El poder es como el agua en una copa de cristal: transparente en apariencia, pero basta una gota de impureza para enturbiarlo por completo. Y cuando el agua se enturbia, ya nadie quiere beberla.
Nos gusta creer que la corrupción es ajena, cosa de "los otros". Que a nosotros -a nuestra ideología, a nuestro partido, a nuestros líderes- jamás nos alcanzaría. Pero esa ilusión se disipa al primer trago amargo. Porque el poder, como el agua, es neutro: no distingue entre derecha e izquierda, ni entre hombres y mujeres. Lo que lo ensucia no es el color del vaso, sino lo que dejamos caer dentro.
La historia reciente de nuestro país lo demuestra sin piedad. A la derecha, los nombres resuenan: Gürtel, papeles de Bárcenas. A la izquierda, tampoco faltan ejemplos: ERE de Andalucía, Filesa, y hoy, el turbio caso Santos Cerdán. Distintos discursos, mismos pecados.
El poder no solo revela quiénes somos: también nos pone a prueba"
¿Por qué sucede? Porque el poder no solo revela quiénes somos: también nos pone a prueba. La tentación es universal. No hay ideología que inmunice. Lo que protege no es el programa electoral, sino la ética personal, el control institucional, la vigilancia ciudadana. Nos engañamos si pensamos que basta con ganar elecciones para cambiar el agua del vaso. La corrupción se cuela como el polvo en una habitación cerrada: invisible al principio, hasta que todo acaba cubierto por una pátina gris. Por eso no debemos tolerarla en ningún rincón.
No hay corrupción "menor" si la comete el nuestro. No es "menos grave" si sirve a una causa noble. Toda corrupción es veneno que erosiona la democracia y la fe pública. Y la limpieza del agua que bebemos es responsabilidad de todos. El poder seguirá tentando, siempre. Nuestra obligación es exigir que quien lo ejerza mantenga la copa limpia y visible, sin trampa ni cartón. Porque si la política se convierte en un juego de manos turbias, la sociedad entera acabará sedienta de verdad y justicia. Porque si toleramos el agua sucia hoy, ¿qué les dejaremos para beber a los que vienen detrás?
María Castelló Blanes
Directora de Operaciones de Elifab Solutions S.L.
Cátedra de la Mujer Empresaria y Directiva.