MURCIA. Hace dos años, en pleno shabat, una matanza terrorista golpeaba el corazón de Israel. Aquel ataque del grupo terrorista Hamás segó la vida de más de 1.200 personas. Y supuso un antes y después en el eterno conflicto de Oriente Medio. Desde entonces se ha originado una cruenta guerra entre el Gobierno de Israel y Hamás que se ha llevado la vida de muchas personas en tierras palestinas, inocentes incluidos. Según el Ministerio de Sanidad palestino, hasta septiembre de este año, más de 68.000 personas han perecido en la contienda de Israel en Gaza, calificada como genocidio por varias fuentes (entre ellas el actual Gobierno de España), si bien otras se niegan a usar ese término (como el Gobierno de EEUU o el alemán).

En el día del segundo aniversario de la efeméride de la agresión de Hamás, grupos como la Asociación de Amistad Murcia Israel (Asami) organizaron actos de homenaje en recuerdo de las víctimas, que en su mayoría eran civiles (815 de las 1.195 asesinadas; 40 de ellos eran niños, según las cifras oficiales). Un centenar de vecinos se acercaron a la Plaza Santo Domingo para sumarse al acto de concentración. Además de honrar la memoria de los fallecidos del 7 de octubre de 2023 y de "todos los inocentes que han perdido la vida en Gaza, usados cruelmente como escudos humanos", los asistentes pidieron la liberación inmediata de los rehenes. Todo ello en un momento clave entras las negociaciones de Israel y Hamás sobre el plan de paz para Gaza, llevadas a cabo en Egipto bajo la supervisión de Donald Trump, el presidente norteamericano.

La asociación Asami nació precisamente a raíz de los atentados en Hamás y su primer acto en Murcia se celebró para rendir tributo a los fallecidos en el primer aniversario de la matanza. Un año después volvieron a reunirse con el mismo motivo. El acto de este martes contó con la lectura de un manifiesto, titulado '7 de octubre: ni olvido ni silencio; justicia'. También se mencionaron los nombres de los secuestrados, recitados con un fondo musical. Sobre la plaza Santo Domingo se colocaron varias velas en señal de duelo y se guardó además un minuto de silencio. El acto concluyó con el canto de la Hatikva, el himno de Israel.

En la lectura del manifiesto, los asistentes expusieron que hace dos años, en la madrugada del 50 aniversario de la guerra del Yom Kippur, Hamás, "junto a otros grupos armados y civiles gazatíes", lanzó "un ataque calculado, planificado durante meses, contra población civil de Israel, granjas y kibutzs, un festival pacifista y otros lugares del sur de Israel" y "mató a más de 1.200 personas" y "secuestraron a 251 personas, incluidos niños, mujeres, ancianos y personas con discapacidad", que fueron "golpeadas, trasladadas al territorio palestino de Gaza en calidad de rehenes, siendo torturadas y humilladas públicamente".

En el manifiesto subrayaron que ese fue "el origen de la guerra" y denuncian que fue "tan horrible que desde entonces se empeñan en borrarlo" porque, esgrimen, "lejos de generar el apoyo al pueblo de Israel, lo que se desató fue una ola de antisemitismo como no se ha conocido desde la Alemania nazi". Y lamentan: "Desde el día siguiente la cobertura mediática, desigual y sesgada, ha contribuido a diluir la verdad; se ha invisibilizado a las víctimas israelíes del 7 de octubre, relegando su dolor, para focalizarse en los titulares propuestos y difundidos por Hamás y su 'Ministerio de Sanidad', donde solo contaban los muertos gazatíes, que usados como escudos humanos, en realidad, son también víctimas de Hamás".

Los lectores del texto sostienen que "no sólo tratan de borrar del mapa al estado de Israel" sino que esto, a su juicio, es "una guerra contra todos los logros de la cultura occidental, contra las sociedades libres, el estado de derecho y la democracia". Por eso", agregaron, "nos atañe a todos y estamos todos involucrados en esta lucha contra la barbarie".

Críticas al Gobierno y la flotilla

Reprochan asimismo que "arruinen la Vuelta ciclista, alentados por el Gobierno, por altos cargos de la política, ONGs de la sociedad civil, impulsada desde la extrema izquierda hasta el islamismo, incluyendo al neonazismo, y ejecutado por el viejo terrorismo abertzale de siempre bajo el slogan que blandió Hamás en coherencia con su fundamento terrorista que niega el derecho de Israel a existir, pero sin aludir nunca a esos 48 secuestrados que aún, no sabemos si vivos o muertos, siguen en los túneles del horror".

También hubo críticas a la flotilla humanitaria: ""En ese intento desesperado por borrar de la memoria el 7 de octubre, hemos visto cómo nuestras calles, estos días, se han llenado de gente que repite “desde el río hasta el mar” o se rasga las vestiduras por una flotilla de pacotilla, pero que en ningún momento hace referencia a los secuestrados ni parece interesada en el fin de la guerra que en estos momentos se intenta".

Por último, desearon "profunda y encarecidamente la paz, a diferencia de los sectores radicales y extremistas proHamás que agitan las calles en España y no trabajan con criterios pacifistas, sino instrumentalizando políticamente la situación por intereses partidistas". La memoria, concluyeron, "es un deber moral, preservar la verdad histórica del 7 de octubre es un acto de justicia hacia las víctimas, una forma de reparación y una advertencia frente a la normalización del antisemitismo".