MURCIA. Wow! Este es el efecto que provoca -y busca- esta casa en el centro de Murcia tras la reforma integral llevada a cabo por Ana Guillén, del estudio murciano Etimoé Interiorismo, que ha transformado un piso antiguo de 120 metros cuadrados en una vivienda súper actual, en la que los espacios se transforman gracias a puertas correderas y donde el pasillo ha pasado de ser un elemento divisor a convertirse en el protagonista de una vivienda que no deja de sorprender en cada uno de sus rincones

Así lo cuenta Ana Guillén, quien recuerda que cuando visitó por primera vez esta vivienda, de planta rectangular y con las típicas estancias compartimentadas, supo de inmediato que tenía que reinventar el pasillo para convertirlo en el corazón de una casa que reflejase los gustos de sus propietarios, una pareja de profesores amantes del arte, la literatura y la música. "Su personalidad bohemia, cosmopolita y algo atrevida marcó el tono del interiorismo: una mezcla entre la calidez del estilo escandinavo y el eclecticismo propio del estilo kitsch, combinando colores, patrones, materiales y texturas, junto a una cuidada selección de piezas vintage. En definitiva, un hogar con alma, de esos que no dejan indiferente y provocan un 'efecto wow!’ en toda regla", explica la interiorista.

Así, el pasillo se transformó en el eje central del proyecto. "El objetivo fue pasar de un pasillo tradicional y excesivamente alargado que únicamente servía como zona de paso, a uno amplio y con doble función: como tránsito entre las distintas estancias y como despacho. Diseñamos una estructura en forma de cubo verde (color que potencia su geometría), y colocamos una puerta corredera con cuarterones y cristales translúcidos. De este modo, el despacho puede cerrarse cuando no se está utilizando", detalla esta profesional.

Más secretos escondidos

Pero el despacho no es el único secreto que alberga el pasillo. "Los clientes, ávidos lectores, soñaban con tener una gran librería con presencia, ya que en su anterior vivienda, la falta de espacio los había obligado a guardar los libros en cajas. Para cumplir sus deseos, coloqué la librería en una de las paredes del renovado pasillo, dándole a su colección (ahora sí) el lugar que merece", añade Ana Guillén.

El diseño contempló el área social distribuida en un amplio espacio abierto. "Aquí se encuentra otro de los rincones más ansiados por la pareja: la barra de bar en la isla de cocina. Y es que uno de sus planes favoritos cuando llega el fin de semana es preparar deliciosos cócteles en compañía de sus amigos. No escatimé en detalles: la barra de apoyo para los pies, el neón en forma de copa, la vinoteca, la iluminación LED perimetral para crear ambiente... Y esos fabulosos taburetes amarillos que añaden una nota de alegría", continúa detallando la diseñadora de interiores.

Asimismo, otro detalle que marca la diferencia en esta zona de día es que tanto la cocina como el salón y el comedor gozan de abundante luz natural y vistas verdes gracias a los ventanales de suelo a techo con puerta corredera.

Los dormitorios se añaden al cubo verde

Por otro lado, respecto a la zona de noche, donde se sitúan dos dormitorios y dos baños (uno de ellos en suite), el estudio murciano optó por situarla dentro del mismo cubo verde del pasillo. La primera habitación es el dormitorio de los propietarios, con el baño integrado. "Para dividir sutilmente los ambientes, instalé el lavabo en medio del espacio, con un precioso mueble de madera que añade calidez, y detrás, la ducha", describe Ana Guillén.

En cuanto a la habitación de invitados, "es sencilla pero muy acogedora, con un cabecero tapizado en un verde suave y una mesita de noche de metal negro con sobre de cristal que aporta ligereza y contraste". Por último, la interiorista añade que el baño de invitados, "a pesar de ser el más pequeño, tiene una elegancia que acapara todas las miradas. Para su diseño me inspiré en el estilo vintage, con un mueble negro con el frente de rejilla, un espejo con marco de aires barrocos, grifería dorada empotrada, lavamanos de cristal estriado y, en la pared, un papel pintado con motivos florales del que es imposible olvidarse. A su lado integré la cabina de ducha, con un revestimiento de azulejos mostaza que no podría combinar mejor con el verde".

Con todo ello, Etimoé ha transformado completamente este piso donde nada se da por sentado, que es un espejo en el que se refleja las personalidades sus clientes y donde cada rincón sorprende... con un wow!