MURCIA. No tan súper como ayer pero igualmente firme. Carlos Alcaraz Garfia, en una versión más humana, remontó ante el noruego Casper Ruud, al que venció por 3-6, 6-3 y 6-4 en 2 horas y 8 minutos para plantarse en la final del ATP 500 de Tokio en su primera participación en Japón. La pelea por el título será este martes a las once de la mañana -hora española- frente al estadounidense Taylor Fritz, al que le tendrá especiales ganas tras caer frente a él hace ocho días en la Copa Laver. Es el triunfo número 66 del de El Palmar en este 2025, su tope, superando los 65 que obtuvo en 2023.

El partido, que era el sexto entre el español, número 1 del mundo a sus 22 años, y un rival de 26 y duodécimo de la lista -llegó a ser el 2 en septiembre de 2022-, se presentaba con un 4-1 en ese cara a cara para el murciano, que se impuso en los cuatro primeros choques frente al de Oslo (6-4 y 6-2 en los cuartos de final del ATP 250 de Marbella en 2021, 7-5 y 6-4 en la final del Masters 1.000 de Miami y 6-4, 2-6, 7-6 (1) y 6-3 en la tan recordada del Abierto de Estados Unidos en 2022 y 6-4 y 6-2 en los cuartos del ATP 500 de Pekín en 2023). El último precedente se lo había llevado el nórdico con un 6-1 y 7-5 en las Nitto ATP Finals de Turín en 2024. 

Este nuevo choque lo encaró el el pupilo de Juan Carlos Ferrero y Samuel López tras la exhibición del domingo frente al estadounidense Brandon Nakashima, al que venció por 6-2 y 6-4 acercándose mucho a su mejor versión en una pista de tenis. Un día después, sin estar al mismo tono, lo tendría más complicado pero ganaría igualmente.

Aunque amenazó al resto Alcaraz comenzó puntuando Ruud, más centrado en el arranque. Carlos cometió hasta siete errores no forzados en los cuatro primeros juegos pero, incluso así, logró llevar el partido igualado (2-2) anotándose el primer ace del encuentro. Las dos primeras opciones de break las tuvo CA pero no las aprovechó -dos tiros sencillos para él se le fueron- y siguió yendo a remolque pero creciendo sobre la pista central del complejo Ariake Coliseum. El 3-3 lo obtuvo con una de sus dejadas y eso le relanzó. De hecho, dispuso acto seguido de un 15-40 pero dejó pasar otras dos posibilidades de quiebre. Más concesiones del líder de la ATP.

Ruud, sólido como de costumbre, dio un paso al frente y él sí que estuvo acertado para aprovechar su primera opción de ruptura y estableció el 3-5. Tenía el set en su saque y no falló. El que sí lo hizo fue el español, que cedió la manga tras tres cuartos de hora de un parcial repleto de fallos por su parte: sólo 28 puntos ganados por los 37 de su oponente y 15 fallos propios. 

El envite, tras haber cedido el primer set en este torneo disputado sobre pista dura, iba a seguir complicándosele al palmareño, que debió reaccionar a un 30-40. Lo hizo con un saque directo, una buena derecha y una bola de Casper estrellada en la red. Por primera vez en el encuentro iba por delante en cuanto a juegos se refiere y fue a por más. De hecho, tuvo un 0-40 esperando la llegada de la pelota y a la sexta por fin logró su propósito, el break que llevaba tiempo buscando y que le dio el 2-0.

Pasando de 0 a 100 en un pispás, como los coches potentes, se hizo con el mando. Su tercer juego consecutivo lo obtuvo en blanco y con tres nuevos aces. Se ordenó y eso le llevó a dominar con un tenis sólido, justo lo que le había faltado en la primera manga (4-1). Aunque CR aguantó lo que pudo y, de hecho, logró el 4-2 y el 5-3 en blanco, la inercia del partido era otra y Carlos, encontrando las líneas con su servicio, no estaba dispuesto a ceder la iniciativa después de haberle costado tanto. De ese modo igualó la semifinal después de otra media hora. Remató con su noveno ace en el set cuando en el primero sólo había conseguido uno.

El pase a la final se decidiria en el tercer parcial y el número 1 llegaba reforzado. El juego se renuadó después de que Ruud se marchara unos minutos al baño y cada jugador fue ganando su servicio, por lo que se sucedieron las igualadas (1-1 y 2-2). El encuentro elevó la tensión y Ruud su nivel. De hecho, tuvo un 15-40 para haber logrado el 1-3. Alcaraz salió del tremendo apuro forzando la máquina y logrando cuatro puntos seguidos. Eso le rearmó aún más y pesó en el ánimo de su adversario. No en vano, Ruud se vio 15-40 abajo y, aunque también reaccionó, el número 1 acabó logrando un break que era más que importante.

Se fue a su silla con el 3-2 y, poniendo la bola en movimiento, confirmó la ventaja adquirida y de una manera autoritaria, en blanco. Era cuestión de conservar el orden sin dejar de hacer su tenis y lo entendió bien Alcaraz. Así, frente a un oponente frío como el hielo -por algo es de Noruega- y que arriesgó, estableció el 5-3 aunque para ello debió superar un inquietante 15-30 y tras un deuce. Una dejada y un globo, ambos golpes ejecutados con su habitual maestría, le ayudaron.

En su nuevo turno de saque iba a tener la ocasión de cerrar el pase y es justamente lo que hizo. Remató con una gran derecha tras otros 53 minutos en un encuentro en el que sumó 87 puntos, sólo cuatro más de los que consiguió un buen Ruud, lo que habla de lo igualado que estuvo.

El título se lo jugará ante Fritz, quien se deshizo en semifinales de su compatriota Jenson Brooksby por 6-4 y 6-3. El californiano, de 27 años y número 5 del mundo, y el palmareño se cruzarán por quinta vez y ese duelo lo domina Carlos por 3-1. Fritz viene de estrenar su cuenta ante Alcaraz, al que ganó la pasada semana en la Copa Laver con un 6-3 y 6-2 en el duelo entre Europa y el resto del mundo. Antes el murciano le venció en los cuartos de final del Masters 1.000 de Miami en 2023 por 6-4 y 6-2, en la Laver de 2024 por 6-2 y 7-5 y en las semifinales de Wimbledon 2025 por 6-4, 5-7, 6-3 y 7-6 (6). Ahora habrá un título para el que gane.