Los empresarios de La Manga se resignan a los nuevos requisitos de Demarcación de Costas en relación a los chiringuitos que estarán en las playas de Cartagena durante los próximos cuatro años. “Desde nuestra Asociación, quedamos a disposición del Ayuntamiento y de la Demarcación de Costas para, con más tiempo y diálogo, trabajar en soluciones razonables y compatibles con la normativa vigente”, afirman en un correo enviado a Costas.
Desde los empresarios de Cabo de Palos y La Manga, no obstante, lamentan que la imagen que se proyectará este verano en determinadas playas será de “abandono y fragmentación, claramente evitable. Creemos que se trata de una oportunidad perdida para ofrecer un servicio ordenado, unificado y atractivo, que es precisamente el espíritu del artículo 69.4 cuando se habla de instalaciones estacionales y desmontables al servicio del usuario”, afirman en un escrito enviado a Costas.
Entre los obstáculos que tienen que asumir los empresarios está la obligación de mantener una separación mínima de 50 metros entre los quioscos y las zonas de hamacas, y de 100 metros respecto a otras hamacas. Además, Costas también prohíbe la instalación de almacenes anexos, obliga a situar los aseos a una distancia mínima de seis metros del resto de la instalación y limita o elimina zonas con sombra fija, terrazas y pasarelas.
El concejal de Litoral, Gonzalo López Pretel, afirmaba hace unos días que había empresarios dispuestos a renunciar al contrato si se mantenían las condiciones impuestas por Costas y recuerda que eran muy pocos los que habían decidido abrir -en La Azohía y La Gola-, a la espera del dictamen de Costas. Según López Pretel, las conversaciones se iniciaron en octubre con la delegación territorial y consideraba que pecaron “de lealtad institucional con Costas. Confiábamos en que habría predisposición para negociar”, pero luego se encontraron con la obligación de cumplir todos y cada uno de los requisitos impuestos, lo que ha ocasionado un importante impacto a la hora de poner en marcha los negocios en los arenales de Cartagena.
“Lo último que pretendemos es tensionar más el ambiente o iniciar cualquier conflicto con nadie. Solo queremos que esto se resuelva y salga adelante”, añadía la pasada semana el edil de Litoral del Ayuntamiento de Cartagena, quien subrayó que no es una situación que afecte únicamente a la costa cartagenera, sino que tanto Águilas como San Javier o Mazarrón estaban en una tesitura similar. “Creemos que, si conseguimos algo de Costas, servirá como argumento para el resto de colectivos que se dedican a este negocio en las playas de la Región”, indicó el edil.