CARTAGENA. Hace más de un año que los concejales Juan Pedro Torralba y Diego Ortega se reunían con vecinos y empresarios del barrio de Los Dolores para estudiar la propuesta de instalar zona azul en la principal avenida del barrio. Tras el acuerdo al que el Ayuntamiento llegó con los comerciantes de la zona, en las próximas semanas entrará en funcionamiento el servicio de la ORA con un total de 120 plazas, que ya se están pintando, un espacio destinado para carga y descarga y zona verde laboral.
Ha pasado el tiempo y el proyecto es inminente, por lo que lo que en un principio podría ser una solución a los problemas que tienen los clientes de los negocios de esta zona para encontrar sitio donde aparcar, se puede convertir en un problema por la falta de aparcamiento gratuito en la zona.
Los comerciantes explicaban en sus argumentos que hay vehículos estacionados días y días en esta zona, lo que impide el trasiego y la facilidad de otros usuarios que desisten por la imposibilidad de encontrar un espacio libre para aparcar.
El Ayuntamiento valoró la situación y trató de buscar alternativas, entre ellas la posibilidad de un parking disuasorio. Es más, esta misma semana los operarios municipales ultimaban los trabajos para adecuar los aparcamientos disuasorios en las vías adyacentes a las calles Alfonso XIII y Floridablanca, así como un espacio cercano al recinto de fiestas.
Ángel Mario Ros, presidente de la asociación de vecinos de Los Dolores, explica que es más que necesaria la presencia de aparcamientos disuasorios aunque desconoce si el Ayuntamiento está actuando o lo ha hecho ya. “No creo que empiecen a pintar la ORA sin que hayan dado una solución previa a esto", indica el portavoz vecinal, que si bien explica que "hay vecinos que se están quejando por el aparcamiento de pago", no entiende cómo cuando se preguntó sobre esta cuestión "nadie se pronunció. Ahora cuando está a punto de ponerse en marcha la ORA es cuando hay algunas protestas, pero he de reconocer que no son mayoritarias".
Ya el pasado mes de septiembre hubo quejas de otros portavoces vecinales ante la inmininente implantación de este servicio. "Creo que la gran mayoría, o al menos muchos, de los vecinos del barrio están en contra de esta imposición. A los negocios les puede venir bien, pero para los vecinos es una decisión fatal", señalaba José García, que fue presidente de la asociación de vecinos.