa, era de buena aceptación. Además, nunca se guardó junto al aguardiente o la crema de orujo, sino en el baño, al lado de las gasas, la povidona yodada y otros ítems de botiquín.

Por la misma razón que se decía que el coñac o el brandy ‘daban fuerza’ o curaban el malestar general, estos y el agua del carmen se tomaban cuando los nervios apretaban, si se sufría algún desmayo o si se padecía congestión nasal (a su fuerte olor a alcohol y cítricos, similar a las antiguas colonias para niños, se le supone la virtud de devolver el sentido y de expectorante), para ayudar a la digestión o para mejorar la digestión o para aliviar los dolores menstruales.

Sabemos que en el Región de Murcia había recetas que contienen Agua del Carmen, en donde en verano, para las zonas del Altiplano era muy habitual en los años 20 mezclar tres albaricoques, una manzana, un melocotón, 100 ml de zumo de manzana y cinco gotas de Agua del Carmen.

De la misma manera el Agua del Carmen se podía usar para friegas, quitar el dolor de cabeza o los reúmas. La receta era muy simple: había que mezclar 15 gotas de agua del carmen con 7 gotas de aceite esencial de menta, 200 ml de agua fría, que serán aplicados con un paño para frotar la frente, las sienes o las zonas doloridas. Curioso es el caso de los dolores menstruales, para los que se recomienda masajear el abdomen por los menos 4 días antes del inicio del período con una combinación de 5 gotas del remedio y una cucharada de aceite de almendras dulces.

Santi García. Rutas Misteriosas Región de Murcia

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