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La salud se resiente en la Región de Murcia y la Comunitat Valenciana por la desigualdad y falta de prevención

Publicado: 09/08/2025 ·06:00
Actualizado: 09/08/2025 · 09:01
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Ocho de cada diez españoles admite que no se hace todos los chequeos médicos que debería. Es uno de los datos más reveladores del Stada Health Report 2025, y deja al descubierto una paradoja: aunque la mayoría reconoce la importancia de cuidar su salud, seguimos fallando en algo esencial como la prevención. ¿La causa principal? Falta de información clara y accesible. Esto provoca que muchas enfermedades graves no se detecten hasta que ya es demasiado tarde, perdiendo así valiosas oportunidades de diagnóstico precoz.

Pero la responsabilidad no recae solo en los ciudadanos. Las instituciones también deben actuar. Conocer el estado de salud de la población es clave para prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida. Para ello, se utilizan indicadores que permiten medir el nivel de salud y los factores que lo condicionan, como los hábitos de vida o el entorno.

Este artículo analiza dos regiones del sureste español: la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia. Para evitar que el exceso de datos resulte abrumador, la información numérica se presenta de forma visual y accesible en dos tablas: una sobre el estado de salud y otra sobre sus factores de riesgo. En ellas se comparan los datos de España con los de Europa, y los de Valencia y Región de Murcia con la media nacional. ¿Lo más intuitivo? Un código de colores que facilita la interpretación del nivel de desempeño relativo de cada territorio: verde (óptimo), amarillo (aceptable), rojo (bajo) y negro (crítico).Final del formulario

 

Lo que los datos dicen sobre nuestra salud

España destaca como uno de los países más saludables de la Unión Europea. ¿El secreto? La dieta mediterránea, un estilo de vida activo, el clima, los vínculos familiares y un sistema sanitario público que cubre a toda la población. La esperanza de vida alcanza los 84 años -la más alta de la UE-, y las tasas de mortalidad infantil o por enfermedades como el cáncer o los problemas circulatorios se sitúan entre las más bajas del continente. Todo ello invita a pensar que lo estamos haciendo bien.

¿El problema? Vivimos muchos años, sí, pero solo 61 de ellos con buena salud, es decir, sin grandes limitaciones. Ese dato sitúa a España entre los cinco países con peores resultados en cuanto a años de vida saludable.

Y si ampliamos el foco a la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, el panorama se complica. Aunque ambas comunidades han mejorado algunos indicadores -como la mortalidad ajustada por edad-, siguen muy por detrás de la media nacional en salud general. Las tasas de enfermedades crónicas y trastornos mentales son elevadas y van en aumento. Además, tanto la esperanza de vida como los años vividos con buena salud son inferiores a los del resto del país. La Región Murcia, en particular, sale mal parada. Es una de las tres comunidades autónomas con peores cifras en indicadores clave. Según el informe Patrones de mortalidad en España 2022, la Región lidera en 9 de las 13 principales causas de muerte: desde enfermedades cardiovasculares hasta septicemia.

En octubre de 2024, el Instituto Nacional de Estadística (INE) analizó la situación sanitaria de todas las comunidades autónomas mediante su Indicador Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV). ¿El resultado? La Comunidad Valenciana aprueba con lo justo, quedando apenas por encima de la media nacional. Pero en el caso de la Región, la situación es más preocupante: figura entre las cuatro regiones peor valoradas. Y surge entonces una pregunta inevitable: ¿cómo es posible esto en una comunidad con la población más joven del país, un gasto sanitario por habitante superior a la media y un uso frecuente de la atención primaria? Todo apunta a lo que a menudo se olvida: la salud no se cuida solo en los hospitales. También se construye -o se deteriora- en la calle, en casa, en el trabajo y en el entorno. Factores sociales, educativos y ambientales tienen un peso enorme. Porque, al final, la salud no depende solo de lo que ocurre en la consulta médica… sino de todo lo que hacemos y vivimos cada día.

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Los factores que nos enferman

Hoy en día está claro que la salud no depende solo de ir al médico, tener ‘buenos genes’ o contar con un poco de suerte. Hay mucho más detrás. Existen otros elementos clave -los llamados factores determinantes de la salud- que influyen directamente en cómo nos sentimos física y mentalmente. ¿La buena noticia? Muchos de estos factores están en nuestras manos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), su influencia se distribuye aproximadamente así:

  • Estilo de vida (40 %): Lo que comemos, cuánto nos movemos, si descansamos bien o evitamos el tabaco y el alcohol… todo cuenta.
  • Entorno social y económico (30 %): Tener un buen trabajo, ingresos estables, educación y una red de apoyo influye (y mucho) en nuestra salud.
  • Medio ambiente (10 %): Vivir en una zona sin contaminación, con zonas verdes o una casa adecuada también marca la diferencia.
  • Sistema sanitario (10 %): Tener acceso a médicos es importante, pero no lo más determinante.
  • Genética (10 %): Los genes influyen, sí, pero no lo deciden todo.

Pero, ¿qué factores están afectando realmente a la salud de los españoles y más concretamente de valencianos y murcianos?  La Tabla 2 lo deja claro: presenta datos sólidos, procedentes de fuentes públicas y privadas de prestigio, que muestran cómo los principales determinantes -sociales, ambientales y relacionados con el estilo de vida- están influyendo en el bienestar de la población.  

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España ha reducido las muertes por contaminación del aire, aunque a un ritmo más lento que la media europea. En 2022, ocupaba una posición intermedia en el ranking del continente. Sin datos oficiales por comunidades, la Tabla 2 recoge estimaciones que revelan un dato preocupante: la Región destaca con una de las tasas de mortalidad más altas del país. ¿A qué se debe? Entre las causas están el tráfico urbano, las emisiones de los grandes polos industriales, la quema de rastrojos, el ozono troposférico que se intensifica con el calor… y hasta el polvo sahariano.

En la Comunidad Valenciana, la mortalidad prematura está en torno a la media nacional. Pero eso no significa que todo esté bien. Al igual que en la Región Murcia, la baja calidad del aire sigue siendo un problema y las fuentes de emisiones son similares. ¿Dónde se concentra más? En el área metropolitana de Valencia, en la zona industrial de Sagunto y, en menor medida, en la ciudad de Alicante.

Consumo de alcohol en la Región, con tendencia ascendente

Europa lidera el consumo de alcohol per cápita a nivel mundial, pero España se desmarca con una mortalidad atribuible al alcohol bastante inferior a la media europea. Aun así, no conviene caer en la complacencia: según el Ministerio de Sanidad, casi 8 de cada 100 personas consumen alcohol en niveles de riesgo, lo que no es poca cosa.

En 2024, la Comunidad Valenciana fue la región con mayor consumo de alcohol consumió a nivel nacional entre personas de 15 a 64 años.  Además, sus jóvenes son los que antes empiezan a beber, con una edad media de inicio de 15,7 años, y casi el 97 % ha probado el alcohol alguna vez. Murcia, en cambio, muestra un perfil más moderado: consumo más próximo a la media nacional, menor participación de adolescentes en botellones y una tasa de mortalidad estable, aunque con una tendencia ascendente.

Aunque el tabaquismo está en declive, sigue siendo una de las principales causas de muerte evitable en Europa. En España hay una buena noticia: en 2024, el consumo diario de tabaco alcanzó su nivel más bajo en 30 años, según la encuesta EDADES. Pero la alegría no es completa… El uso de cigarrillos electrónicos es un enemigo silencioso que empieza a colarse demasiado pronto en la vida de muchos adolescentes, poniendo en jaque los avances logrados. El humo ha cambiado de composición, pero no de riesgo.

En la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, la mortalidad atribuible al tabaco está en la media nacional, aunque el ritmo de descenso es lento. Una de cada cuatro personas adultas sigue fumando, y muchos comienzan antes de los 18 años, lo que alarga la exposición y multiplica el daño.

Vida sedentaria, un problema que se agrava

Vivimos en la era del ‘modo reposo’. El sofá, las pantallas y el coche se han vuelto compañeros inseparables… pero también nocivos para la salud. ¿El resultado? Más de un tercio de los españoles lleva una vida sedentaria, algo que dispara el riesgo de obesidad, diabetes, problemas cardiovasculares… e incluso depresión.

En la Comunidad Valenciana, 1 de cada 4 adultos reconoce que no hace ejercicio en su tiempo libre. En Murcia, el problema se agrava: la inactividad afecta a casi el 40 % de la población. Las causas son diversas: altas temperaturas, teletrabajo, largos trayectos en coche o falta de tiempo. Pero moverse no tiene por qué ser complicado ni caro. Caminar, bailar, subir escaleras o pasear al perro ya suma.  Moverse un poco cada día mejora no solo el cuerpo, sino también el ánimo y la mente.

Aunque España sigue siendo uno de los países europeos con menos muertes relacionadas con una mala alimentación, la situación está cambiando. ¿El secreto que nos protegía? La dieta mediterránea, rica en aceite de oliva, frutas, verduras y pescado. Pero este patrón saludable está perdiendo fuerza frente a los ultraprocesados, el azúcar y la comida rápida, especialmente entre los más jóvenes.

En Valencia y Murcia -regiones con fuerte tradición mediterránea- la buena mesa de antes está cediendo terreno. Hoy, los alimentos poco saludables se han colado en la despensa, el supermercado... y hasta en los comedores escolares. ¿El resultado? Más sobrepeso, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Y lo peor: las muertes asociadas a la mala alimentación no paran de crecer, especialmente en las ciudades. Volver a los platos de siempre -más naturales, más de cuchara, más caseros- no es una moda: es una urgencia si queremos mejorar la salud de todos.

Obesidad, una plaga inquietante

Puede que no haga ruido, pero la obesidad avanza como una plaga silenciosa. No da titulares, pero llena los cementerios de Europa, cobrando más de un millón de vidas al año. En España, aunque los datos son algo mejores que la media europea, siguen siendo alarmantes: más del 50 % de los adultos padece de sobrepeso u obesidad y la obesidad infantil se ha duplicado en 20 años. Si no frenamos esta tendencia, en 2030 dos de cada tres españoles vivirán con exceso de peso.

En la Comunidad Valenciana, la obesidad ha dejado de crecer… pero ya afecta a 1 de cada 6 adultos. El panorama en la Región de Murcia es más inquietante: cerró 2023 como la segunda comunidad con más obesidad en adultos y la primera en sobrepeso infantil. UNICEF ha sido tajante: “es una emergencia de salud pública”. ¿Qué hay detrás del problema?  Malos hábitos, sedentarismo, publicidad dirigida a niños de alimentos poco saludables y dificultades económicas (comer sano sale caro para muchas familias).

En Europa, entre el 30 % y el 45 % de los adultos tiene hipertensión. En España, la tasa es algo menor, pero el riesgo sigue siendo real. Aunque la mortalidad directa es baja, esta ‘presión’ silenciosa multiplica las probabilidades de sufrir un infarto o un ictus.

En el sureste, la alerta sube de tono. Comunidad Valenciana y Región de Murcia superan la media nacional, con hasta un 35 % de población afectada. En Valencia, las muertes han empezado a descender poco a poco. Por el contrario, en Murcia han aumentado un 88 % entre 2018 y 2023. Especialmente grave fue el verano de 2022, cuando una ola de calor duplicó los fallecimientos respecto a 2019. Medirse la tensión y adoptar hábitos saludables no es una opción, es prevención vital.

Cabe destacar que, según el informe Health Data Exchange 2020, el tabaco y la mala alimentación están detrás de tres de cada cuatro muertes asociadas a hábitos de riesgo, tanto en el mundo como en España. Cuando ambos factores coinciden -por ejemplo, en personas que fuman y tienen una dieta poco saludable- el riesgo de enfermedades graves o muerte prematura se dispara.

Urbanismo, transporte, calidad ambiental, a la cola

El entorno urbano influye directamente en nuestra salud y bienestar. Así lo señala el Índice de Diseño Urbano Saludable (IDUS), elaborado por ISGlobal en enero de 2025, que analiza cerca de 1.000 ciudades europeas mediante 13 indicadores relacionados con urbanismo, transporte sostenible, calidad ambiental y acceso a zonas verdes.

Entre las ciudades de entre 50.000 y 1,5 millones de habitantes, España ocupa el 8º lugar entre 26 países, superando a Alemania, Francia e Italia. Sin embargo, en la Comunidad Valenciana y Murcia la situación no es tan positiva: de las 16 ciudades evaluadas, cinco se encuentran entre las peor valoradas de Europa. Lorca ocupa el último lugar del país en su categoría, y Murcia, Cartagena y Elche también figuran en los últimos puestos. Solo seis ciudades aprueban, entre ellas Valencia, Alicante y Benidorm. El informe señala deficiencias en transporte público, falta de zonas verdes, urbanismo poco sostenible y alta contaminación.

La relación entre salud y economía es innegable, y en la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia se hace especialmente visible. Como expone la Tabla 2, ambas regiones presentan indicadores económicos de 2023 notoriamente por debajo de la media nacional, lo que impacta directamente en el bienestar físico y mental de su población.

En resumen

Los datos hablan con claridad: la salud en la Comunidad Valenciana y, especialmente, en la Región de Murcia, muestra signos preocupantes. Ambas regiones presentan peores indicadores que la media nacional, tanto en prevalencia de enfermedades como en la influencia de los factores que las favorecen.  ¿Las causas?  En gran medida, profundas y persistentes: pobreza, empleos inestables, contaminación y menor acceso a la educación. A ello se suma el desconocimiento de muchos ciudadanos sobre los riesgos reales, lo que dificulta la adopción de hábitos saludables.

Revertir esta situación no pasa solo por reforzar hospitales o contratar más médicos. Los expertos insisten en la necesidad de un enfoque más ambicioso: políticas sociales y económicas que reduzcan desigualdades, favorezcan entornos más sanos y promuevan estilos de vida saludables. También es clave fomentar una ciudadanía bien informada, que conozca los riesgos, se cuide y sepa cuáles son las medidas preventivas -personales y públicas- disponibles. Solo así podremos levantar el vuelo hacia un futuro más saludable: un derecho que todos merecemos disfrutar.

 
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