MURCIA. La galería Babel de Murcia se tiñe de púrpura en la novena exposición -de las doce previstas - de su programa MURCIA2025, con la que el espacio que dirige Javier Cerezo se suma al homenaje del 1200 aniversario de la fundación de la ciudad. Y es que uno de los aspectos más destacados de esta muestra -y que está despertando mucho interés, según apunta el galerista-, es que su autora, la artista mexicana Daniela Becerril, utiliza un tinte que se remonta a las civilizaciones prehispánicas, el carmín de cochinilla. Se trata de un material cuyo uso ya de por sí supone una intensa reivindicación de la memoria y cuya técnica la artista introducirá en Murcia con talleres y colaboraciones con artistas murcianos durante el mes de enero, además de estar llevando a cabo numerosas visitas guiadas. 

Y es que, como explica Javier Cerezo, tras la conquista, tanto en España como en el resto de Europa, se conoció y se empezó a utilizar el pigmento púrpura del insecto que se alimenta de la savia del nopal, también llamado chumbera en España. Este insecto es la cochinilla, valorado por su capacidad de producir el ácido carmínico del que se obtiene el tinte natural llamado carmín. Este colorante se convirtió en un cotizado producto de exportación que se utilizaba para tintar tejidos y para dar intensidad a otros colores rojizos. Comparable en importancia a la que en la antigüedad tuvieron los tintes púrpuras fenicios, el tinte de la cochinilla era, después del oro y la plata, el más valioso producto de Nueva España. "Artistas de todo el mundo utilizaron en los siglos XVI, XVII y XVIII estos pigmentos de cochinilla molida para dar intensidad a sus rojos y se pueden rastrear en pintores tan emblemáticos como Velázquez, Rubens, Rembrandt, Caravaggio, Vermeer, Lorain, Poussin, Zurbarán, Murillo, Rivera, Frans Hall o Guercino", añade.

De Murcia a México a través del siglo XVII y la arquitectura barroca es el título de la exposición de Daniela Becerril (Ciudad de México, 1996), quien ha emprendido con sus pinturas un viaje de ida y vuelta permanente entre México y España, rastreando la identidad de su país y la herencia española que atesora, según apunta el director de Babel. En esta ocasión, sus obras tienen la doble mirada mexicana y española. De esta forma -señala Javier Cerezo-,"recorre distintas ciudades buscando en sus edificaciones barrocas el mestizaje y las dobles influencias que compartimos. El templo del Carmen de Santiago de Querétaro, la catedral de Guadalajara, capital del estado de Jalisco, la iglesia de San Miguel Arcángel de Temascalcingo, en el estado de México... Estos cuadros conviven con edificios barrocos murcianos, como el desaparecido Contraste de la Seda, y se arropan en esta muestra con pinturas de campos de chumberas, especie autóctona mexicana, y con pinturas de moreras, base de la producción de seda, uno de los productos de la Región de Murcia de mayor prestigio durante varios siglos".

Como hace con cada una de las muestras del programa MURCIA2025 de Babel -cada una dedicada a una época histórica concreta-, el galerista murciano repasa a través del arte los principales acontecimientos que han ido configurando la ciudad actual. Así, recuerda las guerras de España en el siglo XVII, "como cumpliendo un destino también tintado de rojo", perdiendo la hegemonía bélica que tenía hasta ese momento y siendo sus territorios y rutas comerciales blanco de las nuevas potencias: Francia, Países Bajos e Inglaterra.

Respecto a Murcia, "la sociedad y la economía también se vieron afectadas durante el siglo XVII por sucesos que las lastraron poderosamente. Fueron especialmente dramáticas la expulsión de los moriscos en los años 1613 y 1614, una intensa epidemia de peste ocurrida en 1648 y la gran inundación de 1651, que anegó cultivos, caseríos, aldeas y algunos de los barrios de la ciudad de Murcia. A pesar de las dificultades a las que nuestra ciudad y el resto de España tendrán que irse enfrentando durante este siglo, culturalmente vivimos las mayores cimas creativas de nuestro Siglo de Oro".

En arquitectura, sigue explicando Javier Cerezo, "el barroco irá levantando grandes edificios en las mayores ciudades de España y del continente americano. En Murcia, aunque la Catedral no tendrá grandes intervenciones durante este periodo, la arquitectura barroca de la época deja intramuros el Palacio Episcopal, el Contraste de la Seda y el Palacio de Saavedra. En el entorno del perímetro amurallado se construye junto a la Puerta de la Aduana el Almudí. En la zona norte de la villa también ocurrirán cambios y comenzarán a demolerse tramos de muralla para construir la Iglesia de San Miguel y el convento de Santa Ana".

Asimismo, la utilización de la imprenta facilitó la difusión de las obras literarias y en Murcia la publicación de los libros de Francisco Cascales, Diego Saavedra Fajardo y Polo de Medina acercaron la literatura a un público que cada vez estará más informado intelectualmente.

Todo esto está detrás de una exposición con la que se tiende un puente entre la historia de la capital del Segura y la de diferentes ciudades mexicanas. La muestra es, además, "el punto de partida de las pinturas de Daniela Becerril en Murcia, mientras desde México sus obras se van asentando con exposiciones en otras ciudades españolas como Valencia, Barcelona y Valladolid, y francesas como Lille", concluye Javier Cerezo, quien augura un gran futuro a esta artista mexicana.