Cartagena

Las Cruces de Mayo de Cartagena: del éxito, según el Ayuntamiento, al "gran botellón" que denuncian algunos vecinos

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Las Cruces de Mayo han vuelto a llenar las calles del centro de Cartagena de música, color y público, pero también de críticas vecinales por los efectos de la fiesta sobre el descanso y la vida cotidiana. La Asociación Sin Ruido Cartagena, que representa a residentes del Casco Histórico, ha calificado de "bochornoso" el desarrollo del evento y reclama una reflexión sobre su formato y ubicación.

"Las Cruces de Mayo se han convertido en un gran botellón donde predomina la música discotequera. Lo único que las distingue de cualquier otra celebración son las cruces, que se ponen para justificar y justificarse", denuncia la asociación, que ha remitido un comunicado señalando la “imposibilidad de conciliar el sueño” y el “ruido ensordecedor” que, aseguran, llegó a hacer "temblar los cristales de las ventanas".

Especialmente críticas son con lo vivido el sábado, cuando afirman que la música sonó durante nueve horas, con altavoces colocados junto a las fachadas de las viviendas o a escasos metros, además de gritos hasta la 01:30 de la madrugada y el paso de la limpieza viaria. También denuncian que, pese a lo establecido en el edicto municipal, los limitadores de sonido “no evitaron la mezcla de músicas procedentes de distintos locales de hostelería colindantes, compitiendo entre sí y generando una contaminación acústica insoportable”.

A esta situación añaden las aglomeraciones en calles como Jara, Palas, Cuatro Santos, Cañón, Honda, Puertas de Murcia o San Francisco, donde el paso peatonal -afirman- se vio gravemente dificultado. "Ni siquiera los servicios de emergencia o la Policía podían transitar con normalidad", alertan.

Desde el punto de vista cultural, critican la pérdida de identidad de las fiestas: "Lo nuestro no son los trajes de faralaes, sino los refajos con realces de lentejuelas y cristales, y nuestras canciones son las cartageneras", recuerdan. "El único vestigio de tradición es la actuación del Grupo Folclórico de La Palma, en la Cuesta de la Baronesa".

La asociación también pone el foco en la “saturación de eventos ruidosos” en el Casco Histórico, con apenas días de descanso entre Semana Santa, la mascletá, las Cruces de Mayo, el Night Run (que incluye DJ) y la Noche de los Museos. Por ello, solicitan la creación de un ferial fuera del centro, al amparo de la Ley del Ruido, la Constitución Española y la Ley de Bases del Régimen Local.

Frente a esta visión crítica, la concejala de Festejos, Francisca Martínez, ha expresado su satisfacción por el desarrollo de las Cruces de Mayo: "Ha sido un fin de semana donde la alegría se ha vivido en cada plaza y en cada calle, con una gran participación de vecinos y visitantes. Hemos trabajado para lograr un equilibrio entre el ambiente festivo y el descanso de los residentes", ha asegurado.

Martínez ha destacado la “programación rica y variada” pensada para todas las edades y ha subrayado el trabajo conjunto de colectivos ciudadanos, servicios municipales, artistas y cuerpos de seguridad:

"Su dedicación ha sido fundamental para el éxito de estas fiestas. Este año hemos puesto especial énfasis en la planificación y coordinación para minimizar cualquier impacto, y los resultados nos indican que vamos en la dirección correcta".

La edil afirma que el Ayuntamiento seguirá escuchando sugerencias y mejorando la organización de las fiestas: "Las Cruces de Mayo son una muestra de la riqueza de nuestras tradiciones y de la capacidad de Cartagena para celebrar con alegría y civismo".

Menos peleas, más denuncias por miccionar en la calle

Las Cruces de Mayo de este año han sido, según la Jefatura de la Policía Local, unas de las más tranquilas que se recuerdan. La valoración general es muy positiva, con un cumplimiento generalizado del horario establecido para el cese de la música: a las 23:00 horas por la noche y entre las 14:30 y las 16:30 durante el descanso de mediodía.

La presencia policial ha sido importante durante todo el fin de semana, lo que ha contribuido a evitar conflictos y a disuadir posibles altercados. Desde la Jefatura de la Policía Local han agradecido expresamente la colaboración de los hosteleros, que han respetado de forma escrupulosa lo pactado con las autoridades. Apenas se han registrado peleas, y las que hubo fueron de escasa entidad. Algunas ni siquiera llegaron a producirse gracias a la intervención de los agentes, y otras, protagonizadas por menores, se disolvieron sin consecuencias.

La vigilancia también ha permitido detectar más infracciones relacionadas con la higiene urbana. El hecho más destacado ha sido el aumento de denuncias por miccionar en la vía pública: cerca de medio centenar, principalmente en la calle Balcones Azules y el Callejón de la Soledad

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