CARTAGENA. Os voy a contar un secreto: me he quedado con las ganas de que en esta legislatura se le otorgase a la escritora (magnífica, por cierto) María Dueñas el título de Hija Adoptiva de Cartagena.
Una de mis novelas favoritas de la autora es Misión Olvido, que no tiene nada que ver con el significado de la palabra olvidar, en el sentido de la acción de dejar de recordar, pero para descubrirlo hay que leer la novela.
Yo sí que me quiero centrar en esa acepción de la palabra "olvidar". Me he permitido el lujo de intentar "dejar de recordar" los 30 días que han pasado desde las elecciones locales y autonómicas.
"La sociedad de Cartagena de 1959 se parece mucho a la actual"
Parece que fue ayer y ya ha pasado un mes desde las elecciones del 28 de mayo. Tiempo para reflexionar hemos tenido y para olvidar también. O no, porque lo peor que nos puede pasar es precisamente olvidar. Que de eso ya estamos servidos por desgracia.
Así que se acabó el olvido y voy a hacer justo lo contrario: un ejercicio de recordar todo lo sucedido en estos años en nuestra querida Cartagena.
Esta novela que os recomiendo tiene una trama desarrollada en la Cartagena de los años 50 del siglo XX. Es leyendo cómo el lector se hace una imagen de la sociedad, y desde luego la del año 1959 en Cartagena se parece mucho a la actual.
O esa, al menos, es mi percepción. Cuando uno de los protagonistas viene a conocer la ciudad de Mr. Witt y Ramón J. Sender y a su paso se hacen comentarios como que si es "comunista", "protestante" o algo peor, y que la 'niña' de la que se enamora y defiende su amor, es una desvergonzada e insolente, que eso pasa "por mandar a las mujeres a la universidad".
No me digan que no es actual escuchar hoy en 2023 alguna de estas expresiones; además la de "terroristas". Cosas de ser de izquierdas en este país sea en la época que sea.
"No hay que olvidar lo que los partidos más reaccionarios nos tienen preparado"
Otra protagonista de la novela es la abuela maravillosa de la 'niña'. Desafiante, astuta, divertida, toda una feminista en 1959 con su vermú y sus cigarrillos. Y que expone con toda claridad lo que hay que hacer para sobrevivir, obtener aceptación en esa sociedad, ascender y tener éxito en lo que te propongas: "Tener un padrino".
Lo que yo diga, lo mismo es 1959 que 2023. Que se lo digan a los asesores y puestos a dedo en las administraciones, vamos, que se puede dar el caso de que un grupo municipal tenga más asesores que concejales. Entre padrinos y madrinas ya tenemos el bautizo hecho.
Un mes después del 28M toca afrontar el 23J, y es imprescindible no olvidar y recordar. No olvidar lo que los partidos más reaccionarios nos tienen preparado.
Una regresión a otros tiempos, donde los derechos se eliminen, sobre todo los de las mujeres, los de los colectivos LGTBI, los de movilidad que creen en la Agenda Urbana, los de Memoria Histórica, y por supuesto, los colectivos ecologistas que combaten el Cambio Climático que estos partidos no reconocen.
Y recodar siempre la legislatura marcada por una pandemia, una guerra y una crisis.
Porque hay que recodar los partidos y el Gobierno que estuvo con la gente, con las medidas para la gran mayoría, qué partidos pelearon y consiguieron la subida del salario mínimo para los trabajadores y trabajadoras, los ERTE, las ayudas para los autónomos, ayudas para las familias (para todas las familias, sin exclusiones), leyes para los colectivos, para regular la vivienda (que es un derecho).
Recordar siempre los partidos que están poniendo medidas reales para la gente sin que les tiemble el pulso y enfrentándose a los más poderosos que no quieren perder ninguno de sus privilegios.
No olvidar y recordar; que tenemos elecciones en unas semanas y la gente normal y trabajadora de este país, ni necesitamos ni queremos 'padrinos'.
Queremos y necesitamos un Gobierno que mire por la gente.
Aurelia García Muñoz (Leli)
Portavoz de Podemos Cartagena y candidata al Congreso por SUMAR