VALENCIA. Las obras del futuro 'macrocentro' comercial en el barrio valenciano de Turianova arrancarán a principios del próximo año 2026 y está previsto que tengan una duración de dos años, tras una inversión cercana a los 500 millones de euros. El proyecto, promovido por la promotora AQ Acentor fue adquirido este verano por el magnate murciano Tomás Olivo, por 60 millones de euros. Desde entonces, se desconocía el porvenir del proyecto y el inicio de la actuación, que en un principio estaba previsto que empezara este 2025.
No obstante, este miércoles se ha desvelado la incógnita. El empresario se ha reunido con la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, a quien ha trasladado sus planes y el calendario previsto para acometer una actuación, que generará unos 3.000 puestos de trabajo indirectos y 6.000 directos. Las obras, según ha explicado, “comenzarán a principios del año próximo y está previsto que duren dos años”.
Bautizado como Infinity, el futuro espacio se asienta sobre una gran pastilla de uso terciario de 76.753,46 metros cuadrados y cuenta con una superficie bruta alquilable de retail de 92.000 metros cuadrados. Hasta ahora, su nivel de comercialización comprometida es superior al 55% de los más de 220 espacios disponibles. Se ubica en uno de los extremos del nuevo barrio de Turianova, un desarrollo que AQ Acentor está levantando desde cero sobre una vasta extensión de cerca de 500.000 metros cuadrados, con más de 2.000 viviendas.
El espacio se integra como pieza clave en el PAI Fuente San Luis, entre el Hospital La Fe de Valencia, la V-30 y la V-31. El permiso de construcción que la promotora recibió en julio de 2024 obligaba a que se iniciaran las obras en un plazo de seis meses y finalizarán en dos años, aunque estaba la posibilidad de conceder prórrogas, de acuerdo con la normativa municipal, una posibilidad que la compañía solicitó el pasado mes de abril por un plazo de seis meses, cuando se cerró la operación de compraventa.
- Render del centro comercial -
Según el proyecto que diseñó AQ Acentor, el complejo de ocio contará con 220 locales distribuidos en planta semisótano, baja, primera y segunda. Todo ello con 3.832 plazas de aparcamiento y otras 1.000 para bicicletas. El modelo que planteaba se asentaba en una amplia gama de servicios comunes como tiendas, restauración o cines, a los que se sumaban conceptos más novedosos como una ola artificial, beach club, rocódromo, realidad virtual, escape room, gaming, laser city o 'friki zone'.
De hecho, ya se había cerrado acuerdos con Cines Yelmo, Ozone Bowling, Fitness Park y Jump Yard, primeros operadores confirmados para Infinity. Ahora, habrá que ver si se mantiene ese encaje o si el nuevo propietario rehace sus planes.
Hotel, oficinas y apartamentos turísticos
Por otro lado, el complejo contará con tres edificios independientes, que se destinarán a uso hotelero, de oficinas y residencial, ya que existen tres pastillas dentro del desarrollo de uso terciario. La más grande, de 7.620,24 metros cuadrados, se planteó para un hotel de 11 plantas, algo que a priori se mantendrá dado que ese es el uso urbanístico del suelo.
La segunda, de 4.056,65 metros cuadrados, y una edificabilidad para siete plantas, estaba pensada para oficinas. A priori, la intención era ofrecer un concepto más de coworking. Finalmente, el último suelo, de 3.951,49 metros cuadrados, se iba a destinar a apartamentos turísticos. Aunque podría cambiar el encaje, su uso deberá ceñirse a la normativa urbanística.
