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una de las mayores aventuras de la historia del cine

Fitzcarraldo, el desafío de lo imposible

  • Una de las escenas de la película.

MURCIA. La película Fitzcarraldo es, sin lugar a dudas, una de las mayores aventuras de la historia del cine. Pocas la han superado en arresto y valentía. Es una película hecha de verdad, como una hazaña firme que nos hace encontrar con la esencia misma de la selva y lo primitivo. Su director, Werner Herzog, la considera su mejor película, a pesar del calvario por el que tuvo que pasar para poder rodarla. Pero para encontrar, hoy en día, la huella de tan extraordinaria obra hay que trasladarse a la misma amazonia peruana, donde todavía pervive la esencia de su espíritu y donde se rodó la mayor parte de su contenido. Iquitos, su capital, es el primer lugar en el que hallaremos las claves de la película. En su plaza de armas nos topamos con la Iglesia Matriz, donde Kinski (y antes Jason Robard y Mig Jagger), se cuelga de la campana de su torre para pedir el teatro de la ópera para Iquitos. Y no es de extrañar que Fitzcarraldo eligiera este punto para su requerimiento puesto que desde él se divisa gran parte de la ciudad. 

Herzog no dejaba nada al azar. Quería que su película fuera perfecta, y se supiera que lo que rodaba era auténtico y estaba asentado en patrones que se pueden ver y aprehender en la realidad. 

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