VALENCIA. Hace un año que la Real Academia Española incorporó el término 'berlanguiano' al diccionario, no por imposición, sino por urgencia popular. Era necesaria esa palabra, como tantas otras que se irán sumando al diccionario, casi siempre tiempo después de que el público las haya normalizado. La gala de los Goya de 2022 hizo uso del nuevo adjetivo con una ceremonia que hizo homenaje al cineasta en la que era su casa, Valencia, aunque sin convertirlo en protagonista. Tampoco fue 'almodovariana' la palabra que uno utilizaría para describir la noche del sábado, pues el manchego se quedó sin premios para su Madres paralelas, que ha llevado a Penélope Cruz a luchar por el Óscar. El genio se tuvo que conformar con ser el encargado de entregar a Cate Blanchett el primer Goya internacional que concede la Academia. Sin adjetivo propio, pero con premio, acabó la velada Fernando León de Aranoa, que se llevó seis galardones por El buen patrón, entre los que suma los de mejor película, mejor dirección y mejor guion original, entre otros, confirmándose como la gran favorita en una noche sin grandes sorpresas.
Este año no hubo suerte para el cine murciano. Se fueron de vacío los dos nominados, Milena Smit, que optaba a mejor actriz de reparto, y Umbrellas, el corto de animación con sello caravaqueño. Eso sí, el talento regional desfiló por la alfombra roja, pues sobre el Palau de les Arts se dejaron ver rostros potentes de la industria de la Región como Jaime Lorente, Marta Nieto y Luis López Carrasco (quien el año pasado se alzó con el Goya a mejor documental), además de la propia Milena. Y, un año más, el periodista murciano Carlos del Amor puso la voz para los espectadores de TVE.