CARTAGENA. la exposición Loza de Cartagena. Colección Prefasi-Zapata, en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena, se prorrogará ya empezado este 2025 debido a la aceptación que ha despertado. A la ampliación de la muestra se añadirán además dos nuevas visitas guiadas, los días 9 y 23 de enero, de la mano de la comisaria de la exposición y experta en loza cartagenera Susana Sarabia Gallego, que asimismo dará una charla la tarde del 29 de enero, sobre ''La loza de Cartagena como reflejo de la sociedad cartagenera del siglo XIX'.
La muestra, que se exhibe en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena, reúne una amplia colección de loza cartagenera, producida en las fábricas de La Amistad y La Cartagenera en el siglo XIX. Se trata de más de 150 piezas, resultado de la entrega como coleccionistas del matrimonio formado por José Miguel Prefasi Jiménez y María Teresa Zapata Cascales. Don José Miguel, farmacéutico y amante de las artes, transmitió su pasión a su esposa, y juntos se vincularon con renombrados artistas.
Su interés por la loza cartagenera, elaborada en el siglo XIX por fábricas como La Amistad y La Cartagenera, llevó a que, desde los años 70, comenzaran a reunir meticulosamente piezas singulares. Sus hijos, José Miguel y Carmen, han decidido ceder esta valiosa colección al Ayuntamiento de Cartagena a través del Museo Arqueológico, asegurando la preservación de este legado y contribuyendo a la difusión de la historia y el patrimonio cultural de la ciudad.
Estas fábricas se destacaron por su capacidad para combinar técnicas tradicionales con estilos innovadores, creando piezas de cerámica que reflejaban tanto la calidad artesanal como la estética modernista emergente. La burguesía cartagenera, en su búsqueda de un mayor reconocimiento cultural y estético, encontró en estas industrias un vehículo para expresar su identidad y aspiraciones.
La importancia de La Amistad y La Cartagenera va más allá de su producción; representan un periodo de transición y modernización que conectó el arte con la industria, contribuyendo al desarrollo cultural de Cartagena. Su legado perdura, recordándonos cómo la concurrencia entre la industria y el arte puede moldear la identidad de una ciudad.