MURCIA. En el interior del aparcamiento subterráneo de La Glorieta descansan, casi ocultos al paso cotidiano, los restos de la antigua muralla islámica de Murcia, conocida como la Puerta del Sol. El pasado mes de marzo, el Ayuntamiento anunció su intención de recuperar este valioso legado a través de un proyecto de musealización que permitiría abrirlo al público.
Ahora, ese compromiso se convierte en realidad con la adjudicación de la empresa encargada de llevar a cabo los trabajos de conservación y puesta en valor del espacio. Si todo avanza según lo previsto, la muralla podrá visitarse a partir de septiembre, devolviendo a la ciudad un fragmento clave de su historia medieval.
Esta protección incluye la instalación de una mampara acristalada que protegerá el tramo de muralla del ambiente agresivo existente en el aparcamiento. Este cerramiento de vidrio, además de mejorar la visualización de los restos arqueológicos, permitirá evitar la acumulación de humedad gracias a su ventilación forzada.
Contrato de 108.250 euros y un plazo de tres meses
La firma que llevará a cabo las labores de conservación y protección es la muleña Construcciones Galan con un importe de 108.256,82 euros. El periodo de ejecución con el que cuenta son tres meses, por lo que, si se cumplen los plazos estará listo para el mes de septiembre.
Inicialmente, la adjudicación estaba prevista para finales de marzo, lo que habría permitido tener el proyecto listo a mediados de verano. Sin embargo, un retraso de dos meses en la formalización del contrato ha provocado el aplazamiento de los trabajos.
Cabe recordar que esta sección de la muralla islámica fue descubierta en 1990 durante las obras de construcción del aparcamiento subterráneo. Sin embargo, durante años no se adoptaron medidas específicas para garantizar su conservación. No fue hasta 2014 cuando el Servicio Municipal de Patrimonio solicitó la elaboración de un plan para preservar estos restos históricos.
Un año después, en 2015, se llevaron a cabo las primeras intervenciones de reparación, que contribuyeron a mejorar el estado de la muralla, afectada principalmente por la humedad del entorno y la contaminación acumulada con el tiempo.