El Ministerio de Defensa ha formalizado recientemente el encargo valorado en 9.285.100 euros con la empresa pública ISDEFE (Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España) para prestar apoyo técnico y de consultoría a la Oficina de Apoyo Técnico al Ciclo de Vida (OTACV) de los submarinos S-80, la nueva generación de sumergibles de la Armada Española.
El acuerdo, autorizado por la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada (JAL), busca reforzar la gestión técnica, logística y de sostenimiento de estos buques a lo largo de su vida útil. Según el documento, la Armada carece de personal y medios suficientes para asumir todas las tareas internas del programa, por lo que recurre a ISDEFE -una empresa estatal dependiente del propio Ministerio de Defensa- como “medio propio”, una figura legal que permite adjudicar trabajos entre entidades públicas sin licitación.
El contrato tendrá una duración inicial de dos años, prorrogable por otros dos, y su ejecución comenzó el 1 de septiembre de 2025. ISDEFE aportará equipos de ingenieros y especialistas que trabajarán tanto en dependencias propias como en instalaciones de la Armada. Todo el personal será gestionado por la empresa, sin vínculo laboral con Defensa.
Entre las tareas encomendadas figuran la asistencia técnica para el mantenimiento de los submarinos, el seguimiento de los sistemas de a bordo, la actualización de procesos logísticos, el control de documentación técnica y la coordinación con los responsables del programa S-80 en la Armada y en Navantia.
El documento deja claro que toda la propiedad intelectual y los resultados de los trabajos serán del Ministerio de Defensa, y que el proyecto estará sujeto a estrictas normas de confidencialidad y seguridad de la información, dado el carácter militar del programa.
Los pagos se realizarán mensualmente, tras la validación de las horas y gastos justificados. Aunque el presupuesto total asciende a más de nueve millones de euros, se advierte que esa cifra es orientativa y podrá ajustarse según las necesidades reales del proyecto.
Con este encargo, Defensa pretende asegurar la operatividad y sostenibilidad de los S-80, un programa considerado estratégico para la capacidad submarina española y que representa uno de los mayores esfuerzos tecnológicos e industriales de la Armada en las últimas décadas.