Foto: MARCIAL GUILLÉN / EFE
MURCIA (EP). El pasado domingo a las 20.48 horas, con tres minutos de retraso, llegaba a la estación de Murcia 'El Carmen' el último tren que arribará en superficie a la capital de la Región. El próximo será dentro de tres años aproximadamente, según los cálculos que han aportado el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), pero llegará soterrado tras los compromisos refrendados por el Ministerio de Transportes, a través del ADIF y Renfe, con el Gobierno regional y el Ayuntamiento de Murcia.
Eran varios los curiosos que querían ver el último convoy que, tras 157 años, ya no parará en la vieja estación de la empresa Madrid-Zaragoza-Alicante (MZA) en el barrio de 'El Carmen' del sur de la ciudad de Murcia. Con ello también se interrumpe el tráfico ferroviario al resto de la Región, ciudades como Cartagena, Águilas, Lorca o Cieza no verán pasar el tren por sus vías.
De este modo, comienzan los trabajos de la segunda fase de las obras de soterramiento, unos planes en los que el movimiento vecinal ha tenido mucho peso. Según ha confirmado a Europa Press el portavoz de la Plataforma Pro Soterramiento, Antonio Hernández, ha reconocido que, en junio de 2018, "tuvimos una reunión con el Delegado del Gobierno" que, por aquel entonces era Diego Conesa, les propuso tres opciones en la que "elegimos la más perjudicial para ADIF, pero la más beneficiosa para los vecinos". El proyecto elegido suponía cerrar el tráfico hasta que "no estuviera el soterramiento finalizado".
Las otras opciones barajadas eran, según relata Hernández, la entrada en superficie por una vía provisional para después acometer el soterramiento y, la otra, soterrar hasta Santiago el Mayor para después finalizar las obras de los 800 metros finales hasta la estación de 'El Carmen'.
En este sentido, Hernández ha situado esa fecha y "ese compromiso político" como el momento en el que "vimos que el soterramiento era una realidad", lejos quedaba septiembre de 2017 cuando los vecinos "vimos que nos colocaban las pantallas" lo que para la plataforma significaba que "era más importante el AVE que los vecinos".
Por eso, para los vecinos de Santiago el Mayor, Barriomar y Nonduermas, lo del domingo "es un hecho histórico" que conlleva "una alegría" por ver cómo sus viviendas y barrios mejorarán pero "vamos a echar de menos la línea directa a Madrid", ha apuntado Hernández.
Y es que, desde la Plataforma han avisado que "sabemos que las fechas las carga el diablo" aunque, Antonio Hernández ha confiado en que el 'lobby' del Corredor Mediterráneo "actúe como acicate" para que las obras concluyan en los plazos previstos. Este punto, para el portavoz, "es el más importante", junto a los plazos de financiación, para que las obras no se dilaten en el tiempo.
La línea entre Cartagena y Chinchilla (Albacete) tuvo una 'curiosa' inauguración como reconoce el ex-presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Murcia, Antonio Andreu, fue la reina Isabel II 'inauguró' la línea Madrid-Cartagena en octubre de 1862, pero "las obras no acabaron hasta unos meses después en febrero de 1863" y los trenes no empezaron a recorrer los 459 kilómetros con 867 metros que separan 'El Carmen' de 'Atocha' "hasta 1865 cuando se logró salvar la difícil orografía de las proximidades de Calasparra".
La llegada del tren, han señalado desde esta asociación histórica, "supuso un gran avance" ya que asociado al tren, diversas industrias 'poblaron' los alrededores de la estación, por lo que el barrio "experimentó un gran desarrollo económico con la instalación de aserraderos, fundiciones, almacenes de exportación", de ahí ha puntualizado Andreu, "la estación está en la denominada plaza de la Industria".
Además, de progreso económico la 'revolución' llegó en forma de mejoras en las comunicaciones al acercar Madrid a la Región "a un día de viaje cuando con galeras y caballos se tardaban cinco días". La prensa y el correo también 'volaron' con la vieja línea ya que, como ha recordado Andreu, "el gobierno obligó a que las comunicaciones fueran en tren con el establecimiento del llamado tren correo", también los muertos viajaban en ferrocarril gracias "a lo vagones fúnebres" que transportaban a los fallecidos que querían descansar en Madrid.
Finalmente, y a título particular, este amante del ferrocarril ha considerado que tres años "es demasiado tiempo y que esto es un perjuicio para el usuario", pero es una contrapartida por "el progreso".