MURCIA. Odiseo es un mundo propio. Lo dice su arquitecto, Manuel Clavel, entusiasmado con el proyecto a escasa horas de su inauguración. El edificio está inspirado en la cultura clásica y ha conllevado el trabajo de 20 personas de su equipo en los últimos cuatro años, que "se han dejado la piel".
Cuenta que comenzó como un proyecto modesto pero poco a poco fue creciendo hasta convertirse en este gran centro de ocio, con un casino en su interior, que da la bienvenida a la entrada de Murcia. Confía en que será capaz de atraer por sí mismo a gente de cualquier parte.
-¿Cuáles son sus sensaciones una vez concluido el proyecto de Odiseo?
-Es un momento mágico. Tengo una ilusión enorme. Hemos trabajado 20 personas solo de mi equipo durante cuatro años. Es un trabajo enorme y te vinculas emocionalmente. Ha sido un trabajo muy pasional con el que te conectas a un nivel muy profundo. El edificio ya no es tuyo, empieza una vida propia. Lo que espero es que la gente venga aquí y sea muy feliz.
-¿Qué feedback tiene ahora mismo?
-Mejor no podría ser. Es un proyecto muy innovador, muy desprejuiciado y del que no hay referencias, ni en la Región ni en otros sitios. Nosotros fuimos por toda Europa viendo edificios de estas características y, sorprendentemente, no encuentras muchas referencias similares. Aquí hemos creado un universo, de uso, de diversión, gastronómico y estético. Hemos podido incorporar además mucho talento local.
-¿Es fiel a la idea inicial que tenía?
-Totalmente. La gente opinará si le gusta o no, pero por mi lado he llegado al final en los planteamientos. Gracias a una empresa como Orenes que ha sido un cliente que ha confiado mucho. Hemos sido libres en la creación, muy conceptuales y a la vez hemos planificado como va a funcionar todo. La gente que va a trabajar aquí, ha estado involucrada desde el principio.
-¿Qué ha sido lo más complicado del proyecto?
-Originalmente, el proyecto estaba más descafeinado, era más modesto, y por ejemplo, no incluía la piscina. Afortunadamente, a mitad de proyecto la empresa apostó de una forma más ambiciosa y se repensó lo que es un proyecto de ocio para adultos en el siglo XX.
-Esta es la primera piscina voladiza de su carrera y técnicamente es muy compleja.
-Es la piscina voladiza más grande de Europa y la segunda más grande del mundo. Y sí, es la primera que hemos podido ejecutar y además lo hemos hecho a lo grande. La piscina salió de la necesidad de la ampliación y eso también lo hizo complicado. Pero entendimos que era la guinda a todo este esfuerzo.
-El vídeo en el que inauguraba la piscina ha tenido muchísima repercusión.
-Me la jugué. Es la primera vez que he hecho algo así. De hecho, ha dado la vuelta al mundo. Tiene más de medio millón de visualizaciones. Incorporé a Gonzalo Ballester en el equipo y vimos la forma de contar el edificio de otra manera para conectar con los ciudadanos, de forma más atractiva, más divertida y humana.
-La sensación debió ser tremenda.
-La sensación fue de frío polar, primero (risas), y después espectacular. Estaba todo el mundo un poco expectante. Pero creo que hay que hacer cosas que den buena energía a la gente, debes atraer de una forma positiva. Es representativo de la forma en la que vemos la vida, la arquitectura.
-La inspiración para Odiseo es la mitología.
-Conceptualmente, el proyecto se concibe como un viaje por la cultura mediterránea: los fenicios, los griegos, los romanos, etc. Es la esencia de nuestra cultura, lo que significamos nosotros que hemos nacido en el Mediterráneo. Lo que trata de reproducir es el viaje de Ulises, de ahí Odiseo. Hay ecos en clave contemporánea de la cultura clásica. Todo es consistente. El edifico tiene muchos espacios y cada parte es un mundo y tiene su propia historia. Cada esquina tienen su personalidad. Puedes venir diez veces, y cada vez tener una experiencia distinta. Eso es lo que queríamos.
-¿Qué oferta se van a encontrar los clientes?
-Tienes desde la experiencia gastronómica con Nazario (el chef con Estrella Michelin); la terraza, que tiene otro carácter; el bar rojo; un club con una gastronomía más canalla, con experiencias artísticas más íntimas, o un show dinner mucho más festivo. Hay una compañía propia en el edificio, con 11 artistas contratados.
-¿Es un templo al hedonismo?
-Yo creo que es un edificio que celebra la vida y nuestra cultura. Poder disfrutar, bailar, comer, bañarte en una piscina única. Es celebrar la vida a través de la arquitectura. Así lo veo.
-La construcción de Odiseo no ha estado exenta de polémica. ¿Es un centro de ocio o un casino?
-Yo me iría a los datos concretos: hay un 20% de superficie de casino y un 80% dedicada a ocio, con accesos independientes. Esos son los datos. Tampoco parece que haya que llamarlo a todo por una parte. Es mucho más importante lo que tiene que ver con el ocio. Esta empresa entiende que el juego es una parte más del ocio pero también es una parte muy pequeña del total.
-¿Qué te parecen las críticas que señalan que fomentará el juego y los problemas derivados de él?
-Como ciudadano, estoy totalmente a favor de que se proteja a las personas que tienen adicciones. Pero a veces es curioso, el alcoholismo es un problema mucho más grave y los bares existen. Creo que hay que regular muy bien. Aquí nadie puede entrar sin un control por lo que se puede proteger bien a la gente que tenga ese problema.
-¿Con que sensaciones le gustaría que la gente se fuera de aquí?
-Si este edificio nos vale para reconciliarnos con nuestra propia cultura, con nuestra ciudad, pensar que como murcianos podemos crear espacios y propuestas arquitectónicas y de ocio que sean admiradas en otras ciudades y países, que sean referentes, puede ser un revulsivo. Podemos hacer cosas que tengan impacto y trasciendan lo local, que pongan en valor nuestra cultura, nuestro concepto gastronómico, y hagan nuestra ciudad más atractiva. También tenemos que dejar una herencia arquitectónica. Este edificio puede durar 100 años.