Éramos centenares de personas quienes salimos a la calle el sábado por la mañana. Éramos tres mil castellonenses. Una multitudinaria manifestación recorrió las calles del centro de la ciudad para exigir el fin del genocidio de Israel contra la población de Gaza, para que se abran los corredores de ayuda humanitaria, para que se produzcan sanciones internacionales, para que cese la ocupación ilegal y la represión en Cisjordania, porque en los territorios ocupados la colonización se está expandiendo brutal y peligrosamente, con decenas de víctimas mortales y desalojos forzosos de viviendas palestinas.
El mundo observa y guarda silencio mientras las calles de las principales ciudades europeas se llenan de gritos contra el exterminio de un pueblo, contra la sangrienta ocupación de un territorio y de la vida de las personas. También sucedió en València, el mismo sábado, por la tarde. Miles de personas tomaron las calles. La realidad de Gaza es insoportable. Más de 55.000 personas asesinadas, con decenas de miles de niñas y niños, de mujeres, de jóvenes.
Netanyahu está saqueando los recursos palestinos, practicando una supremacía que está extendiendo estos días atacando a Irán. Según informa la excelente periodista Yolanda Álvarez en redes sociales, “Netanyahu ordenó atacar Irán para: 1) regionalizar el conflicto, 2) victimizar a Israel (pone en riesgo a su población, sabe que Irán contestará) y 3) desviar la atención de Gaza, asediada por bombas y hambre, sin Internet”. Álvarez alude, en este breve análisis, al periodista palestino Al Hassan Selmi, del norte de Gaza, que arriesga su vida para compartir una actualización sobre la situación en Gaza en medio del bloqueo total de las comunicaciones impuesto por Israel y los brutales ataques a la Franja.

- Manifestación en Castelló. -
- Foto: CARLOS PASCUAL
La realidad de Gaza es insoportable, insostenible. Y el mundo calla. Israel sigue defendiendo su expansión territorial, el saqueo de recursos, la supremacía racial, el apartheid legalizado y un modelo colonial sostenido por los intereses del capital. Las grandes transnacionales armamentistas, tecnológicas y energéticas se enriquecen con cada bomba lanzada. El sionismo no es una religión ni una cultura, -hay que tenerlo claro-, es un proyecto político y económico de colonización y limpieza étnica. Estas palabras son parte del Manifiesto consensuado por el centenar de asociaciones culturales, grupos feministas, fundaciones, ong, colectivos sociales y ciudadanos, entidades, sindicatos y partidos políticos como Compromís, PSPV, Podem y Esquerra Unida.
La ciudadania castellonense unida para gritar Basta. Paremos el Genocidio de Gaza. Desde todos los colectivos representados en la Manifestación Unitaria, se señaló a las mujeres como primeras víctimas del genocidio, “el cuerpo de las mujeres palestinas es territorio de guerra. Son violadas, asesinadas, sus partos son interrumpidos por drones, sus hijas e hijos son enterrados con ellas bajo los escombros, una violencia que no es un mal colateral, es una estrategia patriarcal de dominación”.
Desde Gaza hasta Cisjordania la brutalidad de Israel, con el apoyo o complicidad pasiva de potencias internacionales, ha destruido impunemente vidas, casas, escuelas, hospitales y campamentos de refugiados. Solo la presión y acción de la denominada comunidad internacional puede poner fin a este genocidio. Y no olvidemos que el estado de Israel no se sostiene de manera autónoma, se beneficia y se finanza gracias a numerosas empresas y al apoyo económico y armamentista de gobiernos como EEUU. Por este motivo es preciso reivindicar sanciones internacionales y el boicot a Israel, como clama el movimiento BDS, y a sus empresas que se lucran del genocidio el colonialismo y apartheid. En este sentido hay que señalar la decidida acción de artistas que han decidido no acudir a festivales de música como el Fin, Arenal Sound, Sonar, Festival de les Arts, o el Roow. El fondo KKR de capital israelí controla ochenta festivales por toda Europa.

- Manifestación en Castelló. -
- Foto: CARLOS PASCUAL
Mi vecina Carmen también participó en la gran manifestación del pasado sábado en Castelló. Ayer comimos indignadas, cabreadas, tristes. Hicimos una rápida ensalada campera, con las patatas del terreno que ya tenía hervidas Carmen, con tomate, atún, pimiento verde y rojo, cebolla y un buen aliño. De postre, sandía.
La pasada semana estuvo plena de acontecimientos, porque nuestro querido amigo, el periodista y escritor Javier Andrés Beltrán protagonizó una multitudinaria presentación de su último libro en el Casino. Siempre seremos ayer. Yo participé también en el acto junto a la escritora Queta Ródenas y su cuadro de actrices que representaron a las cuatro hermanas del protagonista del libro y de los diarios encontrados en el Garaje del Inglés. Carmen y yo disfrutamos muchísimo. Cuando acabemos de leer el libro tendremos una sobremesa en condiciones de analizarlo y contarlo. No se lo pierdan porque apunta historias infinitas e interesantes.
Porque ayer en nuestra sobremesa arrastrábamos el cabreo y tristeza que nos están produciendo los audios de Ábalos, Santos Cerdán y el tal Koldo. Qué asco nos dejó escuchar esos audios donde un ministro y su siervo hablan de las mujeres como si fueran mercancía. Nuestro rechazo absoluto a la corrupción, a los que roban y maltratan a las mujeres. Tremendo. Se nos quedó mal cuerpo.
Buena semana. Buena suerte.