CARTAGENA. Una de las grandes demandas de Cartagena es la rehabilitación de sus baterías de costa, un conjunto arquitectónico con un importante valor histórico y que forma parte indisociable del paisaje del municipio. Desde la Asamblea Regional y también desde el Ayuntamiento han pedido en reiteradas ocasiones al Gobierno central un plan para rehabilitarlas y protegerlas del deterioro del tiempo. Y ahora, al fin, parece que el Ejecutivo nacional se pone manos a la obra para, al menos, preparar un documento que defina qué hay que hacer con las construcciones militares que recorren la bahía cartagenera. No es la solución (de momento), pero sí es un primer paso.
Y lo hace mediante el Ministerio de Cultura y Deportes, que ha a sacado a licitación la redacción de un plan director de 29 baterías de costa históricas de defensa y antiaéreas de la bahía de Cartagena. El contrato tiene un valor de 267.410 euros, incluidos los impuestos. Las empresas tienen un mes por delante para presentar sus ofertas. El adjudicatorio tendrá un plazo de ejecución de dos años.
Estudiará al detalle las baterías
¿Y qué es un plan director? ¿Cuál es su finalidad? Tal y como recogen los pliegos, el plan director deberá "reunir, sistematizar y completar en un documento toda la información disponible" sobre las baterías de costa y lo hará al detalle "elemento a elemento". El objetivo es extraer "su origen, devenir histórico, significado, situación actual, documentación planimétrica y fotográfica, estudio de patología y diagnóstico".
Y sobre todo tiene como meta fijar "las prioridades de actuación que garanticen su conservación, restauración y mantenimiento, la mejora de su proyección institucional y social, y hacer posible su visita pública, facilitando (o proponiendo) actividades productivas y trabajos de formación que puedan favorecer la gestión del conjunto".
Una vez que se obtenga toda la información, se podrá "desarrollar un trabajo de investigación, que analizará, sintetizará y evaluará la información recogida para proceder al establecimiento de un diagnóstico aplicable al estado actual, en lo que afecta tanto a su materialidad física como a su entorno y gestión cultural".
Ese diagnóstico, añaden, "debe sentar las bases para la coherente y sostenible toma de decisiones con relación a la programación de acciones para atender sus necesidades, mejorar su conservación, recuperar sus valores culturales, favorecer su restauración y su gestión cultural para disfrute de la sociedad con las mejores garantías".