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Sin jugadores no hay fútbol... pero sin entrenadores tampoco

Sin futbolistas no hay fútbol, está claro, igual que sin balón y sin porterías, pero tampoco lo hay, al menos de forma reglada, sin árbitros y por supuesto que sin entrenadores. La figura del técnico, ese profesional que está en el banquillo dando órdenes constantemente tratando de transmitir a los que están el césped lo que quiere de ellos, es esencial en este deporte y no sólo por su función de director del equipo sino también desde un punto de vista formativo.

La Región ha dado muchos y grandes entrenadores -seguramente el primero que a muchos se les venga a la cabeza es José Antonio Camacho, quien dirigió a clubes como el Real Madrid, el Sevilla, el Espanyol, el Rayo Vallecano, el Osasuna, el Sporting de Lisboa portugués y fue seleccionador de España y también de China y de Gabón.

Sin duda que el de Cieza es un referente y el espejo en el que se miraron muchos técnicos que hicieron carrera. Uno de los que siguen ejerciendo es Adrián Hernández Abenza, actualmente en el Yeclano Deportivo y que previamente guio al EDMF Churra y al Real Murcia.

Nacido en Churra el 30 de agosto de 1981 es uno de los técnicos murcianos que son referencia a día de hoy y "un enfermo del fútbol", como admite ser ya desde que era un niño y estudiaba en el Colegio Capuchinos de Murcia.

"El fútbol siempre me apasionó y no es que tuviera una referencia única. Desde el comienzo fui autodidacta y recuerdo que en el colegio me pasaba buena parte de las clases escribiendo alineaciones en un papel y cuando un profesor me sorprendía... pues me castigaba. Los compañeros de aquella época, cuando nos juntamos, me lo recuerdan y nos reímos. Eran los tiempos de la Quinta del Buitre y hacía mis onces del Madrid, pero también del Barça, del Valencia, del Súper Depor, de la Juventus y escribía qué tendría que hacer para, por ejemplo dirigiendo al Valencia, ganarle al Espanyol. Sí, soy un enfermo del fútbol", manifiesta alguien que no despuntó como futbolista y eso juega en su contra.

"Está claro que no tener un nombre como futbolista es algo que no ayuda a la hora de ser entrenador. Mi familia tampoco es que fuera muy futbolera y tuve que ir solo en este mundo hasta asentarme, algo que hice con le paso de los años. Llegué a jugar con el extinto San Antolín, el Chupol, y también con el Ranero y el Cabezo de Torres pero se me dio mejor el fútbol sala. Ahí formé parte del CDK El Puntal Estrella de Levante con el que competimos entre Segunda B y Tercera División", cuenta Adrián, a quien pronto le llegó la oportunidad de ser entrenador.

"En aquellos tiempos, teniendo 19 o 20 años, dejé de ser jugador de fútbol porque el nivel tampoco me daba como para ganarme la vida con ello y me centré más en el fútbol sala y seguía con mis estudios y por las tardes llevaba a equipos de base. Ya más o menos tenía claro qué es lo que quería y por eso me saqué el nivel 1 de entrenador, luego el 2 y el 3 y también algún nivel de fútbol sala pues considero que la táctica en algunos aspectos es parecida en ambos deportes", reconoce.

"Un día en Churra, cuando el equipo había descendido desde Preferente, a mí, que estaba entrenando en las categorías inferiores del club, me propusieron ser entrenador del primer equipo con 29 años y la verdad es que me fue bien. Logramos varios ascensos y disputamos dos promociones para llegar a Segunda B con un equipo que partía desde lo más bajo. Además, todos aquellos ascensos llegaron rompiendo el techo de cristal y lográndolos por méritos propios", recuerda sin recurrir a la falsa modestia "porque eso no va conmigo", añade.

Llegó el momento de elegir entre seguir jugando o pasar con mayor dedicación al banquillo. "Al dirigir al sénior tuve que decidir pues ya no podía compaginar ambas actividades por una cuestión relacionada con fichas federativas. No podía ser jugador y a la vez entrenador en categorías nacionales -el EDMF Churra competía en el grupo 13 de Tercera División y el CDK El Puntal lo hacía en Segunda B-. Así, en mi mejor momento como jugador tomé aquella decisión y no me arrepiento 13 años después", afirma.

Tras unos años exitosos en su pueblo con un equipo en el que los jugadores tenían que pagar para jugar le llegó la oportunidad de fichar por el Real Murcia, palabras mayores para alguien que, además de ser murciano, siempre fue y sigue siéndolo murcianista.

"Me conocían algunos directivos que entraron en el Murcia y que yo llegase a ese club supuso cumplir un sueño personal", no oculta con aquello que le vino en el verano de 2019.

Sin embargo, no todo iba a ser tan idílico en una etapa de dos temporadas marcada por la pandemia del coronavirus y por cuestiones extradeportivas, estas que tantas veces acompañaron al club grana. 

"A nivel de lo que rodea el fútbol debo decir que yo no estaba preparado para lo que supone entrenar a una entidad como esta. Sí estaba muy convencido de mis condiciones, pero llegué solo, sin un representante -nunca lo tuve-. Era un chico de Churra con cualidades como entrenador pero sin el conocimiento de cómo funciona este mundo al nivel del Real Murcia con los enlaces de poder que mueven todo el fútbol. Ahora lo manejo mucho mejor tras la experiencia adquirida", indica.

"Echando la vista atrás puedo decir que conseguí los objetivos que me propuse y el principal pero fue ese año de la covid en el Real Murcia. Creo que hubiéramos entrado en la pelea por el ascenso y el ambiente a partir de entonces se enrareció. Sin gente en las gradas al año siguiente fue todo más difícil y yo no supe tener una buena lectura de lo que pasaba a mi alrededor. Muchas personas, amigos y gente cercana, me dijeron que no renovara pero me dejé llevar por el corazón cuando la razón también es importante", reconoce este técnico que siguió en la Región tras su paso por Nueva Condomina

No en vano, en 2021 le llamaron desde Yecla y Adrián decidió bajar dos categorías aunque, eso sí, con mucha ilusión, para recalar en un club humilde pero en el que hay "mucha honestidad" y en el que fue clave para conseguir el ascenso de la Tercera División a la Segunda RFEF como campeón del grupo murciano -"lo logramos en marzo de forma matemática cuando faltaban un mes para que acabara la Liga", saca pecho- y luego consolidó al equipo azulgrana en la cuarta categoría nacional quedándose a sólo dos puntos de disputar la promoción para subir a la Primera RFEF.

Churra, Murcia y Yecla son tres plazas muy diferentes, que simbolizan parte de lo que es el fútbol y a ello se refiere el que pasó por sus banquillos.

"Del Churra destaco que era una familia y todos éramos muy amigos. Soy de allí y me costó que me aceptasen como quería pero tanto en el club, como en el equipo y yo mismo entendimos qué había que hacer para ganar partidos y realmente se sentí muy querido", comenta con respecto a la primera de esas experiencias.

"La palabra que define al Real Murcia es grandeza y un buen amigo me decía que las cosas se pueden hacer bien, mal o como el Real Murcia. Allí aprendí mucho en un club a gran escala", dice sobre su etapa grana.

"El Yeclano es, sobre todo, sentimiento. Allí no son del Madrid o del Barça sino la gente de Yecla es de su equipo por encima de todo", afirma en relación al club azulgrana y lo que le rodea.

Ya desde sus inicios en Churra y sobre todo por lo mostrado en el Murcia -todo lo que pasa en este club se magnifica- se hicieron virales sus charlas a los futbolistas antes de los partidos. Arengas que hacían que los chicos salieran del vestuario a comerse el césped al tocar su fibra sensible.

"Yo no sabía en la mayoría de los casos si me estaban grabando o no. Son acciones que intento que se queden dentro del vestuario, aunque por lo visto no siempre pasó. Es verdad que me gusta explotar el aspecto psicológico de quienes están a mi lado y es algo que me acompaña pues entiendo que la psicología es vital y resulta obvio que no siempre vale el mismo tipo de charla. A veces hay que ser más filial, otras más dogmático, en ocasiones más instructivo o incluso más tirano y depende del momento", cuenta.

"Hay muchos cursos de coaching y liderazgo y te puedes formar pero hay un componente innato que tienes o no tienes. En todo caso, quiero reseñar que esto no es lo más importante. Sólo así no ganas ni subes pues lo esencial es el fútbol, la táctica y que los jugadores sepan qué hacer en cada situación, aunque obviamente está todo conectado porque si no estás bien mentalmente resulta complicado rendir", agrega.

Curiosamente, hasta la fecha, Adrián no entrenó fuera de la Región aunque tuvo algunas opciones para haberlo hecho. "Por lo general hay pocas oportunidades para los entrenadores de nuestra Comunidad y eso en otros lugares no se da.  Los propios clubes de aquí no terminan de confiar de verdad en los técnicos de la tierra y yo me considero un abanderado de los entrenadores de la Región pero al que le costó ir subiendo peldaños", dice alguien al que, como él mismo apunta, le pudo faltar "venderse mejor".

"Es importante tener un buen producto y también que los demás lo sepan y yo en eso no he sido muy bueno. Tengo un máster en marketing pero no supe aplicar esa máxima conmigo mismo. Creo que fui a pecho descubierto, como me comentaron cuando llegué al Real Murcia, y en el campo, en ocasiones también debo transmitir lo que digo de forma más sosegada", declara.

Hoy que es un profesional con un nombre, Adrián Hernández admite que, aunque como reseña tiene mucho de autodidacta, contó con sus referentes. "De primeras me fijé mucho en Unai Emery, sobre todo por lo que hizo en Lorca, pero también en Luis Aragonés, en José Mourinho, en Pep Guardiola, en Marcelo Bielsa... y también en Murcia, de David Vidal y de Juanma Lillo cuando estuvieron en el Real Murcia y en el Ciudad de Murcia. En mis primeros años como entrenador hablaba a menudo con Luis Franco, con Gustavo Cantabella, con Alejandro Sandroni, con los que tuve mucha relación, aunque debo decir que siempre busqué mi reciclaje, por decirlo de alguna manera", expone sin esconder la importancia que tiene el que se sienta en el banquillo en el funcionamiento del equipo al que dirige.

"Los protagonistas somos todos los que estamos en el fútbol y la figura del entrenador es vital. Con muy buenos jugadores las cosas podrán funcionar pero hay casos de equipos flojos que, con un buen entrenador, pueden luchar por cotas mayores y hay muchísimos ejemplos de eso. Guardiola y Mourinho tienen clarísimo que son más importantes que su mejor jugador y, aunque en el césped el protagonismo es para los jugadores, será así siempre que obedezcan a quien está en la banda", deja claro.

No es descubrir nada decir que, cuando las cosas no van como se planea, el que suele pagar los platos rotos es el entrenador del equipo y ahí Adrián Hernández expone una evidencia y carga las tintas en ello.

"Sentimos indefensión. Somos un colectivo que no tiene sindicato y somos siempre los primeros en ser señalados cuando las cosas no salen como se quiere y los primeros a los que echan. Nuestra indefensión es mayor incluso que la de los árbitros y nadie se solidariza con nosotros. En el fútbol cuando se pierde lo hace el entrenador y cuando se gana es por mérito de los jugadores. Además, si te destituyen no puedes volver a entrenar durante meses hasta la temporada siguiente y, aunque a mí particularmente me encanta y me apasiona ser entrenador, eso no quita para que diga que hay que dejar trabajar más a los que estamos en los banquillos", señala mezclando protesta y reivindicación una voz autorizada para hacerlo.

Además, en este asunto ejerce la autocrítica. "La culpa de lo que nos sucede la tenemos nosotros mismos por la falta de corporativismo y compañerismo y eso que yo jamás, mientras hubo alguien trabajando en un club, me ofrecí a él y, de hecho, no tengo ni un representante para ello. No quiero entrar en esa guerra tan leonina y sí poder decirme dentro de unos años, cuando haya terminado mi carrera, que no tengo nada que reprocharme en ese sentido", afirma.

Esta falta de respaldo es, en su opinión, lo peor del fútbol para él y quienes están en su misma situación. "Luego a nivel personal está el sentimiento de culpa que tengo como técnico de lo que pase en mi equipo. Reconozco que me cuesta dormir y, aunque voy mejorando en eso, es algo que todavía estoy trabajando", cuenta.

¿Y lo mejor de su trabajo? "Ver que tienes una idea y que las cosas se pueden hacer adaptando esa idea a las necesidades del equipo, que es algo que te llena especialmente como profesional. Hacer funcionar a un grupo de futbolistas, que no son los mejores de su categoría, te reconforta, así como propiciar que un jugador que hoy vale tres pase a valer seis", manifiesta.

Aunque todavía es un entrenador joven se permite dar algún consejo a los que empiezan: "Un entrenador no puede tener ego y se lo tiene que tragar muchas veces. Debe respetarse, eso sí. Uno no puede ser una fotocopia de los que ve por la televisión. El técnico es seguramente la persona más importante del equipo pues es el que le da sentido a todo pero no puede ser más protaognista que sus jugadores. Debes pensar que es como tener una empresa a la que tratas de hacerle dar beneficios y está claro que nO puedes funcionar igual si llevas a ElPozo o a la carnicería del pueblo. A los jugadores les tienes que tratar con mano izquierda y tan importante es tener la izquierda como la derecha".

A él, hace años, también le dieron algunas recomendaciones y se queda con la que le hizo llegar un muy buen amigo. "Me dijo que no perdiera mi esencia y es que tienes que limar aspectos pero no puedes dejar de ser como tú eres", recuerda.

Adrián Hernández mantuvo desde sus inicios futbolísticos una estrecha relación con la Federación Murciana, con la que siempre tuvo "una buena relación ayudándole en todo lo que puede y ellos a mí".

"Son ya bastantes años de vinculación y gengo amigos en esa institución", expresa este técnico que tuvo que ver en un paso dado por la FFRM y que él relata a modo de anécdota.

 "Tuve algo que ver en el primer curso federativo para entrenadores que se dio de forma intensiva, pues yo estaba estudiando y me venía bien aprovechar los meses de verano para sacarme el carné de técnico. Así, entre el secretario, José Francisco Fernández, y yo nos encargamos de montarlo sabiendo que había que cumplir un número determinado de horas acudiendo incluso a clase los sábados por la mañana. Moví la iniciativa a través de un grupo de whatsapp que creamos para ello logramos que el curso saliera y a partir de ahí este formato tuvo su continuidad hasta hoy. Puedo decir que en ese sentido fui pionero", indica.

Pero no todo fue tan agradable en el trato con la FFRM. "Soy una persona temperalmental y al principio me costó en la relación con los árbitros. Mi gesto en los partidos da la sensación de cierta agresividad, pues estoy muy metido en el juego y me transformo de como en realidad soy. Recuerdo aquellas charlas con Bartolo -Bartolomé Molino, vicepresidente- y con el propio José Francisco, quienes me dieron muy buenos consejos y les estoy agradecido".

También muestra gratitud a la institución en su conjunto por la dedicación que le brinda al fútbol y en especial al formativo: "Realiza un gran trabajo desde la base y les deseo que sigan prosperando y generando situaciones e instalaciones para que los jugadores de la Región puedan progresar. Aquí hay mucho talento que hay que fomentar y la Federación seguro que está en ello".

Una reflexión más de alguien que vive su deporte con máxima intensidad y que es un estudioso en todo lo que hace. No en vano, Adrián Hernández Abenza, quien compatibiliza su actividad en los banquillos con la dodencia en Secundaria -ha sido profesor en los institutos Alfonso X El Sabio y Villa de Alguazas, entre otros- y que es licenciado en Administración y Dirección de Empresas y también en Periodismo y diplomado en Ciencias Empresariales, además de máster en Marketing y Pedagogía. Un ejemplo de aprovechamiento del tiempo y que trata de aplicar al fútbol y a la vida una norma, la de tratar de sacar la mejor versión de quienes tiene a su alrededor, ya sean futbolistas o alumnos.















La bandera del arbitraje murciano y un referente nacional e internacional

El arbitraje y los árbitros son parte esencial del fútbol y, como deportistas que también son, tienen igualmente su protagonismo. Igual que hay referentes en el césped y en los banquillos los hay con el silbato y uno de ellos es de la Región de Murcia, en concreto de Lorca. José María Sánchez Martínez, colegiado de Primera División desde el año 2015 e internacional desde 2017, está considerado como uno de los mejores trencillas del país y también de Europa, como lo demuestra el hecho de que tiene la categoría élite, que es la máxima en el ámbito continental.

Más de un centenar de encuentros en la división principal del fútbol español, incluidos unos cuantos clásicos y la última final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el Atlético Osasuna, entre otros, son los que lleva dirigidos este lorquino de 40 años -nació el 3 de octubre de 1983 en la Ciudad del Sol- y que también sabe lo que es desarrollar su labor en torneos internacionales y en la Liga de Campeones, máxima competición de clubes del Viejo Continente.

Eso es ahora, pero obviamente hubo unos inicios en los que le tocó arbitrar no precisamente en grandes estadios ni con millones de personas pendientes de sus decisiones.

"Mi comienzo en el mundo del arbitraje lo recuerdo con nostalgia y alegría. Me inicié con 17 años en mi ciudad natal, Lorca, cuando estaba cursando estudios de Bachillerato y di el paso junto con unos amigos. Lo que comenzó siendo un hobby se convirtió en lo que hoy es una profesión", recuerda José María, quien antes de ponerse el uniforme de árbitro llevó el de futbolista.

"Jugué en algunos clubes federados de Lorca pero con los estudios me resultó difícil compaginarlo y pensé que lo de arbitrar era más factible. Luego, al conocer este mundo, me fui enganchando cada vez más y el hecho de ir compartiendo momentos con los compañeros motivó que tuviese muchísimas ganas de que llegara el siguiente fin de semana para volver a arbitrar", añade.

Recuerdos hay muchos, de los buenos y de los malos, pero Sánchez Martínez prefiere quedarse con lo agradable.

"Tengo muchos recuerdos y también material de fotos y recortes de prensa de mis inicios que fui guardando. Cuando voy a Lorca y los veo me vienen más recuerdos. El fútbol y lógicamente también lo relacionado con el arbitraje fue evolucionando, como los tiempos. Al iniciarme era difícil encontrar en el fútbol base un campo de césped artificial y de hierba natural ya ni contarlo. Se jugaba normalmente sobre tierra y todo ha ido cambiado en favor del fútbol base", relata.

Eran los primeros años del siglo XXI y José María no tenía ni carné de conducir, por lo que a los campos iba acompañado en el coche por su padre o incluso su abuelo. 

"Era menor de edad y tenía que dirigir tres o cuatro partidos cada fin de semana distintas poblaciones, que si en Águilas, en Mazarrón, en Totana… Fueron momentos muy gratos y los que comenzamos en el arbitraje de aquella generación además de ser compañeros éramos amigos", cuenta.

José María afirma que sigue disfrutando aunque lo que ahora pite o deje de pitar tiene mucha más repercusión. 

"Cuando comencé y arbitraba a jugadores generalmente mayores que yo lo hice de forma inconsciente y por el afán de seguir vinculado al fútbol y divertirme compaginando la actividad con los estudios en la Universidad -es diplomado en Empresariales-, que es lo que me remarcaban mucho mis padres. Ahora sigo disfrutando pero de otra manera pues todo es ya mucho más mecanizado y muy medido porque hay mucho en juego y la responsabilidad y la repercusión son muy altas", explica.

Consejos recibió unos cuantos, pero él se queda con uno paternal. "El mejor consejo que di es el mismo que me dieron y me quedo con lo que me decía mi padre cuando me llevaba a los partidos, que hiciera siempre mi trabajo lo mejor posible, que pitara lo que veía y que no cediera ante la presión de nadie y que me hiciera de respetar actuando con total objetividad y creo que así no me fue mal. También me dijeron que disfrutara del arbitraje y que estudiara", comenta.

Para este lorquino que lleva más de la mitad de su vida en los campos de fútbol "el deporte base debería ser sagrado" y lamenta a menudo no lo sea y se den incidentes de los que por desgracia dan la vuelta al país.

"No puede ser que un niño vaya a arbitrar un partido de otros niños y sea insultado desde la grada. Es una lacra que hay que eliminar y las federación están haciendo un gran esfuerzo para evitar este tipo de incidentes con sanciones y con campañas de concienciación para que todo el mundo sepa que el fútbol base no puede ir por ese camino. Se trata de educar a los hijos con responsabilidad sabiendo que lo que hagamos nosotros lo copiarán ellos y está claro que no se puede imponer el todo vale", enfatiza.

En su caso personal también sufrió esa parte negativa del deporte, aunque sobrevivió. "Por suerte yo no sufrí ninguna agresión física, pero sí me tocó vivir momentos desagradables que prefiero no recordar y prevalecen los buenos. Desde los encuentros que arbitraba y las pruebas de ascenso de aquellos primeros años, en los que casi todo era desconocido y acudía a la sede de la calle Cartagena, las concentraciones, los partidos de fútbol entre las delegaciones, las cenas de fin de temporada en la que nos juntábamos todos los compañeros y los ascensos a las diferentes categorías... También el trabajo de captación de nuevos árbitros en la delegación de Lorca", relata rememorando lo vivido y que le hizo ser quien es hoy. "En un campo de fútbol te puedes encontrar de todo y el arbitraje es una gran escuela de valores", añade.

"Vivimos en una Región muy futbolera y tengo un gran reconocimiento por mi trayectoria. Siempre trato de decir que el arbitraje es algo más que arbitrar un partido", comenta igualmente este profesional quien tiene claro que estar en la élite no es algo se regale.

"Los colegiados, para cumplir con nuestro cometido, nos preparamos en todos los sentidos y también física y técnicamente. Somos personas que adquirimos responsabilidades y tomamos decisiones desde bien temprano, lo que te hace madurar más rápidamente y ser una persona honesta y ecuánime para respetar y que se respeten las reglas del juego y unos valores que deben ser importantes", afirma.

Veintidós años como árbitro -tres en categorías de base y regionales, cinco en Tercera División, una en Segunda B, cuatro en Segunda y va por nueve en Primera- dan para mucho y de entre los momentos más especiales José María Sánchez Martínez elige su estreno en la élite tanto a nivel nacional como en el plano internacional.

"Destacaría el debut en Primera con un Real Sociedad-Sporting de Gijón -ese encuentro acabó con el resultado de empate a cero el 29 de agosto de 2015 en el estadio de Anoeta-, también la final de la última Copa del Rey por ser más reciente y mi primer encuentro en la Champions, que fue el Sporting de Lisboa-Ajax de Amsterdam -disputado el 15 de septiembre de 2022 y que registró el triunfo neerlandés por 1-5-. Son partidos que se quedan en la memoria de un árbitro", apunta este colegiado que fue reclamado en algunas ocasiones para arbitrar partidos de ligas extranjeras y del que desde otros países se reclaman tarjetas firmadas, lo cual habla de su nivel de popularidad y reputación en el colectivo.

Ser colegiado de Primera e internacional no resulta sencillo pues, además de contar con condiciones para ello, es preciso trabajar mucho, que es lo que hizo José María, quien, igual que en la actualidad es un referente arbitral, tuvo los suyos.

"Al principio no tienes referencias pero conforme vas conociendo la profesión y tu entorno te fijas en las figuras arbitrales que estaban en Primera División y a los que querías parecerte. Veías sus partidos y tomabas nota de sus personalidades y de sus maneras de dirigir los partidos. También hubo referentes locales, lo cual es importante, y a mí me marcaron mucho los que teníamos en nuestra Región y en nuestra delegación pues eran los que aquí marcaban el camino y estaban ahí, los teníamos cerca. Pensabas que si ellos habían llegado tú también podías hacerlo. Soy árbitro las 24 horas y la gente se fija en mí igual que yo lo hice con Gregorio Bernabé García, lorquino que fue profesional; y con el árbitro más laureado que ha tenido Murcia, Ángel Franco Martínez, quien fue mundialista, de prestigio y consagrado en su momento", manifiesta.

"Con el paso de los años se van estableciendo sueños conforme vas aprendiendo y se va abriendo ese espíritu competitivo, contra uno mismo y el resto de compañeros pues todos tienen las aspiraciones de llegar lo más alto. Los objetivos, según mi forma de afrontar la vida, pasan por ir paso a paso pues esto transcurre muy rápido. La máquina del tiempo aún no la he descubierto y vamos temporada a temporada, dando lo máximo, porque también es mi forma de ser, y lo que tenga que venir ya vendrá. El camino es amplio y está abierto, pero no siempre es recto y sólo puedo controlar el presente y vivir el arbitraje porque el afán de mirar al futuro te das cuenta de que esto pasó en dos días", reconoce quien en su momento se mostró "preocupado" por la imagen que proyectan los árbitros. 

"Es cierto que en algunos momentos estuve preocupado por esa imagen de los colegiados y del arbitraje, pero ahora sólo me preocupa hacer el trabajo lo mejor posible. Sé que estamos sometidos a la crítica y que no vamos a gustar a todos. El árbitro debe tomar medidas de forma neutra y ves que todo se magnifica a veces con críticas voraces y desmedidas, que se traducen en agresiones físicas y verbales y que se están sobrepasando límites intolerables", expone.

"Los árbitros españoles están muy bien vistos pero sufrimos una campaña de desprestigio, a veces interesada, cuando tratamos de hacer nuestra tarea lo mejor posible y prestar nuestro servicio al fútbol. Somos de los mejores catalogados a nivel internacional, aunque cometemos errores, como todo el mundo… los jugadores, los entrenadores, los directores deportivos", apostilla en ese sentido.

A nivel particular Sánchez Martínez, quien admite que con el VAR se cometen "muchos menos errores", aunque seguirá habiéndolos porque detrás de la máquina está el factor humano, es consciente de que puede mejorar "en todos los aspectos". "Puedo aprender, por ejemplo, más de la lectura del juego para saber de la estrategia de los equipos y si a estas alturas de mi carrera dijese que ya lo sé todo tendría un problema grave", reconoce.

La Federación Murciana y la delegación de Lorca estuvieron a su lado desde que se decidió a ser árbitro y eran otros tiempos algo diferentes.

"A día de hoy la Federación es una maquinaria de precisión y, desde el punto de vista del colectivo arbitral, siempre fue pionera en cuanto a campañas publicitarias, de concienciación y de captación y también en juego limpio y de apoyo a los colegiados poniendo medios en su formación y en el desarrollo de su tarea. Como ejemplo, al principio entrenábamos en un jardín y ahora tenemos a nuestra disposición unos días en los que podemos acudir a Monte Romero, a La Torrecilla y a otroas instalaciones, donde se nos brindan unos recursos apropiados para llevar a cabo la preparación necesaria", indica.

Estando desde hace unos cuantos años en la cúspide del arbitraje es consciente de la responsabilidad que tiene con la profesión y con el fútbol y valora lo que se hace desde la Federación Murciana en favor de este colectivo, con campañas y acciones que ponen al colegiado en el foco y para bien.

"Tuve siempre dos casas a nivel deportivo, la delegación de Lorca y la Federación Murciana. Como ya dije, los primeros años fueron maravillosos y desde mis inicios supimos que había un paraguas que todo lo cubría. Aquí, siempre que llegué, me sentí identificado y arropado y recuerdo una vez que me rayaron el coche en un partido de fútbol base y enseguida se pusieron en marcha para encontrar a los responsables y para ayudarme. Cuando tuve alguna lesión me dieron soporte médico y toca devolverle al arbitraje lo que me ofreció a mí. Por ello, cuando la Federación me propone contar conmigo para impartir alguna charla o participar en algún curso correspondo con gusto pues para mí es gratificante y eso, además, me hace sentir valorado desde el punto de vista humano", señala.

Desde su posición, este colegiado que representa al fútbol murciano allá por donde va, envía un mensaje a la FFRM por su centenario: "Que cumpla otros cien años más y espero que pueda seguir su andadura con muchos más éxitos. El fútbol son clubes, jugadores, entrenadores... y también árbitros y me gustaría destacar a las personas que están ahí pues la Federación es un ente, un edificio y unas siglas pero lo que la hace grande son las personas que hay detrás y sin las que todo sería mucho más difícil de conseguir".









FÚTBOL

El Real Murcia volverá a poner en marcha su radio XXXXXXXXXXXX años después


Murcia, 8 jun (EFE).- Los aficionados del Real Murcia tendrán la ocasión a partir de la próxima temporada de seguir los partidos de su equipo y programas que tratarán la actualidad del murcianismo a través de la radio oficial del club, que se volverá a poner en marcha tras XXXXXXXXXXXXX años sin emisión.

Así lo confirman desde la propia entidad, que dará respuesta a una petición de sus hinchas, que podrán conectarse a Real Murcia Radio previsiblemente desde el inicio del curso 2023/2024 con el primer equipo grana militando en la Primera RFEF y peleando en esta categoría por el objetivo de ascender a LaLiga SmartBank.

El gran respaldo social experimentado sobre todo durante los últimos meses, como quedó demostrado con la asistencia de más de 25.000 espectadores al estadio Enrique Roca en varios partidos del pasado campeonato, es el motor que impulsa la iniciativa de retomar un proyecto radiofónico que estaba encima de la mesa y se reactiva.

"Es un paso que ya teníamos previsto dar de nuevo y, con la llegada de Felipe Moreno al club, verá la luz", comentan desde la institución.

De hecho, ya hay cuantificada una inversión de 1.600 euros en material necesario para llevar a cabo la emisión y a esa cifra habrá que añadir el gasto en recursos humanos pues se pretende arrancar con dos trabajadores y el personal técnico preciso.

Obviamente serán transmitidos en directos los encuentros que dispute el Murcia y habrá una programación que incluirá igualmente información de las bases, por lo que la masa grana se podrá conectar a través de las ondas y especialmente mediante dispositivos móviles en los que tendrán la ocasión de estar más cerca del día a día del club.



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