CARTAGENA. Tomás Martínez Pagán (Cartagena, 1956), recientemente jubilado, ha dado, de esta manera, por finalizada su larga trayectoria laboral, ligada siempre al campo de la industria auxiliar de Cartagena durante los últimos 45 años. Conoció, por tanto, el despegue de un sector llamado a convertirse en cabeza tractora económica de la Región; sus inicios, su evolución y su potencialidad. Es, por tanto, uno de los especialistas que mejor puede desgranar el pasado, presente y el futuro que le espera a la industria naval, química e industrial de Cartagena y, por ende, de la Región.
Difícil sería desplegar en una entrevista su trayectoria laboral, cargada de cargos, reconocimientos, distinciones y honores de todo tipo, pero hay algunos de ellos que guarda con especial cariño, como haber sido presidente de la Federación de Tropas y Legiones de Carthagineses y Romanos (94-97), el nombramiento como Cartagenero del Año (1997), el premio como uno de los Mejores de la Región (1998) otorgado por el diario La Verdad; Hermano Mayor del Resucitado (2006-2014); Presidente de la Hermandad de Caballeros de Lepanto (2014-hasta la actualidad), vicepresidente de la Federación del Metal -FREMM- (2018-hasta la actualidad); presidente de Cartagena Avanza (2018-hasta la actualidad); Pregonero de la Semana Santa (2019); presidente de AEMIN (2019); vocal del Consejo Social de Social UPCT (2019); Embajador de la Marca Ejército (2020) y miembro del consejo asesor de la Fundación de Estrella Levante (2020) y miembro del Consejo Asesor del Instituto de Fomento.
-¿Tras más de 45 años ligado al mundo empresarial de Cartagena, hágame un breve relato de su trayectoria?
-Mis primeros cuatro años transcurrieron en Talleres Tudela. Allí empecé de delineante y luego fui jefe de la oficina técnica. Posteriormente me marché a Tamar, donde desarrollé prácticamente mi carrera profesional como subdirector, junto con Andrés Martínez (expresidente del Efesé). Con un inicio de poco más de 20 personas, llegamos a superar los 100 trabajadores y nos convertimos en un referente en el sector industrial y de montaje. Durante mis últimos ocho años he estado en el Grupo Mecánicas Bolea. Allí incorporamos, junto con nuestra amplia cartera de clientes, a 60 productores procedentes de Tamar, por lo que se añadió la división de montajes. En estos momentos son 240 productores y se han ampliado las divisiones a Montaje, Alimentación y Farmacia. Además, hemos conseguido que Mecánicas Bolea emprenda líneas de negocio, dentro de su plan estratégico (2022-2025), en sectores como el hidrógeno, las nuevas tecnologías y el mercado astrofísico.
-¿Qué queda de aquel Tomás Martínez Pagán que empezó en Talleres Tudela, al que ahora se jubila?
-Yo soy hijo de agricultores y nunca tuve vinculación con el sector industrial, pero me volqué en todos los proyectos que fueron surgiendo. Me introduje de cabeza en el mundo de la empresa empezando a desarrollar, al margen de mi trabajo como delineante, labores de gestor comercial y desarrollo de negocio. Lo importante es no olvidar de donde viene uno. Yo, en mi condición de ser delineante, no puedo olvidarme de la primera empresa que apostó por mí.
-¿Qué ha cambiado en la industria auxiliar en el último medio siglo?
-Ha crecido mucho en el aspecto tecnológico, pero en los primeros años había un volumen potente de empresas y talleres, tanto en sector naval como industrial y con grandes profesionales. La crisis económica de Peñarroya, la llegada de firmas nacionales o la falta de relevo generacional provocó que disminuyera.
-¿Es correcto si decimos que Cartagena ha de ser la cabeza tractora del empleo en este sector?
-Cartagena es máquina tractora en el sector industrial de empresa auxiliar y capaz de competir a nivel nacional e internacional con todo el mundo, pero tenemos un gran déficit en la falta de personal cualificado. Gozamos de unos grandes talleres, instalaciones de fabricación, diseño de equipo, firmas auxiliares a la industria y el montaje. He peleado a lo largo de los últimos veinte años, dentro de los cargos que tengo, en distintos colectivos apostando por la formación profesional. Pero ni la administración nacional o regional han visto esta necesidad y es ahora cuando se empieza a potenciar. Cartagena podría ser exportadora de mano de obra, como lo fue años atrás, y actualmente somos importadores. Hay muy pocos alumnos que quieren estudiar FP.
A los jóvenes les gusta el trabajo de batín blanco o de despacho, sin darse cuenta de que los trabajos de mano de obra directa en el sector industrial son altamente demandados y muy bien pagados
-¿Los jóvenes han perdido el interés por la FP?
-Les gusta el trabajo de batín blanco o de despacho, sin darse cuenta de que los trabajos de mano de obra directa en el sector industrial son altamente demandados y muy muy bien pagados. Cualquier alumno que sale está bien colocado y pagado.
-¿Lo considera, por tanto, un sector básico para salir de la crisis en la que la pandemia nos ha metido de cabeza?
-Indudablemente. No tengo la más mínima duda. Genera puestos de trabajo y mucha riqueza. La administración que más claro lo tiene es el Info. Ahí gozamos de un importante impulso, ya que ha apostado por la internacionalización de las empresas, que va a generar nuevos campos de trabajo en fabricación de equipos y maquinaria del sector. Su director, Joaquín Gómez, ha vuelto a poner esta institución en los niveles que tuvo cuando llegó General Eléctric a Cartagena. Nubarrones existen, pero si las empresas y administración empujan en el mismo sentido, el futuro es esperanzador. Si somos capaces de prepararnos, alcanzaremos volúmenes de negocio muy importantes.
-Se jubila como director corporativo de Mecánicas Bolea, pero no creo que su idea sea el retiro por completo
-No, ni mucho menos. Seguiré en la compañía como consejero y manteniendo los cargos que tengo en distintos colectivos empresariales, como FREMM o AEMIN, por ejemplo, además de las otras compañías en las que ejerzo la calidad de consejero.
-Se valora la experiencia de gente como usted para la asesoría de nuevos proyectos?
-Después de 45 años en el sector y de conocer perfectamente a empresas, proveedores, administraciones, fuentes de negocio y colectivos, es lógico que se valore y no se pierda una experiencia unas relaciones tan difíciles de conseguir en este mundo tan competitivo.