MURCIA. Mari Chaves fue una mujer judía que, junto con su amigo Rafael Melo, fue juzgada por la Inquisición murciana allá en 1724, condenados a la hoguera por practicar la religión judía y no abrazar la fe cristiana. A ella, considerada una bruja, se la llegó a quemar, pero a él, como ya había fallecido antes de ser condenado a la hoguera, fueron sus restos exhumados los que fueron devorados por el fuego.
Hay ciertas contradicciones acerca de la vida de Marichaves, porque según algunos escritos ella vivía en la Plaza Santa Catalina, pero lo cierto y verdad es que nunca residió en Murcia salvo cuando fue encerrada por la inquisición en sus cárceles secretas (Palacio Almudí, por ejemplo).
La puerta de su casa fue considerada por muchos como la del infierno ya que presenta en su decoración una larga representación de seres antropomorfos y un gran catálogo del bestiario murciano. Ejemplo de esto son los mascarones extraídos del mundo antiguo, figuras vegetalizadas, seres humanos convirtiéndose en plantas, zoomorfos, híbridos, elefantes, leones, todos con rasgos orientalizantes. En resumen, una representación de la línea que separa el cielo, la tierra y el inframundo, siendo esta puerta el acceso hacia ambos universos.

- Puerta Mari Chaves -
- Foto: Belén Bravo
La puerta es del siglo XVI y se cree que estuviera en alguna vivienda de la Plaza Santa Catalina y la Calle Platería, aunque en la actualidad la puedes encontrar y observar en la exposición permanente del Mubam, el Museo de Bellas Artes de Murcia.
Tiene unas dimensiones de 2,38 metros por 1.40 metros y está configurada por dos hojas que giran sobre goznes y se organiza en una doble estructura: pienazos y cuartetones al interior y casetones al exterior.
La puertas fue adquirida en el siglo XIX por la Comisión Provincial de Monumentos y fue expuesta en la Exposición de Bellas Artes y Retrospectiva de las Artes Suntuarias de1868, antes de llegar al Mubam.

- Mubam -