Murcia Plaza

Y así, sin más

La alopecia areata contrataca, un fármaco milagroso y una okupa en mi casa

MURCIA. Hay momentos de la vida que parece que se vayan a quedar grabados para siempre. Como si nada fuese a avanzar. Es curioso, pero cada vez que me pasa es igual. Lo mismo me sucede con la decepción y las personas. Lo mejor es vivir sin perspectivas de nada, cualquier detalle que sea bien recibido. Yo ya no espero nada de nadie y aún así, a veces, me sorprendo.

Convivir con una enfermedad es complicadísimo. La de años que hace que no me hago una foto por detrás para no verme la calva. Mi dermatóloga está desesperada. Pobre. “Tienes alopecia, ¿no? Yo es que tengo alopecia universal desde hace dos años y era para saber como lo llevas ya que veo que lo llevas tan bien”, me preguntó un chico por Instagram cuando escribí sobre vivir con alopecia areta. La alopecia universal conlleva la caída del pelo de todo el cuerpo, un paso más allá de la areata. Y la verdad es que no hay consejo posible. Vivir con alopecia areata es que cada día sea una montaña rusa. Hay días en los que todo está bien, que nada importa, y otros en los que cruzarse con el espejo es un momento duro. Una mirada por la calle, un comentario o un rechazo de alguien te quiebra. La alopecia hace sufrir a los que la sufren. Diezma autoestimas y crea inseguridades. Pero yo creo que la belleza no está ahí. Damos más importancia al físico que a quien se queda dentro. Y eso sí que no tiene perdón. En esta sociedad solo deberían importarnos dos cosas: la bondad y la belleza.

No quiero ser profeta de nada. Mi constante búsqueda de la seguridad siento que ha engendrado una inseguridad constante. Y realmente convivo con la alopecia desde los quince años, merezco un descanso. “Hay una solución”, empezó a decir mi dermatóloga la otra vez con la parsimonia que la caracteriza hablando “un fármaco está empezando a regenerar el pelo. No es seguro que vaya a pasar, pero es lo que tenemos. Solo te la darán si tenemos una evaluación psiquiátrica o psicológica de la afectación de la alopecia en tu día a día”. Espera, espera, espera. ¿Qué si he aprendido a sobrellevar –que no aceptar– mi alopecia ya no tengo derecho a que me salga el pelo? ¿Quién firma los requisitos en este país? Un tratamiento carísimo, sí, pero ¿a cuánto venden la verdad los de arriba?

Recibe toda la actualidad
Murcia Plaza

Recibe toda la actualidad de Murcia Plaza en tu correo