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HECHO A MANO / OPINIÓN

Melenas de juventud

20/03/2022 - 

MURCIA. Como diría el polémico Juan del Val, me exasperan los discípulos de César Manrique, aquellos del "cualquier tiempo pasado fue mejor". Como diría Mecano: "Ay, qué pesado, qué pesado, siempre pensando en el pasado… (siga usted)". Si ha completado la estrofa, es un firme candidato de este artículo.

Lo siento, no soporto a los nostálgicos. Así es como se hacen llamar ellos entre pucheros y ñoñeces. Empecemos: aquellos que tienen en el perfil de Whatsapp, Facebook… una foto de su juventud. De verdad, ¿qué necesidad hay de ese pelo a lo Cindy Lauper, esas mallas con calentadores y ese jersey con hombreras? ¡Y sin tetas!, que no tenías tetas a los dieciocho, ¡a ver de dónde han salido esas mamellas? ¿Qué necesidad de gritar al mundo que eras una hortera de manual? Además, ¿no te das cuenta que ahora todo el mundo va a confirmar las sospechas sobre tu edad?, que la policía no es tonta.

Mención aparte merecen los alopécicos. Me imagino ese momento Nochebuena en casa de sus padres y toparse de bruces con las fotos de su graduación. Escuece, ¿eh? Usted ¡que fue rockabilly por culpa de Danny Zukko como buen rebelde que era!  Un bote de laca Nelly le gastaba a la semana a su madre para que aquello pareciera un trampolín; robusto pero flexible. Y ahora, ¿dónde está todo ese brío? Pues sí, ¡en la nariz! Que por eso Papa Noel le ha traído una maquinilla cortapelos para cualquier longitud de vello... A ver si se da por aludido.

"quién es capaz de ponerle edad a una mujer? Hay una horquilla entre los treinta y los cincuenta donde cabe todo"

Lo cierto es que una cabellera larga y frondosa rezuma juventud, por eso nosotras que no somos tontas, cuando saltamos los cuarenta nos dejamos el pelo largo en busca de los frutos que proporciona ese emocionante elixir. A los treinta te permites el lujo de jugar al despiste, pero cuando saltas el cuatro y sale la primera barra del código de barras del labio, se te quitan las tonterías y empiezas a dejarte el pelo largo, muyyy laaargo, para despistar, no sea vaya a ser que el match de turno cuando te escanee la boca, salga corriendo.

Ahora mismo ¿quién es capaz de ponerle edad a una mujer? Hay una horquilla entre los treinta y los cincuenta donde cabe todo. Ahí dentro puedes pasarte o no llegar, como en el precio justo con el consiguiente zasca de la ofendida. En cambio, es fácil distinguir a una mujer a partir de los cincuenta, bien porque reconoces en ella a un nuevo miembro del museo de cera o bien porque con la flacidez que le cuelga de los carrillos podría hacerse una pajarita en el cuello.

Sin embargo, nuestras madres, como si de un código cultural no escrito se tratara, se cortaban el pelo al casarse y así hasta que la muerte nos separe. De hecho, algunas han sido más fieles a su corte de pelo que al marido. Iban a la peluquería, se arreglaban para toda la semana y por los clavos de Cristo que aquello aguantaba ¡vaya que si aguantaba! Nosotras, sin embargo, nos gastamos los pelos (nunca mejor dicho) en mil tratamientos de salón y todo para que al segundo día lleves el pelo que pareces la niña del exorcista.

La realidad es que conforme cumples años el pelo aguanta más y es cuando te das cuenta que la sequedad vaginal no es la única sequedad que te sobreviene con la edad. Bueno, no todo iban a ser desventajas. Así que me voy a decantar por un modelo híbrido tan de moda actualmente: largo con peluquería semanal. Un Ana Obregón - Lina Morgan… y que sea lo que Dios quiera.

Gracias por su lectura.

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