MURCIA. Era un cambio de siglo y Murcia soñaba con ser una ciudad moderna. También era una época de exposiciones universales y Murcia quiso tener la suya propia. Fue en el Jardín de Floridablanca cuando el 14 de abril de 1900 se inauguró la Exposición Agrícola, Minera, Industrial y de Bellas Artes, todo un acontecimiento del que se hizo eco la prensa nacional y que llenó de arte, arquitectura y progreso los jardines murcianos. Hoy, como ocurre con tantas cosas, es la fotografía la que permite documentar y conocer cómo fue aquel evento del que no se han conservado ninguno de los artísticos pabellones que se levantaron para asombro de los asistentes.
Para ello, una doble exposición -en dos espacios diferentes- reúne fotografías, postales y souvenirs de aquel gran evento que dio un empujoncito a Murcia para entrar con modernidad en el siglo XX. Así, la muestra Del esplendor al recuerdo ofrece dos miradas que dialogan entre sí: una en la Sala Pequeña del Museo de la Universidad de Murcia (Cuartel de Artillería) hasta el 20 de noviembre de 2025; y otra en el Museo de la Ciudad, donde se inaugura este martes 4 de noviembre y se podrá ver hasta el 14 de diciembre.
Comisariada por Elvira Cánovas Bernabé y José Fernando Vázquez Casillas, la exposición es fruto de un proyecto de investigación y difusión patrimonial que revive la memoria visual 125 años después del gran acontecimiento y que dio lugar al proyecto editorial e investigador Fotografías, postales y souvenirs. Memoria de la Exposición Agrícola, Minera, Industrial y de Bellas Artes de Murcia de 1900, desarrollado por el Laboratorio de Investigación Fotográfica de la Universidad de Murcia (LIFUM), con la colaboración del Museo de la Ciudad.
En el Museo de la Universidad (Cuartel de Artillería), por un lado, se presenta una selección de reproducciones fotográficas, postales y medios de comunicación de la época, así como imágenes de los recuerdos materiales ofertados durante el evento. La muestra propone un recorrido por la reconstrucción documental y gráfica del certamen, explorando la relación entre archivo, técnica e identidad urbana.
En el Museo de la Ciudad, por otro lado y como informan los comisarios, se desarrollan dos iniciativas paralelas: la microexposición Hoy enseñamos. Del esplendor al recuerdo, que reúne originales de las postales, artículos de semanarios nacionales y piezas conmemorativas aportadas por el LIFUM y por el propio museo. Junto a ella se incluye la proyección de un audiovisual que recoge gráficamente la historia de estos materiales. Además, el 27 de noviembre de 2025 se presentará el estudio Fotografías, postales y souvenirs, publicación que amplía los contenidos de la muestra y ofrece un análisis detallado sobre los fotógrafos, las imprentas y los circuitos de difusión visual de la época.
Pabellones diseñados por Pedro Cerdán

- Muestra Del esplendor al recuerdo, del LIFUM -
A través de estos testimonio del pasado el visitante podrá conocer cómo aquel evento fue mucho más que un certamen local. "Representó una manifestación de orgullo colectivo y de modernidad regeneracionista", destacan los investigadoresm quienes cuentan que el Jardín de Floridablanca se transformó en un recinto de pabellones diseñados por Pedro Cerdán Martínez, donde convivieron los logros de la agricultura, la minería, la industria y las bellas artes regionales. En su arquitectura efímera -de aire modernista, geométrico y ornamentado- se proyectó la aspiración de una ciudad actual.
Al recinto se accedía a través de una puerta en forma de arco, rícamente ornamentada. Dentro se constuyero cuatro pabellones: el Pabellón de Minería, de estilo renacentista; el Pabellón de Máquinas/Bellas Artes, que tenía forma de semicírculo y decoración arabesca (allí expusieron conocidos pintores de la época); el Pabellón de Agricultura, de estilo neomudejar; y el Pabellón de Industria, de estilo Luis XV.
Como señalan desde el LIFUM, "la prensa desempeñó un papel esencial en la difusión y construcción del relato icónico del evento. Los periódicos locales, como Las Provincias del Levante, El Diario de Murcia y El Heraldo de Murcia, publicaron crónicas, artículos y poemas dedicados al evento, exaltando su simbolismo cívico. Estos diarios ofrecieron un testimonio inmediato del entusiasmo popular y de la confianza en el progreso técnico, registrando desde los preparativos hasta la clausura, y describiendo con minuciosidad los pabellones, los expositores y las obras premiadas. A través de ellos, la Exposición se convirtió en un hito compartido, un motivo de conversación y orgullo ciudadano que trascendió el recinto ferial".
Asimismo, las imágenes y documentos gráficos procedentes de revistas ilustradas, fotógrafos locales, cuadernos de vistas y postales transformaron el evento en un relato colectivo. "Publicaciones como Blanco y Negro, Nuevo Mundo, Iris o Miscelánea difundieron interesantes reportajes fotográficos, elevando el acontecimiento murciano a una celebración del progreso a escala nacional".
La memoria en imagen

- Muestra Del esplendor al recuerdo, del LIFUM -
"Los fotógrafos que registraron aquel episodio, entre ellos Manuel Cantos Company, Manuel Costa Fariñas y Luis Federico Guirao Girada, no se limitaron a captar una feria: inmortalizaron un estado ideológico colectivo, donde se entrelazaban el deseo de avance, la confianza en la técnica y la estética de la transformación. Su labor convierte a la fotografía en un testigo activo, un lenguaje crítico-narrativo capaz de traducir la memoria en imagen", manifiestan los responsables de la exposición sobre un legado que incluye "negativos en placa de vidrio, vistas panorámicas y estereoscopías que componen una visión múltiple y fascinante del certamen, entre la objetividad documental y la emoción estética".
No hay que olvidar el cuaderno fotográfico editado por Hijos de Nogués, titulado Vistas de Murcia y su Exposición de 1900, que "convirtió el certamen en una experiencia coleccionable y portátil: un recuerdo tangible que viajaba en sobres, se intercambiaba entre amigos o se guardaba como testimonio del orgullo local".
Todo ello, junto souvenirs en cerámica y la medalla-moneda conmemorativa del evento, "dialogan hoy con la cultura visual contemporánea, siendo testimonio evidente de cómo el acto de observar, conservar o compartir una imagen u objeto ya era un modo de construir identidad grupal. En su conjunto, las piezas reunidas no solo rememoran un episodio histórico, sino también la emoción común de una sociedad que empezaba a reconocerse en el espejo del progreso", apuntan los organizadores sobre una muestra donde cada objeto y cada imagen "reactivan la emoción de una Murcia que quiso representarse moderna, laboriosa y artística".

- Muestra Del esplendor al recuerdo, del LIFUM -