Cartagena

La Alameda de San Antón se reinventa: tres diseños para un nuevo modelo urbano

Más verde y más peatonal: las alternativas para su futuro

Proyecto de renovación de la Alameda de San Antón

Proyecto de renovación de la Alameda de San Antón

Proyecto de renovación de la Alameda de San Antón

Proyecto de renovación de la Alameda de San Antón

Proyecto de renovación de la Alameda de San Antón

Imagen actual de la Alameda de San Antón

Imagen actual de la Alameda de San Antón

Quién no ha imaginado una Alameda de San Antón sin tanto tráfico y con más presencia de espacios para el peatón, más zonas verdes, más espacios de ocio y más sombras. Pues bien, no solo los que allí viven o pasean por la zona se han dado cuenta de que esta arteria principal de Cartagena necesita una profunda remodelación, un rediseño que la convierta en un lugar con menos ruido, tráfico, humo y con más verde, menos caluroso y más amable.

Meii Arquitectura lo ha imaginado y lo ha plasmado en tres ideas que forman parte del proyecto RE-CREA, el plan de regeneración urbana valorado en 19,5 millones de euros con el que el Ayuntamiento busca revitalizar el cinturón de barrios del norte de la ciudad y mejorar su integración con el centro histórico.

El reto es tan ambicioso como atractivo: convertir la Alameda en un espacio más amable para peatones y ciclistas, mejorar la seguridad vial y eliminar las discontinuidades que actualmente dificultan la conexión entre barrios como Media Sala, José María de la Puerta y el casco antiguo. Al menos así es como este equipo de arquitectura lo ha transmitido en su proyecto.

Los arquitectos han planteado tres opciones que buscan dar respuesta a las necesidades de movilidad y espacio público, en los que se equilibra el tráfico con la creación de áreas de paseo y zonas verdes.

1. Eje descentrado: la favorita del equipo

Esta primera opción apuesta por concentrar todo el área de circulación peatonal en el lado este de la Alameda, lo que permitiría recuperar el espíritu de la antigua Alameda que dio nombre a la vía. La elección de este lado responde a criterios de asoleamiento y orientación, con el objetivo de generar un paseo más atractivo y confortable para los viandantes.

Además, se eliminaría la mediana central para redistribuir los espacios y dar mayor protagonismo al peatón. Con esta solución, se facilitaría la implantación de terrazas comerciales, la posible incorporación de un carril bici y la creación de un itinerario continuo que conecte el Ensanche Norte con el centro.

2. Eje centrado: equilibrio entre usos

La segunda propuesta sigue la línea de la anterior, pero con algunas diferencias clave. También mantiene el gran paseo peatonal en el lado este, pero desplaza el carril bici a la parte izquierda de la calzada, eliminando la mediana central.

Este diseño busca secuenciar los distintos usos de la Alameda, diferenciando claramente las áreas de terrazas y comercio en un lado, mientras que el otro se destina a la movilidad sostenible, con un carril bici, y el esparcimiento. Además, introduce el concepto de supermanzanas, con el que se eliminarían cruces secundarios y se mejorarían los accesos, aumentando la seguridad vial y la continuidad del paseo.

3. Bosque central: la opción más conservadora

La tercera alternativa mantiene la estructura actual de la Alameda, aunque con algunas modificaciones para dar mayor protagonismo a los peatones. Se eliminarían algunas plazas de aparcamiento y ciertas infraestructuras innecesarias para ganar espacio de circulación peatonal y renaturalizar la zona.

Como en las dos opciones anteriores, el carril bici estaría presente, integrándose en la nueva configuración. Sin embargo, esta propuesta es la menos ambiciosa en términos de reconfiguración urbana y apuesta por una intervención más contenida.

Aunque el equipo de arquitectura se inclina por la primera opción, que consideran la más transformadora y alineada con el espíritu de RE-CREA, la decisión final se tomará tras un proceso de consulta pública. Tal como explicó la alcaldesa Noelia Arroyo, el objetivo es garantizar que la Alameda se convierta en un espacio de conexión real entre los barrios del Ensanche Norte y el centro histórico, respondiendo a las necesidades de movilidad y calidad de vida de los vecinos.

Si Cartagena logra captar financiación europea para el plan RE-CREA, las obras podrían comenzar en 2026, con un horizonte de ejecución de cuatro a cinco años. La transformación de la Alameda de San Antón es una de las piezas clave en la gran apuesta municipal por un modelo de ciudad más sostenible, innovador y habitable

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