Estamos acostumbradas a que partidos y empresas que se mueven poco por la igualdad y los valores feministas se vistan de morado y tiñan de violeta sus logos en el mes de marzo. Lo que no habíamos visto antes, yo no al menos, es que el 8M se tiñera de azul. Y es que el Partido Popular regional, con su traje de Gobierno, ha decidido leer un manifiesto con una gran lona —de un azul que recuerda mucho al del logo de este partido— con un 8M en grande. Esto no es baladí, y me explico.
Como se suele decir, dos noticias se entienden mejor juntas, y en este caso es necesario repasar la hemeroteca.
Quienes estos días abanderan o fingen abanderar la lucha por la igualdad, al tiempo que hacen auténticos malabares con las palabras para no mencionar el feminismo como motor que nos ha traído todos los avances que hemos conquistado (y los que nos quedan), se están dando golpes de pecho por el trabajo realizado por los CAVI (Centro de Atención a las Víctimas de Violencia de Género), que atendieron a más de 7000 mujeres en el año 2024. De este dato hacía gala la consejera de Política social, Familias e Igualdad, Conchita Ruiz, el pasado 4 de marzo en una radio regional.
Si echamos la vista un poco más atrás, hay una noticia que arroja nueva luz sobre la anterior: Ana Mellado, secretaria de igualdad y mujeres de Comisiones Obreras en la Región de Murcia, denunciaba a finales de enero que los CAVI tienen listas de espera de más de un mes para dar cita.
La realidad cotidiana es que estos centros están desbordados, sufren recortes de personal y recursos, y sus profesionales enfrentan una fuerte inestabilidad laboral, con el perjuicio que esto supone para la calidad del trabajo y para el vínculo que se rompe —y que es tan importante en esta intervención— cada vez que, cuando acuden a su cita, les atiende una/un nueva/o profesional, por ejemplo, de la psicología. Esto mismo sucede también con el EMAVI de Murcia (Equipo Municipal de Atención a la Violencia de las Mujeres).
Hay que decirlo claro: los equipos de los CAVI hacen su trabajo lo mejor que pueden a pesar del Gobierno regional y no gracias a él, y es un buen momento para recordarlo. Y no hace falta que me lo cuenten, puedo verlo en mi trabajo diario en la asociación en la que desempeño mi labor de psicóloga.
Esto es lo que les importa la igualdad y la lucha contra la violencia de género al Gobierno regional y municipal de Murcia. Y por eso el 8M es azul para el Gobierno regional: golpes de pecho en medios, discurso institucional para los auto-aplausos y palmaditas en la espalda entre ellos, mientras son los equipos profesionales quienes trabajan a destajo por atender a las mujeres víctimas de las violencias machistas.
El 8M y la lucha feminista no es azul porque no es triste. El 8M es violeta porque es un día de orgullo por todos los derechos y avances conquistados; es rojo de rabia por todas las que nos faltan y los derechos negados; es verde porque si no cuidamos nuestro planeta habrá más desigualdades; es marrón y negro, porque si no están nuestras hermanas racializadas y migrantes y sus demandas solo hablaríamos desde nuestros privilegios de blancas; y es arco iris, porque la lucha LGTBIAQ+ nos da la mano y nos necesitamos todes.
Helena Vidal Brazales
Ex diputada regional de Verdes Equo RdM