Cartagena

Ana Pérez, directora del camping Villas Caravaning lanza un SOS: "Se ha perdido el verano y ahora el invierno, que también lo teníamos lleno"

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El Camping Villas Caravaning del Mar Menor atraviesa uno de los momentos más duros de sus 35 años de historia. Tras el cierre decretado por el Ayuntamiento de Cartagena el pasado mes de mayo -que dejó fuera de servicio el parque acuático, el restaurante, las oficinas y prácticamente todas las instalaciones turísticas-, la temporada de verano se ha convertido en un desierto inesperado.

La directora del complejo, Ana Pérez, lo ha contado con crudeza y emoción en una entrevista concedida a la Cadena SER de Cartagena, donde no ha querido maquillar la realidad: “Lo único que permanece abierto es la capilla. No hay restaurante, ni supermercado, ni pistas deportivas. Nada. Todo está cerrado salvo ese pequeño templo”.

Pérez subrayó que la parte turística, de la que vive el camping, fue precintada a finales de mayo, dejando en pie solo la zona de propietarios, que funciona de manera independiente. “Este verano lo teníamos todo vendido. Hemos tenido que llamar uno por uno a todos los clientes para cancelar. Ha sido durísimo, porque la mayoría son fieles, llevan años viniendo. Y de repente, tienes que decirles que sus vacaciones soñadas no van a ser posibles”, confesó.

Pero el golpe no se queda ahí. La directora subrayó que también el invierno, un periodo marcado por la llegada de visitantes extranjeros, se ha visto arrasado. “Lo teníamos todo reservado, sobre todo con nuestros clientes de siempre, muchos de ellos jubilados europeos. Son personas que llevan viniendo 20 años, nos quieren como a sus nietos. Este invierno tampoco podrán estar aquí, y eso es un destrozo”.

Pérez recordó con emoción que durante la temporada invernal llegaron a convivir hasta 11 nacionalidades distintas, un mosaico humano que ahora se ha quedado sin su punto de encuentro. “Ellos nos llaman, nos preguntan, pero solo puedo decirles que no tengo respuesta. Ni para ellos ni para mis propios trabajadores”.

La entrevista dejó también espacio para el lado más humano del cierre: los trabajadores. En temporada alta, Villas Caravaning contaba con más de 120 empleados. Hoy apenas quedan 15. El resto, en ERTE o en la incertidumbre. “Somos una familia. Hay matrimonios que se han quedado los dos sin trabajo, padres de familia con tres hijos que no tienen ingresos, empleados que estaban a punto de jubilarse y ahora no saben qué será de ellos”, relató con la voz entrecortada.

El Ayuntamiento defiende su decisión alegando deficiencias de seguridad e infraestructuras sin adecuar. Pero Pérez insiste en que la empresa está cumpliendo todas las exigencias, contratando profesionales externos y presentando certificaciones. “Nos han marcado 55 puntos a subsanar y vamos a cumplirlos todos. Pero pedimos un gesto, una apertura parcial, aunque sea mínima, para volver a generar ingresos y dar trabajo a la gente”.

La directora no ocultó el desgaste, pero tampoco la esperanza. Entre robos, vandalismo y unas instalaciones vacías que se deterioran día a día, asegura que siguen luchando por reactivar el camping. Y, antes de despedirse en la entrevista de la SER, dejó un mensaje directo a sus trabajadores: Somos guerreros y no nos vamos a rendir. Por favor, aguantad. Os quiero mucho”.

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