Murcia Plaza

el buen tiempo acompaña al día grande de murcia

La felicidad del Bando de la Huerta luce a pleno sol

MURCIA. A las 10 de la mañana Murcia se despereza en calma. Sin prisas. El sol de primavera, radiante, ilumina las fachadas. Aún es pronto para la explosión que inundará toda la ciudad. No hay gente en las calles, aunque asoman pequeños grupos de jóvenes huertanos, calzados con sus esparteñas y enfundados con el traje de rigor, con su cómodo zaragüel, su fajín al cinto y su chaleco reluciente. Una carroza tirada por un pequeño motor de tractor recorre la Avenida de la Fama. En su interior, un huertano corta jamón ante el paso de los pocos viandantes.

El gentío matutino se agolpa en un único punto, la Plaza Cardenal Belluga, tan arrebatada como engalanada para la gran cita. El silencio se respira en la plaza. Sólo se escucha la música coral de la eucaristía. Cuesta ver un templo tan multitudinario en tiempos no precisamente devotos. El obispo José Manuel Lorca Planes oficia la misa en un altar colocado justo en el centro, frente al Palacio Episcopal. El prelado reza una oración para invocar "el don de la lluvia". Detrás de Lorca Planes, sin perder ojo de ninguno de sus fieles, se sitúa La Morenica, la patrona de Murcia, que luce "más guapa que nunca", como describe una asistente. Suena el himno de la Virgen de la Fuensanta.

Foto: AYTO MURCIA

Termina la eucaristía y el gentío prorrumpe en "¡aleluyas!". Ahora sí. Atruena la música y Murcia se abre en una marabunta interminable de transeúntes. Las calles comienzan a empaparse de huertanía, de tradición, de exaltación costumbrista. Una procesión con la Virgen de la Fuensanta parte desde la Plaza de los Apóstoles hacia Santo Domingo, donde le espera una gran petalada de flores, antes de regresar a su residencia en fiestas, la Catedral. "¡Guapa, guapa!", exclaman a su paso por la antigua Calle Correos. Desfilan también las flamantes Reinas de la Huerta, las embajadoras de una fiesta declarada de interés turístico internacional. Detrás aparecen las principales autoridades: el alcalde de Murcia, pero también el presidente de la Comunidad y varios consejeros de su Gobierno. Nadie se lo quiere perder.

El Bando de la Huerta es también un día para el reencuentro. Reúne a familias y amigos, a murcianos 'en el exilio' y a turistas curiosos que acuden curiosos a esta exaltación de la Huerta de Murcia. "Las tradiciones siempre hay que mantenerlas", cuenta a Murcia Plaza Miguel, un murciano afincado en Madrid que se ha tomado el día libre para desplazarse hasta la capital del Segura y celebrar el día grande de las Fiestas de Primavera. 

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