HECHO A MANO / OPINIÓN

Mi lorza y el misterio de las camisetas de Zack Zuckerberb

15/05/2020 - 

Hace años me sorprendí al leer un artículo acerca de por qué este pelirrojo multimillonario vestía como un auténtico universitario perroflauta. El motivo que esgrimía era que lo hacía para evitar tomar decisiones sobre asuntos de poca importancia. Imagínese ¡poca importancia!, pero este niñato ¿en qué mundo vive? , se nota que no ha conocido a Carrie Bradsawh, por cierto me pregunto en los tiempos que corren cómo combinaría Carrie la mascarilla con un working look. Bueno, al lío, sinceramente me pareció una excusa peregrina para justificar su dejadez y falta de gusto.

Con el paso del tiempo, en una entrevista que le hicieron a Barack Obama también le preguntaron sobre sus sempiternos trajes azules y grises, ¡vaya!, pensé, no me había dado cuenta de tal sobriedad. Me imagino que llama menos la atención un traje del mejor sastre de Nueva York  que la camiseta descolorida de un millonario. La respuesta al igual que la de Mr. Facebook radicaba en evitar hacer elecciones desde primera hora de la mañana.

Ya le adelanto querido lector que los motivos que llevan a Obama y Zuckerberg a uniformar su día a día no son los mismos que le han llevado a usted a estar en 'pijandal' (chaqueta de chándal y pantalón de pijama) todo este confinamiento. La respuesta a este misterio sobre qué tiene que ver la ropa con las decisiones, es que tomar decisiones consume energía, y aquí viene la clave, esa energía es finita al cabo del día y esto merma la fuerza de voluntad, así que no sé castigue pensando por qué anoche se metió entre pecho y espalda esa pizza carbonara con extra de queso en lugar de un pescadito a la plancha, seguramente ya había agotado toda su fuerza de voluntad.

La fuerza de voluntad se gasta a lo largo de la jornada, bueno la mía a las ocho, que es cuando pienso en el modelito del día. Como imaginarán, a partir de ahí todo lo demás lo llevo cuesta abajo. Nos pasamos el día eligiendo aunque no nos demos cuenta: la tostada con tomate o con aceite, me voy al trabajo andando o en autobús, mato a mi jefe o conservo el trabajo por un par de meses más. Todas estas micro decisiones que nos parecen insignificantes están trabajando como las pantallas del móvil en segundo plano, chupando batería,  generan un agotamiento psicológico que cuando llega el momento de usar tu fuerza de voluntad para algo realmente importante, la has consumido toda.

Por eso para quitarme esta lorza macerada en confinamiento, le he pedido al nutricionista un menú con sus puntos y sus comas, nada de alimentos prohibidos y búscate tú la vida a ver cómo se hacen las “lentejas a la desgraciá” sin chorizo, ni punta de jamón, ni sobrada, ni ná. 

Querido lector, en un acto de generosidad extrema le voy a dar las claves para que su fuerza de voluntad se mantenga intacta y su relación de pareja mejore. Cuando quiera salir a cenar con su pareja le aconsejo que se ponga una camiseta gris descolorida y nada de restaurantes con exquisitos y apetitosos platos donde no sabes cual elegir, vaya a un McDonald's donde toda la elección que tendrá que hacer es si la hamburguesa la quiere con queso o sin queso. Ya no volverá a discutir con su acompañante. Lo sé, lo sé, no me lo agradezca.

Gracias por su lectura.        


Trinidad Guía Sánchez es Licenciada en Ciencias Económicas, Máster en Dirección y Administración de Empresas y Experta en Ventas.

@GuiaTrinidad Linkedin: Trinidad Guía

                                                                      



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