Murcia Plaza

DESDE MI ATALAYA

La comercialización de los resultados de los proyectos de I+D+i

  • Foto: FREEPIK.ES
Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

MURCIA. En el último boletín de la OTRI de la UMU cuenta David Sánchez-Hernández, profesor e investigador de la UPCT, que "se fueron a Austin (USA) a vender su sistema de evaluación de terminales móviles 4G", hoy EMITE, la empresa que produce este sistema, cuenta con 25 empleados y red comercial en 25 países. Pablo Artal, profesor del laboratorio de Óptica de la UMU y creador de la empresa VÓPTICA, dedicada a desarrollar tecnología e instrumentación Oftálmica y que da trabajo a 10 personas, asegura que "la principal dificultad de las empresas que surgen de las universidades y centros de investigación y desarrollo es contar con unas buenas redes comerciales y distribuidores en el mundo". Y Diego García, de Sistemas Telemáticos y Tecnología Electrónica de la UPCT, y CEO de INGENIATIC, empresa que comercializa un sistema de alerta, dice que "sobre el papel todo es muy fácil, pero luego llegas al mercado" y que "para los investigadores la parte comercial es mucho más difícil que la de desarrollo".

"tenemos que innovar en comercialización"

Sirvan estos ejemplos para ilustrar la realidad a la que se enfrentan aquellos que quieren poner en valor económico los resultados de los proyectos de I+D+i. No hablo de transferir el conocimiento, que es un concepto más genérico, que incluye otras actividades como publicar en revistas científicas o divulgativas, ni tampoco de otras formas de poner en valor los resultados, como la búsqueda altruista de un beneficio social. Me refiero a llevar al mercado un producto o servicio basado en dichos resultados, creando una empresa ad hoc, o a través de una empresa ya creada, a comercializarlos buscando un beneficio económico.

Comercializar es preparar un producto o servicio para que sea viable en el mercado y ponerlo a la venta. En lo que se refiere al producto que nos ocupa, y que podemos denominar "resultado de la investigación", tendremos que:

  • Valorar su interés potencial, respondido a la pregunta: ¿Qué necesidad o querencia presente o futura de las personas pretende cubrir?, o dicho de un modo más directo: ¿Quién lo va a comprar? ¿a qué precio?
  • Desarrollar un prototipo o producto mínimo viable, testándolo primero en condiciones de laboratorio y luego en condiciones reales con clientes potenciales, mejorándolo de manera iterativa hasta conseguir un producto comercializable sin perder de vista la pregunta anterior.
  • Hacer un plan de negocio que contenga un análisis de mercado y oportunidad, un plan de operaciones, desarrollo y gestión, un plan de márquetin y ventas, y un plan financiero.

Y lo que es más importante, todo esto ha de hacerse, o mejor dicho, alguien ha de hacerlo; uno o varios emprendedores que asumen el esfuerzo y el sacrificio de dicha tarea. Porque emprendedor es aquel que hace, que trabaja y construye una empresa, no el que tiene una idea y se dedica a "marear la perdiz" y a asistir a cursos y eventos de emprendimiento... Por supuesto que la formación es necesaria, pero lo realmente imprescindible es "echar a andar", y si por el camino se necesita algún conocimiento, pues se busca o se contrata a quien lo tenga.

Desde que los poderes públicos interiorizaron que las inversiones en ciencia y tecnología generan riqueza y bienestar para los ciudadanos y resuelven los problemas a los que se enfrentan las sociedades, hemos asistido a un incremento del gasto en I+D+i que ha permitido aumentar el tamaño del sistema de ciencia y tecnología y, en consecuencia, incrementar los outputs, entre los que destacan los resultados de los proyectos de I+D+i. Paralelamente se han puesto en marcha actuaciones que buscan el retorno a la sociedad de este mayor esfuerzo financiero.

Así, en relación a los proyectos de I+D+i, se ha promocionado en los últimos años la modalidad de cooperación pública-privada, lo que ha permitido un mayor alineamiento de la oferta de las universidades y centros de investigación y desarrollo con las demandas y necesidades de su entorno productivo y social, y concedido ayudas al prototipado de los resultados de los proyectos. También se han puesto en marcha plataformas de ofertas y demandas tecnológicas y celebrado ferias en las que mostrar los resultados e innovaciones surgidas de los proyectos de I+D+i financiados.

En materia de fomento del emprendimiento y la creación de empresas de base tecnológica se han habilitado espacios gratuitos (incubadoras de empresas) para el asentamiento de proyectos o empresas en fase temprana, ofrecido formación y ayudas para la realización de sus planes de negocio, y posibilitado encuentros con financiadores privados (fondos de inversión, angel business o empresas de crowfunding,  entre otros).

Otras actuaciones han tenido por objetivo incrementar la visibilidad y apoyar la imagen de las empresas tecnológicas de reciente creación mediante la concesión de premios y otras distinciones.

Qué duda cabe que todas estas actuaciones han contribuido a "empujar" los resultados de la investigación hacia el mercado y a incrementar el número de EBT creadas, sin embargo, lejos de la autocomplacencia podemos y debemos emprender nuevas actuaciones que contribuyan a que el conocimiento y el talento con que cuenta la Región de Murcia se traduzca en nuevas oportunidades empresariales y beneficios para la sociedad.

Y qué mejor forma de hacerlo en la Región de Murcia que escuchando a nuestros emprendedores, como los científicos citados al inicio de este artículo, y poniendo en marcha actuaciones para solucionar el principal problema identificado: vender las innovaciones. Para ello, hay que seguir mejorando la visibilidad global de los resultados de los proyectos de I+D+i que se pretenden comercializar, ya que no se puede comprar lo que no se conoce. Hacer un esfuerzo para hacer llegar las soluciones a los potenciales clientes; por ejemplo, mediante campañas de promoción que muestren en foros nacionales e internacionales las innovaciones. Y facilitar la comercialización y distribución de las innovaciones con iniciativas como la presentada en la pasada edición de INNOVAM+ de creación de nuevos perfiles profesionales centrados en la distribución y venta de las innovaciones. En definitiva, tenemos que innovar en comercialización.

Recibe toda la actualidad
Murcia Plaza

Recibe toda la actualidad de Murcia Plaza en tu correo

María Dolores García Mascarell, viuda de José Luis Mendoza, nueva presidenta del UCAM CF
Cupido busca empleo