MURCIA. Que Gabriel Lauret era un músico de estirpe, gran interprete de violín y catedrático de Música de Cámara en el Consevatorio Superior de Música, es un cúmulo de certezas que ya conocíamos todos en esta tierra. Pero, que es un gran escritor, algunos lo conocemos ahora. Y es así, gracias a su libro, de acertado título Allegro Agitato, aún con la tinta joven. Y lo hace con una prosa límpida y muy bien ordenada, en cuanto que configura sus contenidos con un tempo que guarda las secuencias y las ordena en un conjunto que, de manera natural, los hace llegar a su final.
Cada capítulo de este libro es como una novela en miniatura. O un guion bien sustanciado, en orden a servir a un film posterior, en el que se desarrollasen todos los impulsos que, en cada párrafo se esconden. Gabriel Lauret quiere que amemos la música. Y sabe bien de qué lamentable punto se parte en España, desgraciadamente, para lograr tal empresa.
El autor subtitula su obra con el epígrafe de Historias de música y músicos y lejos de conformarse con una socorrida ordenación temporal, arracima sus creaciones en las transversalidades que su fino olfato de enamorado de la Música y de su Historia, le sugiere. Veamos: Hablemos de músicos, Barroco y Clasicismo, Sobre el Quijote. Las estaciones del año, La Sonata a Kreutzer, El siglo XX, y Otros temas de Música. El resultado es una diversidad amenísima, una estructura que huye la rigidez y un estilo eficaz, y, a la vez, con alto grado de excelencia, que, al dejarse notar, deja en el lector un suave retrogusto, como en los buenos vinos, que invita a releer el párrafo, en esa intimidad milagrosa, de cada cual consigo mismo, que es la lectura silenciosa.
El autor gusta describir el lado humano, bien de los músicos tratados en el texto, bien de los temas explicados; los cuales siempre aparecen teñidos de entrañables anécdotas, que nos descubre. Escuchamos, como sonoras ondas evanescentes yen baja intensidad, cualquier partitura que nos explica, rodeada de miles de arpegios narrativos, que hace una lectura siempre amena, interesante e ilustrativa.
No entiendo que haya alguien en esta tierra donde vive el autor, Región de Murcia, que, siendo músico, no conozca este libro. Es un excelente obsequio tanto para regalar a un músico, como para que los músicos lo regalen a tanto circundante como de seguro tendrá alrededor. Es una inversión segura este libro, que obtuvo el Premio Nuevo Periodismo, M.A.R. Editor.
Cuando este cronista estudió Historia del Arte en su ya lejanísimo bachillerato, para nada se incluía la Música y su Historia. Igual sucedió cuando le impartieron Historia del Arte en la Universidad. Una cojera consustancial a muchísimas generaciones de españoles. El autor explica algo de eso en los capítulos reivindicativos finales. Saber Música es llorar sobre la Enseñanza de la Música en este país, que, a pesar de ello, tanto genio musical supo dar a la Humanidad.
Gabriel Lauret, muchas gracias.