MURCIA. La Universidad de Murcia (UMU) ha activado la búsqueda de una empresa que se encarga de la seguridad y vigilancia de todas sus instalaciones. Para ello, ha puesto en marcha una licitación pública con 2,7 millones de euros de presupuesto para todas las compañías que estén interesadas en presentar su oferta.
Quien participe en este proceso tendrá que cuidar especialmente la propuesta económica, pues el precio será el factor que más se tenga en cuenta con un 45% de la nota final. No obstante, también serán valorados otros aspectos, como la calidad de los medios técnicos (15 puntos), la presentación de un plan de formación específico (12 puntos), la capacidad operativa (10 puntos) y la capacidad y disponibilidad para atender incidencias (10 puntos). Asimismo, también se considerará el precio por hora para servicios extraordinarios y los medios técnicos adicionales con 4 puntos cada uno.
El contrato, que cuenta con presupuesto base de 2,7 millones de euros, tiene un plazo de duración de dos años. Sin embargo, este podría prorrogarse hasta en tres ocasiones por un periodo de un año cada una. En consecuencia, la vinculación entre la universidad y la empresa que salga vencedora de este proceso podría ascender hasta lo 5 años en total, lo que significaría una retribución máxima de 6,8 millones de euros en total.
Esta licitación abarca la vigilancia y seguridad de toda la extensión perteneciente a la UMU, lo que incluye tanto los 950.000 m2 que componen el Campus de Espinardo como los 15.000 m2 del Campus de la Merced, con más de 50 edificios en toda la Universidad. Además, también se abordará la protección del Campus de Ciencias de la Salud de El Palmar, con 48.000 m2 adicionales.
Para realizar esta tarea, la Universidad de Murcia cuenta con una plantilla de personal propio que asciende a 14 personas. No obstante, esta resulta "manifiestamente insuficiente para atender el servicio", por lo que se contempla que la empresa que salga vencedora aporte el personal adicional hasta llegar a los 25 vigilantes de seguridad que se consideran necesarios. No obstante, la celebración de fiestas universitarias, las salas de estudio nocturnas y otros eventos institucionales han precisado la contratación en momentos puntuales de un número elevado de personal de seguridad, para mantener el orden.
La principal obligación será la de ejercer la vigilancia y protección de bienes, instalaciones y eventos, así como de la protección de las personas, llevando a cabo las comprobaciones, registros y prevenciones necesarias para el cumplimiento de su misión, lo que incluye las rondas discontinuas y la vigilancia en los puestos de seguridad. Además, se deberá perseguir a quienes sean sorprendidos en flagrante delito. En cualquier caso, conviene recordar que el servicio se prestará por vigilantes sin arma.
Como parte de su vinculación con la universidad, la empresa que acceda a este contrato también deberá favorecer la formación en el lugar del trabajo con la realización de prácticas en sus empresas, contratar profesionales en situación de desempleo y proveer de personal en puesto fijo.