Murcia

Crónicas de una Región misteriosa

San Cristóbal, el santo del cementerio de Espinardo que recuerda a Anubis y llevó a Dios en su espalda

Es uno de los personajes psicopompos más influyentes del cristianismo

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  • Cementerio de Espinardo.
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MURCIA. San Cristóbal es el santo al que se le advoca la ermita que será la parte central del Cementerio de Ntro. Padre Jesús de Espinardo y, como antes hemos comentado, es uno de los personajes psicopompos más influyentes del cristianismo. A lo largo de toda su iconografía no deja lugar a dudas que se encuentra entre ambos mundos y es el que lleva consigo el poder divino, hecho que lo convierte en el vehículo ideal para llegar a la vida enterna.

Su representación iconográfica, sobre todo la que se conservó de él en Oriente y que le pone en relación directa con el propio Anubis, dios egipcio de los muertos, cuya representación es en forma de perro tendido o bien de hombre con cabeza de perro o chacal.

 

Pero también la imagen en Occidente, como porteador cuyo referente encontramos en Eneas, príncipe troyano, hijo de Afrodita y de Anquises, cuya iconografía le representa llevando a sus espaldas a su anciano padre, y que ya fue adoptada por los etruscos.

 

Es importante destacar también las funciones o el significado iconológico, su advocación está en relación directa con el mundo del más allá; como protector; como ejemplo de fortaleza, tanto física como moral, que nos recuerdan al héroe griego Herakles. 

 

San Cristóbal, según recoge la leyenda, es un Santo que aúna a la vez muchos referentes de la mitología más antigua, sus funciones de psicopompo, que transporta las almas a través de la Laguna Estigia como Caronte; o su fortaleza física al transportar el mundo en sus hombros, como Atlas el Titán que tiene que sostener la bóveda celeste por castigo de Zeus; o las pruebas a las que se ve sometido hasta su martirio que le elevan por encima de otros mortales como le ocurriera a Herakles, incluso al propio Eneas que consiguió su divinización.

 

La iglesia por su parte intentó en el siglo XIII eliminarlo del santoral y de los santos mártires, pues sus hazañas eran muy fácilmente confundibles con divinidades paganas. Pero era tal el arraigo y el calado que la figura de San Cristóbal tenían en el folclore popular que incluso hoy es considerado como el patrón de los que tienen que viajar, sigue siendo la referencia para todo aquello que implique el riesgo del tránsito en vida o hacia la muerte.

 

Según nos dice su leyenda cambió su nombre de Réprobo, en el Bautismo, por el de Cristóforo, (conductor de Cristo), lo que dará lugar a entender su iconografía.

 

Réprobo, hombre físicamente fuerte y grande que busca ponerse al servicio del rey más importante, intenta encontrarlo a través de varios episodios. Permanece al servicio del rey cananeo hasta que descubre que éste teme al diablo.

 

Lógicamente si es temido debe ser más fuerte, por lo que busca al diablo para ponerse a su lado, pero éste a su vez teme a Jesús crucificado, ante este nuevo hecho, Réprobo busca a ese Jesús.

 

Por medio de un humilde ermitaño llega a su conocimiento y se convierte al cristianismo. Mandado por él se pone al servicio de los hombres con la misión de ayudar a cruzar el río a los peregrinos o viajantes, dada la escasez de puentes. Un día un niño solicita su servicio, al atravesar el río el Santo siente que sus fuerzas flaquean pues el peso que lleva es desmesurado, es el peso del mundo, con gran dificultad consiguen llegar a la otra orilla. Al llegar descubre que el Niño es Dios, Cristóbal ha llevado sobre sus espaldas al mundo y a su creador.

 

En esta primera parte de la leyenda, Jacopo de la Vorágine nos introduce en un personaje y a través de ella justifica su nombre. Pero también define otras formas de llevar a Cristo: «En su cuerpo, en el alma y en la boca». Será en la segunda parte de la narración en la que nos relate el martirio de este Santo.

 

Cristóbal se encamina a tierras de Licia, a la ciudad de Samón, dando testimonio de su fe e iniciando su predicación. Cuando el rey comprende que no ha de doblegarlo, intentará toda clase de maldades para corromperlo. Primero lo intentará por medio de dos mujeres, Aquilina y Nicea, pero éstas fracasarán en su encargo y serán convertidas por el Santo y por ello sufrirán martirio.

 

Serán muchos más los convertidos, según la leyenda hasta 48.000 personas. Tras este episodio el rey decide su martirio, aquí la narración relata un sin fin de tormentos, golpes, fuego, es saeteado con miles de flechas, etc. Ninguno de ellos tiene el menor efecto en él. Los episodios cobra un cariz fantástico con el milagro de la flecha en el ojo del rey, que a pesar de su maldad quedará curado con la sangre de San Cristóbal una vez que haya sido decapitado.

 

Santi García es el responsable de Rutas Misteriosas en la Región y autor del libro “Murcia Insólita”

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