VALENCIA. No debió de ser fácil ser Cate Blanchett ayer. Principalmente, por tener que seguir una gala sin subtítulos y tan confusa como la de anoche, pero también porque por la mañana participó en un encuentro con la prensa donde nadie se resistió a hacer una foto desde la distancia para poder sacar pecho de la profesión periodística y decir "yo estuve allí, a pocos metros de Cate Blanchett". Algunos periodistas se mordieron la lengua, con la culpable necesidad de preguntarle a la actriz algo sobre Valencia. Y todo sea dicho, no solo cumplió el papel, sino que además lo hizo con generosidad, regalando una de las mejores ruedas de prensa que se recuerdan en esta ciudad desde hace mucho tiempo.
La primera vez de Los Goya en Valencia también ha sido la primera vez de muchos medios de comunicación valencianos en los premios, algo que no ha sido del agrado de todo el mundo. María Guerra, periodista de La Script, contaba en su podcast como "la alfombra roja es irse a dar de tortas con los compañeros, porque además me han dicho que hay muchísimos medios valencianos y que casi nos han intentado echar, pero no lo han conseguido". Bueno, pues al final todos los medios de comunicación pudimos. La pasarela por la que suele pasar el alumnado de Berklee College se reconvirtió en una kilométrica alfombra roja con más de la mitad del espacio ocupado por televisiones. Y en unos pocos metros, dos decenas de redactores de radio y prensa escrita hemos estado jugando a algo muy similar al Twister para encajar teléfonos, micrófonos y cámaras de móvil.
El estatus de los entrevistados se calcula en la cantidad de entrevistas que concedía. Si era famoso, dos o tres a lo largo de esos 20 metros; si eres Javier Bardem o Pedro Almodóvar, una; y si —por muy llamativo que sea tu vestuario— no tienes hueco en las piezas de 60 y 90 segundos, te toca hacer una especie de paseo de la vergüenza, mirando de reojo a los periodistas y que estos miren hacia otro lado. Y si hablamos de lo llamativo del vestuario, sin duda la primera protagonista de la alfombra roja (que aunque empezaba oficialmente a las 18:15, no cogió carrerilla hasta pasadas las 19:30) fue la valenciana Carla Pereira, directora de Proceso de selección, nominado al Goya a Mejor Cortometraje de Animación. Con su vestido con toques furry que le acercaban al personaje de su propia película, fue la primera en recibir la atención de las cámaras.